Sobre sueños no hay nada escrito. Hay quien de niño fantasea con convertirse en bombero, novelista, astronauta, espía, científica, veterinario… Y quien, como Toco, siente auténtica vocación por llevar una vida de perros. Literalmente. Quizás suene extravagante, pero este japonés, de quien poco se sabe más allá de su apodo, país y aficiones, ha puesto todo su empeño y dedicado una buena suma de dinero a convertirse en un enorme border collie que se pasea feliz por casa y el parque.
Nos explicamos.
De Toco no se sabe gran cosa. Solo las pocas pinceladas que él mismo ha compartido sobre su vida y su principal y poco convencional afición: enfundarse un traje de perro, ponerse a cuatro pasas y comportarse como un auténtico collie, lo que pasa por dar la pata, tumbarse de lado, jugar con una pelota, llevar correa, descansar en una jaula, recibir caricias y andar igual que cualquier can feliz.
No hace falta imaginárselo. Muchas de sus experiencias como perro las graba y sube luego a su canal de YouTube, "I want to be an animal", donde va camino de los 42.000 suscritores y tiene vídeos con varios millones de visualizaciones. Algunas de sus piezas se colgaron el año pasado, lo que le da cierta trayectoria. A lo largo de todo este tiempo no ha parado de atraer el interés de las redes y medios, incluidas revistas con alcance fuera de Japón, como People o Daily Mail.
"¿Recuerdas tus sueños de la infancia?"
Su vídeo más popular lo grabó de hecho durante una entrevista con ContentFirst, agencia del grupo RTL Germany. La pieza es especial tanto por el enorme éxito que ha alcanzado —suma casi 5,5 millones de visualizaciones— como por captar a Toco en un contexto bastante diferente al que suele mostrarnos en el resto de sus piezas: en vez de pasear por las habitaciones de una casa o un recinto cerrado, el "perro-humano" se mueve por el parque, con otros canes y gente.
Dar paseos a cuatro patas por la calle puede parecer complicado, pero no es el desafío más duro que Toco ha tenido que asumir. Su afición no es convencional. Su traje, tampoco. Para lograr un disfraz realista que se adapte a su propia fisionomía, ha tenido que encargar un traje hecho a medida a la empresa Zeppet que le costó cerca de dos millones de yenes (12.700 euros) y tardó 40 días en fabricarse.
"Además, recopilamos fotografías tomadas desde varios ángulos para que el hermoso pelaje del border collie pueda reproducirse y diseñarse para que el pelaje fluya naturalmente", explicaba en diciembre la compañía a la revista Mirror.
La pregunta del millón a estas alturas es… ¿Por qué?
La respuesta es sencilla.
A Toco lo ha movido la misma razón que lleva a otras personas a prepararse para convertirse en astronauta o escribir con el propósito de alcanzar éxito como novelista. Vocación. Pura y dura vocación. Una que en su caso viene de muy atrás.
"¿Recuerdas tus sueños de cuando eras pequeño? Quieres ser un héroe o mago. Recuerdo que escribí en mi libro de graduación de la escuela primaria que quería ser un perro y salir a la calle", relata. Ese "sueño vago" pero pertinaz de convertirse en una criatura que camina a cuatro patas perduró pese al paso de los años, hasta que un buen día decidió pasar de las ensoñaciones y deseos a la realidad.
Y encargar su realista y carísimo traje de borde collie.
Que optase por esa raza y no otra tampoco fue casualidad. Más allá de que sea su tipo de perro favorito, los border collie son animales de cierta envergadura, con un tamaño que se adaptaba a su fisionomía y un largo pelaje que ayuda a "engañar la figura humana" y mejorar el efecto del disfraz. "¡Mi sueño de convertirme en un animal se hizo realidad de esta manera!", celebra enfundado en su nueva piel.
Por más popularidad que haya logrado, por más virales que se hayan vuelto sus vídeos e interés que haya suscitado, incluso entre revistas del tirón del New York Post, Toco prefiere preservar su auténtica identidad. No ha facilitado datos sobre su vida, más allá de sus viejos anhelos de la infancia. Lo que sí ha comentado abiertamente es por qué ha decidido mantener esa discreción.
"No le he hablado a nadie de mi transformación. Aún tengo miedo de que mis amigos encuentren mi pasatiempo extraño", reflexiona. Hace poco reconocía a People que siente "un poco de complejo de inferioridad" porque sabe que su hobby no es precisamente popular. De hecho quiere evitar que las personas con las que trabaja sepan que tiene colgado en el armario de casa un enorme traje de border collie de casi 13.000 euros. "Piensan que es raro. Por la misma razón no puedo mostrar mi verdadero rostro", confiesa el japonés a New York Post.
Lamentablemente sabe de qué habla.
El vídeo en el que muestra cómo pasea por el parque ha recibido algunos comentarios que lo atacan de forma directa y cuestionan sus motivaciones. "Los hombres se gastan literalmente 20.000 dólares para transformarse en un collie en vez de acudir a terapia", bromea uno. Otro incluso va más allá y desliza que lo que hace Toco no es otra cosa que dar rienda suelta a "una extraña cosa sexual".
Comentarios de ese tipo, explica, le entristecen.
Eso no significa que piense abandonar el sueño que acariciaba ya desde niño.
"Me encantan los animales y disfruto jugando como un border collie. Es mi afición, así que seguiré adelante", abunda Toco: "Me hace feliz y a otros también".
Imágenes: I want to be an animal (YouTube)
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