El mercado de las muñecas sexuales está en pleno crecimiento en regiones como China y Japón, donde no sólo se adquieren con fines sexuales, sino también para que sirvan como 'personas de compañía'. Aquí mismo en Magnet hablamos del caso de un hombre con cáncer terminal que decidió casarse con una sex doll.
Li Chen tiene 58 años y vive en Huishui, provincia china de Guizhou, y después de que en 2014 adquiriera su primera muñeca sexual con el objetivo de lidiar con su soledad, a día de hoy tiene siete muñecas que trata como sus hijas, quienes "conviven" con Yang Yang, su hijo (real) de 18 años.
Muñecas sexuales que no se usan para fines sexuales... hasta el momento
Este extraña familia ha llamado la atención de todo el mundo, y Li Chen siempre se ha mostrado muy abierto para hablar de su familia, ya que según él no tiene nada que ocultar. Chen asegura que las muñecas no son usadas con fines sexuales, sino que las ha adoptado como parte de su familia, por lo que a día de hoy estima haber gastado más de 15.000 dólares en ropa y accesorios, con más de 100 vestidos confeccionados en exclusiva para las muñecas.
Pero eso no es todo, Chen sale de vacaciones junto a sus muñecas y su hijo, graban vídeos musicales y organizan sesiones fotográficas. Muchas personas lo llaman "pervertido" o "loco" cuando sale a pasear con sus "hijas", pero Chen siempre se ha mostrado tranquilo y sólo evita las confrontaciones, ya que no tiene por qué justificarse.
Para Chen las muñecas son hermosas, ya que son la combinación perfecta de los rasgos de varias mujeres, por ello quedó enganchado cuando adquirió su primera muñeca en 2014 junto a su novia. Esta relación fue con una chica de apenas 20 años y durante un viaje a Japón conocieron las muñecas sexuales. En aquel entonces no logró comprar una, ya que el precio era de aproximadamente 10.000 dólares, por lo que Chen tuvo que adquirirla más adelante cuando se separaron.
Aquí hay que mencionar que Chen se divorció en 2004 y él ha sido el responsable de criar a su hijo Yang Yang desde entonces. Cuando Yang cumplió 18 años Chen le obsequió una muñeca sexual, la diferencia aquí es que el objetivo es que su hijo la usara para "satisfacer sus necesidades biológicas". Chen menciona que prefiere que su hijo tenga relaciones sexuales con una muñeca de silicona en vez de ponerse en riesgo con alguna desconocida que lo pueda contagiar de alguna enfermedad.
Chen trabaja como inspector bioquímico para un centro de control y prevención de enfermedades, y a día de hoy ha gastado una fortuna en estas muñecas. De las siete muñecas, Chen sólo ha comprado cinco, ya que las otras dos fueron un regalo de una pareja de amigos, la cual se casó y ya no quisieron conservarlas.
Chen espera comprar una nueva muñeca este año para hacer crecer la familia, ya que según él es la mejor manera de lidiar con su soledad. "Los usuarios y coleccionistas de sex dolls son muy normales, incluso nosotros somos más normales que aquellas personas que nos llaman 'extraños' y que a escondidas son infieles a sus parejas."
Vía | Pear En Magnet | Así de surrealista es el proceso de fabricación de muñecas y juguetes sexuales
