España ante su momento de la verdad: un 32% de los recién nacidos es hijo de padres extranjeros

Un fenómeno que se acentúa por mucho en algunas provincias, con más del 70% de niños siendo hijos de padres foráneos

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España vive una crisis demográfica que empeora cada año. Nacen cada día menos de 900 bebés, la cifra más baja registrada. La tasa de fecundidad es de 1,3 hijos por mujer, un punto menos que la media mundial, que es de 2,3. Los únicos países que nos superan con peores cifras son Corea del Sur, China y Malta, El resultado es una España sin niños, tendencia que hemos analizado en Xataka. Sin embargo, de los 38 niños que nacen en España cada hora, 12 de ellos son de padre o madre nacidos en el extranjero. Un fenómeno que se acentúa por mucho en algunas provincias. La España del futuro es una España de diversidad.

El estudio. Es lo que se desprende de un estudio elaborado por el Observatorio Demográfico del CEU a partir de datos del INE, que concluye que casi un tercio de los bebés que nacieron en España en 2021 (el 32,4%) tenía al menos un padre o madre extranjero, superándose el umbral del 40% en ciudades principales como Madrid o  Barcelona. La investigación habla de una "transformación sociodemográfica histórica" por el corto periodo de tiempo en el que se ha producido.

Y es que, en cuestión de décadas, las siete ciudades españolas más pobladas han visto cómo su población autóctona decrecía mientras la foránea aumentaba. Principalmente de origen latinoamericano (42%), africano (28%), europeo (22%) y asiático (7%).

Los casos más extremos. Aunque aún predominan los nacimientos de bebés con ambos padres españoles, hay puntos en el mapa ejemplifican drásticamente la tendencia, donde la mayoría de los nacidos son descendientes de extranjeros. En Cataluña, la comunidad que lidera la clasificación, cuatro de cada diez recién nacidos tiene padre o madre extranjero, una proporción que se sitúa en el 37,3% en el caso de Baleares y en el 35,2% en La Rioja, pero que baja hasta el 9,2% para el caso de Extremadura o al 16,5% en Andalucía.

El caso de Salt, conurbación en Girona, es un ejemplo radical : allí nada menos que el 75,7% de los nacidos son de padre o madre extranjeros y sólo un 22,4% tienen progenitores españoles. La mitad de esos niños de padres extranjeros son africanos (sobre todo marroquíes, aunque también de malienses, senegaleses o nigerianos). Nos recuerda a otro caso similar, el de Níjar, en Almería, donde el 68,5% de los niños que vienen al mundo son de padre o madre extranjeros, también africanos.

¿Por qué? El fenómeno responde en gran parte al notable aumento de la inmigración en España en las últimas décadas: un crecimiento de seis millones y medio de extranjeros residiendo aquí en comparación con hace 25 años. Un cambio demográfico sin precedentes que ha provocado que una quinta parte de la población española sea ya inmigrante. Hay que tener en cuenta que desde los años 90 la inmigración creció en España de forma rápida, pasando de 1.067.478 extranjeros empadronados en 1996 a unos 7,5 millones en 2022, una subida de más del 600%.

Y esta tendencia de niños con padres foráneos se acentúa precisamente en las regiones que cuentan con mayor población extranjera, como son Cataluña, Madrid, Baleares, Canarias y Comunidad Valencia. Al contrario que en las que menos tienen, como Extremadura, Asturias, Castilla y León y Galicia. Aquí entra en juego un factor importante: la población inmigrante opta normalmente por destinos donde hay más empleo.

Ante su momento de la verdad. No se pueden pasar desapercibidos los problemas de integración que han tenido Francia, Bélgica, Suecia o Reino Unido cuando han llegado a estos volúmenes de "segunda generación de inmigrantes". Todos estos países son imanes para la inmigración, tanto por su pasado colonial (que ha tenido un gran impacto en el movimiento de subsaharianos y argelinos en Francia y de pakistaníes o jamaicanos en Reino Unido) como por su economía desarrollada.

Recordemos que, tal y como hemos contado previamente en Magnet, en Francia el 12% de la población es migrante, en Inglaterra, el 13% y en Bélgica, el 12%. Y esa tendencia ha propiciado fenómenos de discordia y conflictividad social como sucedió en Francia o Suecia. España está ahora llegando a ese punto, está ante su momento de la verdad. Pese a que llevamos décadas contándonos que integramos mejor que ellos, todavía no hemos llegado al punto generacional donde ellos han tenido problemas.

La población autóctona española decrece. Y la de origen extranjero aumenta. Según el estudio, existe una brecha negativa creciente que hay entre nacimientos de madres españoles de origen (cada año menos) y defunciones de españoles nativos, que tienden a crecer. En algunas ciudades, además, se ha producido un éxodo apreciable de población de origen español, que se ha ido a vivir a otros lugares o al extranjero.

Más tasa de fecundidad que las mujeres españolas. Por otro lado, y como factor determinante, no podemos olvidarnos de mencionar que la tendencia se ve más exacerbada dado que las mujeres de fuera tienen mayores tasas de fecundidad que las españolas.

Mientras las mujeres españolas tienen una media de 1,3 hijos, las extranjeras lo duplican o triplican en algunos casos. En concreto, las marroquíes, suelen tener 3,5 hijos de media por mujer, las de Bangladesh, 4,3 y las pakistaníes, 4,2. Además, tienen su primer hijo más jóvenes que las españolas, casi tres años antes.

Imagen | Sebadelha Julie (GTRES)

En Xataka | Los países con más y menos inmigración del mundo, en un mapa interactivo

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