El Gobierno de Noruega ha decidido prohibirlos y Suecia y Dinamarca avanzan en la misma dirección
Entre los motivos para el veto hay uno fundamental: combatir los matrimonios forzados y bajo coacción
La política escandinava ha abierto un debate peculiar, por el tono, por los argumentos y sobre todo por el punto en el que centra su foco: los matrimonios entre primos. Sencillamente, ya no los quiere. Y por eso mismo, para ponerles coto, la región ha puesto a trabajar su maquinaria administrativa. Tras un largo debate, en Noruega ya han retocado su ley para vetarlos. En Suecia han abierto el mismo melón con miras a prohibir esta clase de enlaces a partir de julio de 2026. Y en Dinamarca el Gobierno reconoce que quiere avanzar hacia el mismo objetivo.
Importa el qué, pero importa sobre todo el por qué.
¿Matrimonios entre primos? Así es. Quizás resulte un tema tabú y desde luego no están tan extendidos como los enlaces entre parejas sin vínculos de parentesco, pero en Europa hay matrimonios entre primos. Suecia ha abierto el debate sobre el fenómeno y ha podido confirmar que allí viven entre 140 y 150 ciudadanos casados con sus primos, aunque ya han surgido voces que advierten de que las cifras no son fiables y el dato real podría ser mayor. Es más, en el país hay organizaciones que sugieren que se trata de una práctica "bastante común" en ciertos ámbitos.
En Reino Unido, un estudio sobre la materia estimaba en 2014 que este tipo de enlaces eran más o menos frecuentes entre la comunidad paquistaní del país, con una tasa del 38 al 49%. El dato se vuelve más interesante aún si se tiene en cuenta que Pakistán es uno de los países con mayor flujo de migración hacia Reino Unido. En Noruega la cadena NRK asegura que entre 2013 y 2017 nacieron en el país entre 340 y 380 niños cada año fruto de parejas formadas por primos.
El movimiento de Escandinavia. Sea su peso social mayor o menor, en Escandinavia han decidido que la mejor opción es restringir este tipo de enlaces. Y hacerlo de forma oficial, plasmándolo negro sobre blanco en su legislación. La gran referente es Noruega, donde el tema lleva ya tiempo sobre la mesa. De hecho hace cuatro años el Partido del Progreso (FrP) planteó prohibir este tipo de enlaces y hace justo un año se hablaba de la propuesta del Gobierno para restringirlos.
La decisión se adoptó finalmente a principios de verano, cuando la cámara legislativa noruega, el Storting, aprobó introducir una serie de enmiendas en su Ley de Matrimonios que prohíben de forma expresa los matrimonios entre primos. También con cualquier otro familiar con un grado de parentesco mayor.
Y si bien reconoce que en ciertos casos el Gobierno puede conceder exenciones "por razones de peso", el Parlamento advierte que a las parejas no les servirá de nada salir del país para casarse. La ley no reconocerá los enlaces consumados bajo legislaciones extranjeras si sus protagonistas son primos y al menos uno de ellos es ciudadano noruego o sencillamente reside de forma permanente en el país.
Suecia y Dinamarca mueven ficha. Noruega no ha sido la única en abrir el melón. The Local informaba en los últimos días de movimientos similares en dos países del entorno, Suecia y Dinamarca. En el primero, Suecia, se ha realizado una investigación a instancias del Gobierno con el objetivo de comprender mejor el fenómeno de las uniones entre primos y proponer su veto a partir de 2026.
En el país ya se prohíben las bodas entre familiares directos, como hijos o hermanos y hay restricciones también para los "medios hermanos", que necesitan un permiso especial para darse el "sí quiero"; pero ahora Estocolmo quiere ir más allá y vetar cualquier unión entre primos, sobrinos y tíos. Es más, la prohibición quedaría reflejada también de forma oficial en su Código de Matrimonios.
La propuesta afectaría también a los enlaces en el extranjero. El objetivo de sus impulsores es que la medida se active a medio plazo, en el verano de 2026. A priori estarían a favor tanto el Gobierno como los Demócratas Suecos. La prohibición se recogió de hecho en el pacto de coalición, el conocido como "Acuerdo de Tidö".
Una decisión con eco. Con ese telón de fondo, Dinamarca no ha tardado en seguir el ejemplo de sus vecinos. Hace poco varios representantes del Gobierno reconocieron que la nación quiere acabar también con los enlaces entre primos, aunque darle forma legal y plasmarlo en su normativa todavía les llevará algún tiempo. Más allá de las cuestiones y el debate de fondo, Copenhague no quiere verse convertido en un "paraíso" para los enlaces entre primos en la región.
Pero… ¿Por qué? Esa es la siguiente pregunta: ¿Por qué han decidido Noruega, Suecia y Dinamarca acabar con los matrimonios entre primos? ¿Cuál es la razón si las estadísticas indican que están muy lejos de ser mayoritarios en la sociedad y en Dinamarca, por ejemplo, ni siquiera disponen de datos oficiales que den una idea precisa de su alcance real? Sus defensores esgrimen varios argumentos.
Uno es que los hijos resultantes de estas uniones corren mayor riesgo de padecer enfermedades congénitas. El principal motivo es sin embargo otro: acabar con los matrimonios forzados, en los que las mujeres participan coaccionadas. Hace unos días, durante una entrevista con NRK, Jasmina Holten, experta de la policía de Noruega en crímenes de honor, trazaba una relación preocupante entre ambos.
Una conexión "clara". "Vemos una clara correlación entre el matrimonio forzado y el hecho de que estén casadas con su primo", advertía Holten, quien asegura tener constancia de casos de mujeres que se casan con familiares y acaban enfrentándose a episodios de violencia. "Los niños y jóvenes en estas situaciones tienen pocas oportunidades de elegir una pareja distinta de la predeterminada, sin exponerse a represalias. La presión puede formar parte de su educación".
La misma cadena noruega cita un informe emitido en 2007 por el Instituto de Salud Pública del país y centrado precisamente en matrimonios concertados que advertía que en los embarazos resultantes de parejas de primos hermanos había mayor incidencia de muerte fetal e infantil y malformaciones congénitas.
"Matrimonios arreglados". El informe elaborado a instancias del Gobierno Suecia también es crítico. "El material recogido sugiere que los casamientos entre primos a menudo son arreglados y que la decisión sobre el matrimonio recae sobre todo en una familia o clan y no realmente en una elección individual", explica la jueza Anne Kuttenkeuler en declaraciones recogidas por Sweden Herald.
El ministro de Justicia del país, Gunnar Strömmer, ha advertido de que "la violencia y opresión relacionadas con el honor son un grave problema social". "Demasiadas personas ven restringido su espacio vital y libertades por normas de honor opresivas. Parte de ello se refiere a los matrimonios entre primos".
¿Todos están a favor? No. El tema resulta muy delicado y, claro está, ha suscitado debate. El País recuerda que hay políticos suecos y noruegos que se han opuesto al veto recordando que no todos los enlaces entre familiares son realmente forzados o se realizan bajo coacciones. En esos casos, ¿estaría limitando la norma los derechos y libertades de las parejas? ¿Es irrespetuosa con las costumbres de colectivos minoritarios? Hay múltiples estudios sobre la frecuencia de las bodas entre primos los países de la Liga Árabe o Turquía, Pakistán e Irán.
También hay quien ve la medida positiva y plantea ya que se traslade a otras naciones. Es el caso del columnista Matthew Syed, que hace unos días insistía desde las páginas de The Times en la necesidad de tomar nota de la decisión de las autoridades escandinavas. En su opinión, entre otras ventajas, ayudaría a "reducir el derramamiento de sangre y la criminalidad alimentados por el tribalismo".
Imágenes | Alvin Mahmudov (Unsplash), Bart van der Lugt (Unsplash) y Artsy Vibes (Unsplash)
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