Esto es sólo cierto si damos por hecho que la personalidad, es decir, la identidad individual, es algo que existe y que es relevante, algo que todavía no está del todo demostrado. Los científicos y psicólogos que trabajan en base a la personalidad utilizan varias categorías, pero especialmente una, los cinco grandes rasgos de personalidad.
Afabilidad, neuroticismo, responsabilidad, extroversión y aperturismo a nuevas experiencias. En teoría todos nos movemos en algún punto de esa escala. La que nos interesa ahora mismo es el aperturismo, altamente vinculado a la curiosidad intelectual, la creatividad y la imaginación.
Una percepción visual particular: unas investigadoras de la Universidad de Melbourne, en Australia realizaron una serie de ensayos. Primero, se analizó la personalidad de cada sujeto en base a esos cinco rasgos. Después se le hizo una serie de pruebas, entre ellas tres tests de rivalidad binocular por el que se proyectan dos imágenes incompatibles al tiempo. La mayoría de gente bloquea algún tipo de señal, viendo sólo una de las dos imágenes, pero en el grupo de los abiertos a nuevas experiencias era entre cuatro y diez veces más frecuente que el sujeto viese ambas imágenes al tiempo, y también que mantuviesen esa visión combinada por más tiempo.
Entre el resto de rasgos no se percibió ninguna tendencia reseñable a este fenómeno.
El pensamiento divergente. Esta y otras pruebas de este ensayo y otros por el estilo han señalado lo siguiente: la apertura de mente está estrechamente relacionada con la creatividad de la persona, con su capacidad para llegar a conexiones distintas a las del individuo promedio. También es cierto que estas personas pueden desarrollar estados emocionales más elaborados (el resto de personas, al sentir lo que parecen emociones distintas, bloquean alguna de ellas, mientras que las creativas los combinan) y que los estados emocionales positivos potencian la creatividad de estas personas (y viceversa).
Ver lo que no está ahí: el rasgo de la apertura de mente se divide en realidad en dos subrasgos, el de la libertad de pensamiento y el de la inteligencia. Por eso las personas con mayor permeabilidad de consciencia tienden a ser más inteligentes. El problema es que también se ha estudiado que este grupo tiene una tendencia mayor a sufrir enfermedades mentales. El estudio de Melbourne apunta a que la prueba de la rivalidad inocular es otra forma de demostrar que pueden “ver eso que no está ahí”. Si tu rasgo está muy acentuado, corres mayor riesgo de desarrollar alucinaciones.
Limitar la fantasía en el mundo: también se han hecho pruebas que demuestran que los sujetos pueden potenciar este rasgo, pero, aunque puede parecer algo muy atractivo, no lo es para toda la sociedad. El sistema cognitivo de los abiertos de mente es distinto y puede ayudar a encontrar soluciones originales a problemas irresolubles para los más cuadriculados, pero también son más ineficaces a la hora de discriminar la información relevante, algo que puede ser importante tanto para acabar un trabajo a tiempo como para saber conducir.
Y para que llueva al gusto de todos, también hay estudios que han señalado que las personas responsables tienden a reportar más éxito a la hora de cumplir sus objetivos, que los neuróticos tienden a ser personas más maduras y que los extrovertidos suelen tener un mejor sistema inmunológico.
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