La hipoteca se paga religiosamente. Y aunque los tipos de interés se están disparando, el mercado inmobiliario sigue totalmente estable. El esfuerzo para pagar la casa es el más grande en décadas, pero el nivel de morosidad sigue en mínimos desde la crisis. Es incluso más bajo ahora que antes de la pandemia. Porque los españoles tienen que enfrentarse a todo tipo de desafíos, pero el pago de la hipoteca se realiza mes a mes.
La morosidad todavía es bajísima. Los últimos datos del Banco de España que se han dado a conocer esta semana apuntan que los créditos dudosos en el mes de mayo fueron del 3,59%. Es decir, que el ratio de morosos se sitúa en unos niveles muy bajos, inferiores a los de antes de la pandemia cuando superaban fácilmente el 5% y muy alejados de lo que se vivió en 2015, cuando se acercó al 15%.
Y el BCE prepara una nueva subida. Si todo sigue como parece, el Banco Central Europeo volverá a subir esta semana los tipos de interés, hasta el 4,25%. Una nueva subida que volverá a incrementar el Euribor y aumentará todavía más la presión a la hora de pagar la hipoteca.
Los españoles responden (por encima de las expectativas). La deuda es un 17% inferior al año pasado y menos de la mitad que hace cinco años. Se considera un préstamo dudoso aquel donde hay más de tres meses de demora en el pago.
Si hace cinco años los españoles tenían préstamos dudosos por valor de unos 100.000 millones de euros, ahora están en los 42.553 millones. Este 3,59% está muy por debajo del 4,5% que los analistas preveían para este año debido al aumento del Euribor.
Hay múltiples ayudas al pago de hipotecas. El propio Banco de España tiene una herramienta que permite introducir las características de nuestra hipoteca y situación económica y nos deriva a las distintas ayudas o posibilidades para hacer frente al gasto.
Tenemos desde la reestructuración del plazo para deudores vulnerables hasta una carencia de dos años. También está la posibilidad de congelar durante 12 meses la cuota, la eliminación de comisiones por amortización anticipada y la facilidad para pasar de tipo variable a fijo.
Con un esfuerzo hipotecario mucho más alto. En 2015, cuando la morosidad estaba más alta, el esfuerzo hipotecario estaba en el 30%. Ahora se sitúa en el 38,3%. Es decir, casi el 40% de la renta anual va destinada a pagar la vivienda.
El fantasma de la crisis asoma. Aunque la morosidad está baja, hay que hacer notar que lleva dos meses subiendo ligeramente. Mucho menos de lo esperado, pero el impacto de la subida de tipos de interés está ahí. Puede ser el inicio de un cambio de tendencia que podría rápidamente dispararse, como ya pasó justo después de la crisis de 2008. Los españoles están aguantando la crisis de la vivienda como mejor pueden, sorprendiendo incluso a los analistas. Pero todo tiene un límite.
Imagen | Sunguk Kim
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