Si hacerse viejo no es algo divertido, ¿por qué en las encuestas sobre bienestar sale que las personas mayores son más felices que los jóvenes? Las últimas investigaciones acerca de la felicidad, preguntándole a la gente sobre sus vidas en su totalidad, sus trabajos, familia, actividades sociales y otros aspectos, han empezado a mostrar algunos patrones interesantes.
Los nuevos datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística británica (ONS) muestran que la gente mayor tiene a ser más feliz que los jóvenes. Pero si nos fijamos en los datos de la ONS más detenidamente, podemos observar patrones aún más interesantes.
Entre los 20 y los 40/50 años, la gente obtiene una puntuación inferior en los baremos para medir la felicidad en su conjunto. Sin embargo, una vez pasado el ecuador, se invierte la tendencia y la felicidad media va en aumento hasta que vuelve a descender una vez pasados los 70.
Este patrón de edad en el Reino Unido es similar a los obtenidos en otros países que gozan de un nivel de renta elevado, si bien en otras regiones la curva no se manifiesta de la misma manera. En los países ricos es visible en evaluaciones generales sobre el nivel de satisfacción en la vida y (en aumento durante la mediana edad) mediante informes sobre preocupaciones recientes o estrés.
También existe dentro de algunos ámbitos de la vida concretos: el nivel de satisfacción y la presión en el trabajo, son, respectivamente, los niveles más bajos y más altos durante el ecuador de nuestra vida. Esta curva en forma de U es muy parecida en hombres y en mujeres, aunque el diagrama muestra que las mujeres tienden a tener más preocupaciones que los hombres.
Las encuestas de este tipo nos dan resultados medios a partir de diferentes personas, por lo que no podemos generalizar y pensar que es algo común a todo el mundo. Los estudios longitudinales sobre la felicidad a lo largo de toda la vida todavía no se han podido llevar a cabo y las investigaciones no han podido determinar que una variable, la edad, tenga una relación causal con la otra, la felicidad.
Parece probable que la edad contribuya de alguna manera en los sentimientos positivos o negativos, pero el número de años desde el nacimiento no puede ser una influencia directa. De ahí que tengamos que buscar otros factores, posiblemente causales, que puedan cambiar con la edad.
Felicidad y el entorno
Es obvio que la felicidad se ve muy influenciada por factores externos y son muchos los estudios que han identificado varios factores que pueden contribuir a la relación entre felicidad y edad. Cuando los adultos llegan a la mediana edad, muchas veces se hacen con un trabajo extra y las responsabilidades familiares pueden verse afectadas por la inseguridad laboral y la incertidumbre sobre el futuro, así como el cuidado de los niños y los compromisos con los familiares mayores. Los conflictos entre los papeles asignados pueden llegar a ser demasiado y los ingresos pueden ser cada vez más ajustados para cubrir todas las necesidades.
Los estudios han encontrado que la gente necesita tener cierta influencia en lo que les ocurre y en lo que hacen para evitar la angustia. Son infelices cuando solo son una marioneta a manos de otras personas y de otras circunstancias mientras quieren tener la posibilidad de tomar las riendas para reducir la presión y mejorar su forma de disfrutar la vida. Pero la capacidad de poder influenciar tu entorno se puede ver afectada a la mitad de la vida por conflictos de intereses con otras personas y por los papeles que tenemos asignados cada uno. Puedes sentirte atrapado en tu situación.
Esto es lo que, junto con otros aspectos del entorno de una persona, puede abatir la felicidad durante la edad mediana. Entonces ¿qué es lo que la mejora después? En parte se debe a que la gente pasa a otras etapas de la vida donde la necesidad de tiempo y de dinero, la incertidumbre y otros aspectos negativos empiezan a ser menos. Cuando los niños ya han crecido, el trabajo y otras actividades se estabilizan y las personas que requieren de nuestros cuidados han fallecido, la felicidad media de las personas aumenta.
Influencias personales en la felicidad
Nº | Filtros que pueden afectar a la felicidad |
---|---|
1 | La comparación de la situación frente a la de otras personas |
2 | La comparación de la situación frente a lo que se esperaba |
3 | La comparación de la situación frente a lo que podría haber sido |
4 | Evaluar la tendencia hasta el momento |
5 | Predecir cómo puede evolucionar la situación |
6 | Evaluar la eficacia personal antes y después de esta situación |
7 | Reconocer lo novedoso o lo familiar de la situación |
8 | Valorar el atractivo del rol en el que estamos |
9 | Valorar el atractivo de nuestro entorno |
10 | Valorar el atractivo de nuestras tareas diarias |
Fuente: Peter Warr: Happiness, and Unhappiness, 2007
Sin embargo los sentimientos no se ven solo influenciados por lo que te pase a ti: también dependen de tu manera de interpretar el mundo. La gente responde de forma diferente a muchos aspectos de su entorno, en parte debido a filtros mentales como los representados a continuación.
En relación a la frase número tres de la tabla, las comparaciones "hacia arriba" (en contra de alternativas que se suponen son mejores que tu situación) alimentan la infelicidad. Si bien es cierto que a veces pensar cómo las cosas podrían ser peor (haciendo comparaciones "hacia abajo") puede llevar a pensamientos más positivos.
Las comparaciones mentales normalmente incluyen otras personas, como en el ejemplo número uno de la tabla. Durante la veintena las comparaciones con otras personas "hacia arriba" son normales: compararse con el vecino o con los cuerpos de los famosos. Sin embargo, a mayor edad una menor necesidad de esfuerzo lleva a más comparaciones "hacia abajo". A medida que la gente pasa a la edad mediana, empiezan a mirar hacia atrás y a hacer comparaciones "hacia abajo" que pueden mejorar su felicidad.
Los procesos de adaptación mental son particularmente importantes para entender por qué la felicidad incrementa en los años posteriores. Estudios biológicos y psicológicos han demostrado cómo las respuestas a un estímulo son menores tras varias repeticiones. Esto significa que las condiciones desfavorables pasan a ser vistas con mayor optimismo con el paso del tiempo.
Para aquellos estímulos que son nuevos, la cognición (lo que piensas) y el afecto (cómo te sientes) tienden a estar estrechamente relacionados. Pero tras un periodo de adaptación pueden volver a separarse: puede que estés al tanto de lo que ocurre, pero tus sentimientos pasan a neutralizarse.
A medida que ciertas características y eventos en tu vida pasan a ser cada vez más familiares, tienden a generar emociones menos intensas, lo que puede que contribuya a un aumento gradual de la felicidad con los años. La combinación de estos tipos de factores, los cambios en lo que la vida nos trae y los cambios en la forma de interpretar dichos eventos, pueden darnos una explicación sobre el patrón en forma de U sobre la felicidad en relación con la edad.
Peter Warr, Universidad de Sheffield
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
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