Miles de franceses cruzan la frontera entre ambos países para comprar cigarrillos más baratos
El tabaco ha vuelto a subir su precio en España. Este incremento entró en vigor el pasado 27 de enero con la publicación en el BOE de la nueva fiscalidad que afecta al precio de las marcas disponibles a la venta en nuestro país. Lo cierto es que durante los últimos 30 años hemos visto cómo su precio se ha encarecido progresivamente: en 1990 el paquete costaba unos 0,61 euros. En los 2000 su precio rondaba los 2,50 euros y en 2015 la cajetilla ya estaba en 4,37 euros.
Ahora, ya entrados en 2024, la mayoría de marcas llegan a superar los 5 euros muchas veces. Y claro, como resultado al incremento continuo de su precio, con cada subida también se compran menos cigarrillos en España. De ahí que el consumo de cigarrillos haya caído alrededor de un 5% este pasado 2023, según datos del Ministerio de Hacienda. Año en el que se llegaron a vender 110 millones de cajetillas menos que en el año 2018.
Ese descenso podría haber sido mucho más acusado si no fuera por un fenómeno que está incrementando silenciosamente las ventas de tabaco en nuestro país. Y lo que es más sorprendente, uno que no están ocasionando tampoco los españoles. Hablamos de las ventas turísticas en la frontera. O cómo miles de franceses cruzan la línea divisoria entre ambos países para comprar cigarrillos más baratos. "Cada vez que empieza el mes vengo aquí, hago la compra y cojo tabaco. La diferencia es la mitad de precio", contaba un cliente de paso en La Jonquera en un reportaje de TVE.
Según el último informe del mercado de tabaco en 2023, recién publicado por el Ministerio de Hacienda, mientras las ventas de cigarrillos caen alrededor del 5% en casi todas las provincias, hay tres donde los estancos vendieron más que en 2022. Y justo son los tres pasos fronterizos importantes con Francia: Gerona, Lérida y Guipúzcoa. Concretamente, en 2023 los españoles adquirieron 66 millones menos de cajetillas respecto al año anterior, mientras que los extranjeros incrementaron sus compras en tres millones. En total, acaparan ya el 13% de todas las compras (y sumando).
Vender tabaco en la frontera, un negocio millonario
Con tal demanda de por medio, los estancos de La Jonquera se frotan las manos y no sorprende que en el municipio se hayan llegado a ofrecer hasta siete millones de euros por abrir uno de estos negocios. La puja más alta que se ha hecho en España para obtener una de las 203 nuevas licencias que el Ministerio de Hacienda sacó hace dos años a subasta pública. Curiosamente, hasta 30 de estos nuevos estancos estaban destinados en zonas fronterizas, donde la demanda de tabaco es superior.
Tan valioso es tener un estanco en estas áreas, donde el visitante francés es más recurrente, que la Agencia Tributaria recaudó 67,7 millones de euros tan solo con esa treintena de nuevos locales. El 70% de los 95,97 millones que ganaron por las más de 200 licencias vendidas en todo el país. Es decir, estas son con diferencia las más caras porque también son las más rentables. De donde más sacó beneficios fue gracias a las pujas en La Junquera (Girona). Allí los diez establecimientos subastados enriquecieron las arcas del Estado con 57 millones de euros.
El Ayuntamiento de La Jonquera no está tan contento: crítica que se permita que haya estancos situados a 25 metros de las escuelas. "Si en un lugar se disminuye esta distancia entre estancos y también respecto a los centros escolares, tiene que haber una justificación. En este caso no ha habido ninguna y la decisión ha sido muy poco transparente", señalaba Sònia Martínez, su alcaldesa.
Otro municipio donde se llegó a pujar una ingente cantidad de dinero (5.145.000 euros) por los cinco estancos subastados fue en Dantxarinea (Navarra). Y otro caso sorprendente es el de Les, en Lleida, donde se ofrecieron cuatro licencias nuevas para un municipio que apenas cuenta con 900 habitantes. Todas ellas entre los 500.000 y los 280.000 euros.
El fenómeno también afecta a Girona, que se pone por detrás de Madrid y Barcelona en la venta de tabaco: el año pasado facturó más de 560 millones de euros. Sí, España se ha convertido en el estanco de Francia. Y a nuestro Gobierno no le parece mal, Hacienda está sacando grandes beneficios de ello. Al final, un negocio enorme y que crece cada año si tenemos en cuenta que a un francés un paquete de tabaco le cuesta el doble en su país (casi 10 euros).
A quien sí le molesta es al Gobierno francés, que en plena pandemia (coincidiendo con los cierres de fronteras), se dio cuenta que sus ciudadanos no habían dejado de fumar, sino que simplemente habían dejado de comprar el tabaco en Francia. Hasta el punto en que tomaron medidas al respecto. Con una nueva normativa, la cantidad de tabaco con la que los franceses ahora pueden regresar a su país se ha reducido. Si antes podían volver con cuatro cartones enteros de tabaco, ahora sólo pueden volver uno.
Imagenes: Ayuntamiento de Ermua (Flickr)
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