Pese a su discreta fama en las sociedades occidentales, Tailandia es una de las monarquías más reverenciales del planeta. Y también una de las más estrambóticas. Este fin de semana el país se prepara para celebrar la coronación de Maha Vajiralongkorn Bodindradebayavarangkun, oficialmente conocido como Rama X. Y como aperitivo hemos tenido una boda donde la esposa se ha arrastrado por el suelo para besar la dignísima mano de su marido.
La reina. La afortunada responde al nombre de Suthida Vajiralongkorn Na Ayudhya, inesperada nueva reina de Thailandia. La pareja se conoció cuando ella trabajaba de azafata de vuelo, y al poco Vajiralongkorn la incorporó a a su gabinete personal. La relación entre ambos ha sido un secreto a voces durante años, pero pocos esperaban que Rama X contrajera matrimonio por sorpresa a pocos días de su histórica coronación.
La foto. Al mundo, claro, le ha llamado la atención la ceremonia: Suthida ha debido arrastrarse por los suelos palaciegos para postrarse frente a la autoridad real. En Tailandia es mandatorio: el rey no sólo representa al Estado, sino que personifica el crisol cultural y espiritual del país. Su padre, Bhumibol Adulyadej, era ridículamente popular, y pasó en el trono más de setenta años entre la adoración de sus súbditos.
Ceremonias. Cuando Rama IX murió a finales de 2016 el estado tailandés decretó un luto oficial de doce meses. El reverenciado monarca no sería incinerado hasta un año después de su muerte, cuando un espectacular y gigantesco Crematorio de Oro sería completado. Durante los días posteriores a su muerte Tailandia paralizaría las ligas deportivas, cerraría los teatros y los cines e invitaría a sus ciudadanos a vestir de riguroso luto (entre la persecución violenta de grupos ultra-realistas).
En total, el gobierno se gastó casi $100 millones en los fastos del funeral. Rama X ascendió al poder tras el deceso de su padre, pero el periodo transitorio y los preparativos de la ceremonia han retrasado la coronación a esta primavera.
Detalles. El pasado fin de semana miles de soldados de la más variopinta estética pasearon por las calles de Bangkok en preparación del desfile. Se espera que más de 150.000 personas acudan al evento. El capricho costará más de $31 millones. Uno de los primeros regalos a recibir por Vajiralongkorn será un preciado elefante blanco de 33 años al que sus cuidadores tratan con dignidad real, hincando la rodilla y llamándole "Su Alteza".
Los elefantes blancos (claros, no albinos) son un preciado símbolo de distinción, y están asociados históricamente a la autoridad moral y budista del rey. Rama IX tuvo once.
Controvertido. Tanta pompa podría llevar a engaño. Vajiralongkorn no es popular. Su vida está repleta de escándalos. Ha tenido cuatro esposas y siete hijos (conocidos) tanto dentro como fuera de sus matrimonios. Se obsesionó tanto con su perro, Foo Foo, que llegó a ostentar el cargo de jefe del Ejército del Aire. Y sus juergas son bien conocidas, llegando a aparecer en Múnich ataviado con un crop-top blanco y horrendos tatuajes falsos en los brazos.
Más allá de su disipada trayectoria, Rama X, además, juega un rol vital en la precaria democracia tailandesa. Y sus maneras no son esperanzadoras.
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