Sí, hay gente que se fija metas muy extrañas, pero esto también los convierte en seres magníficos, ya que se vuelven personas arriesgadas que buscan demostrarse a sí mismos de lo que son capaces. Además, si le sumamos motivaciones adicionales como dinero y fama, entonces tememos un combo ganador.
Este es el caso de Chris Bertish, un surfista y marinero sudafricano de 42 años que se ha convertido en la primera persona en cruzar el Océano Atlántico a bordo de un paddleboard, es decir, un bote de remo. Una hazaña en la que invirtió 93 días para recorrer unos 7.500 kilómetros de navegación no asistida.
Una locura de medio millón de dólares
Este alucinante viaje es fruto de una gran planificación de cinco años, donde Bertish buscó apoyo, patrocinadores y un objetivo más allá de obtener un récord mundial. Es así como consiguió la colaboración del arquitecto naval Phil Morrison, quien durante seis meses le ayudó a diseñar y fabricar el bote con el que navegaría.
El bote de remo se basa en un diseño personalizado de seis metros de largo, el cual cuenta con una pequeña cabina al frente donde había una cama aún más pequeña que usaba para descansar. Aquí dentro también nos encontrábamos con un equipo GPS, un sistema meteorológico, un radio VHF, un sistema de piloto automático que mantenía el rumbo, y un teléfono satelital.
Encima del bote había dos paneles solares que servían para cargar y alimentar los dispositivos. Además de un almacén de agua potable y, por supuesto, un kit de emergencia que incluía una balsa salvavidas, bengalas, y hasta un repelente para tiburones. El coste total de este bote y su equipamiento fue de más de 120.000 dólares, ya que al final se trataba de una inversión en algo donde iba a arriesgar su vida.
El viaje inició el pasado 6 de diciembre de 2016 en Agadir, Marruecos, y de ahí se dirigió a la Isla Antigua, en el país caribeño Antigua y Barbuda, algo que tenía pronosticado realizar en 120 días, pero al final fueron sólo 93. Su estrategia consistía en remar un promedio de 48 kilómetros diariamente, pero fue capaz de batir su propio récord remando un promedio de 69 kilómetros cada día, además de que el penúltimo día dio un esfuerzo adicional y remó casi 97 kilómetros para llegar a su destino.
Bertish navegaba principalmente en las noches para evitar los rayos del sol, y durante el viaje se mantuvo alimentado a base de bebidas llenas de proteína, comidas liofilizadas y carne deshidratada. A pesar de que el bote estaba diseñado para enderezarse si volcaba, tuvo que enfrentar tormentas atándose con un arnes a su embarcación y desplegar un sistema de estabilización que consistía en un par de anclas.
Durante todo el viaje se mantuvo monitorizado en tiempo real vía GPS, y estuvo compartiendo su travesía con todo el mundo a través de su página en Facebook gracias a su teléfono satelital. Con esto, Bertish también logró establecer un nuevo récord de 115 kilómetros, que corresponde a la mayor distancia en solitario de una persona en mar abierto.
El último intento de cruzar el Océano Atlántico en la modalidad 'Stand Up Table', que consiste en una persona navegando de pie sobre una tabla apoyándose con un remo, fue para el francés Nicolas Jarossay, quien tuvo que ser sacado del mar por un equipo de rescate a los pocos días.
Con esta hazaña, Bertish también se está haciendo acreedor a un premio de medio millón de dólares, el cual será donado a una institución que se encarga de ayudar a niños sudafricanos.
Más información | Chris Bertish
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