Estados Unidos acaba de poner cifra de tropas norcoreanas en suelo ruso. De fondo: una posible intervención en Ucrania que haría saltar las alarmas
La semana pasada contamos que el acercamiento entre Corea del Norte y Rusia había dado paso a un nuevo capítulo más intrigante. Eran muchas las fuentes que anunciaban el envío de tropas y armas al frente ruso en su contienda con Ucrania. Ahora es directamente Estados Unidos el que le ha dado oficialidad al desembarco de Pyongyang en el conflicto bélico europeo. Se habla de miles de soldados, aunque no se aclara lo más importante: ¿qué demonios están haciendo?
La noticia. Estados Unidos ha confirmado a través de un comunicado que Corea del Norte ha enviado tropas a Rusia para apoyar en la guerra contra Ucrania, lo que marca un antes y un después en la contienda y marca un cambio significativo en los esfuerzos de Moscú por ganar el conflicto.
La noticia viene dada por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin III, primer funcionario de alto rango en confirmar públicamente el envío de tropas. Austin destacó la presencia como incierta, pero también como una escalada "muy seria", sugiriendo que la situación es más grave de lo que se pensaba, además de añadir que el movimiento refleja "la desesperación del presidente ruso Vladimir Putin".
Por su parte, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, a través de su portavoz John Kirby, informó que las tropas norcoreanas llegaron en barcos desde Wonsan, Corea del Norte, y han sido trasladadas a tres sitios de entrenamiento en el Lejano Oriente ruso.
3.000 norcoreanos. Esa es la cifra que maneja la inteligencia de Estados Unidos, quienes rastrearon aproximadamente 3.000 tropas norcoreanas que llegaron a Rusia en el mes de octubre, además de añadir que tienen informes de más de 12.000 soldados en entrenamiento.
La semana pasada, Corea del Sur ya había informado que 1.500 soldados norcoreanos, incluidos fuerzas especiales, habían sido enviados para entrenamiento en Rusia. Además, la inteligencia ucraniana también señaló la presencia de un pequeño contingente norcoreano colaborando con las fuerzas rusas en tareas de ingeniería y logística.
¿Para qué? Parece una pregunta con una respuesta obvia, pero no lo es tanto. Oficialmente, Corea del Norte no ha confirmado si se desplegarán en Ucrania. Se sabe, y lo hemos ido contando, que la cooperación entre ambos países ha sido creciente, lo que también incluye la aparente venta de más de un millón de material de artillería de Pyongyang a Rusia. Estados Unidos, por su parte, teme que puedan ser desplegados en el frente occidental ruso tras completar su entrenamiento en Vladivostok.
¿Y qué busca Corea? Los expertos apuntan a que, a cambio, Kim Jong-un, el líder norcoreano, podría estar buscando tecnología militar avanzada, particularmente en el ámbito de misiles intercontinentales y submarinos nucleares.
Implicaciones globales. Qué duda cabe, la colaboración entre Rusia y Corea del Norte genera preocupación tanto en Asia como en Occidente, especialmente por la posible mejora de la capacidad balística norcoreana y/o la amenaza que representa para el equilibrio militar global.
No solo eso. La participación de tropas norcoreanas violaría resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que podría traer mayores repercusiones diplomáticas.
La encrucijada china. Por último, plantea interrogantes sobre la propia reacción de China, un aliado clave de Corea del Norte, que podría no estar contenta con estos movimientos. ¿La razón? El movimiento norcoreano está poniendo a prueba la histórica relación entre ambas naciones. Hoy se ve algo más lejano la celebración de los 75 años de relaciones diplomáticas, principalmente porque China ha buscado proyectarse como un mediador pacífico, evitando una confrontación directa en el conflicto ruso-ucraniano.
De hecho, y a pesar de su alianza con Rusia, China ha mantenido una postura bastante prudente hasta ahora, destacando la necesidad de apaciguar el conflicto. El movimiento norcoreano, a priori, complica la narrativa que Pekín desea presentar ante el mundo, ya que los soldados de su aliado formal están combatiendo del lado ruso, lo cual parece minar dicha postura como pacificador global.
Plus: aunque se trate de una línea argumental más complicada, los analistas también temen que la colaboración militar entre Rusia y Corea del Norte, incluyendo el intercambio de tecnología, podría fomentar un comportamiento aún más agresivo por parte de Pyongyang en Asia a futuro, particularmente hacia Corea del Sur y Japón, obviamente.
Bajo este escenario y de darse tal situación, podría reducir el control de China sobre su impredecible vecino, al tiempo que fortalece el frente anti-chino, consolidado por la reciente alianza entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, algo que Beijing ve como una amenaza similar a una "OTAN asiática".
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