Europa está fallando contra la crisis energética. Ahora se debate algo intocable en Alemania: los límites de velocidad

Desde que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, y Putin amenazó con cerrar el grifo del gas a Europa, Alemania se las está viendo en momentos difíciles. El país germano está probado diferentes medidas para combatir la crisis energética que se espera empeore durante el invierno. Los edificios públicos ya sólo se pueden calentar hasta los 19 grados y está prohibido calentar la mayoría de las piscinas privadas. Las vallas publicitarias y algunos monumentos se apagarán a las 10 de la noche e incluso el gobierno ha extendido la vida útil de dos de sus últimos reactores nucleares.

Todo sea para ahorrar. Ahora, el gran debate va de la mano de la movilidad. Varios partidos abogan por poner un límite general de velocidad en las autopistas, algo que podría ahorrar gasolina y reducir a la vez las emisiones de dióxido de carbono.

El debate alemán. Antes de entrar en materia, hay que comentar que muchas de las autopistas de Alemania (las famosas autobahnn) no tienen límites de velocidad. De hecho, este tema ha sido protagonista en cientos de polémicas en el país. Tan intocable es la ausencia de restricciones que cuando un conductor checo publicó en YouTube un vídeo yendo a más de 250 km/h, los fiscales no pudieron presentar cargos.

Pero ahora, con el estado de ánimo actual por la crisis del petróleo y las subidas de los precios, un posible cambio podría suceder. Pero incluso con los Verdes en el poder, es aún bastante poco probable. En esta lucha de poderes, el FDP está en contra y el canciller Olaf Scholz ha rechazado hasta ahora un límite de velocidad con referencia al acuerdo de coalición.

La gente lo quiere. En abril, cuando Alemania se rompía la cabeza para reducir su dependencia energética de Rusia, Ricarda Lang, colíder de los Verdes, propuso un límite de velocidad para ayudar a ahorrar gasolina, el llamado tempolimit. Si bien la idea fue rechazada por la coalición, una encuesta reciente de la revista Der Spiegel sugiere que el 55% de los alemanes apoya la idea, aunque temporal, con el 39% en contra.

¿Cuánto se ahorra? El Ministerio de Medio Ambiente dio a conocer que si se estableciera un límite de 100 kilómetros por hora en las autopistas, los 48 millones de coches alemanes podrían ahorrar 2.100 millones de litros de combustible cada año. También se ahorrarían 5,4 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono, alrededor del 3% de todo el CO2 emitido por el transporte. Por otro lado, en las autopistas donde no hay restricciones de velocidad, hay un 75% más de accidentes mortales que en los tramos que sí tienen límites de velocidad.

Domingos sin coches. Otra de las medidas debatidas son los llamados domingos sin coches. Un concepto que se aplicó por primera vez en Alemania durante la crisis del petróleo de 1973. En ese momento, el gobierno de Willy Brandt estableció cuatro domingos sin automóviles y a los alemanes se les prohibió conducir sin una asignación especial. "No nos han hecho daño en el pasado y también podrían hacer una contribución hoy si la escasez correspondiente lo requiere", explicaba la portavoz de política energética del grupo parlamentario SPD, Nina Scheer.

Una tendencia en Europa. El debate también se vive en todo el continente. De hecho, el diario Financial Times publicó una carta firmada por expertos, incluido un directivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC) en la que se destacaba los beneficios del recorte de los límites de velocidad para reducir las importaciones de petróleo ruso. Hay que recordar que Países Bajos ya redujo el límite en sus autopistas a 100 km/h para frenar la contaminación. Y Bruselas y París han dado sendos pasos en esta misma dirección en los últimos años.

En España. También aquí tenemos nuestro propia experiencia de recortes de velocidad. Hace 11 años, el Gobierno liderado por José Luis Rodríguez Zapatero decidió aplicar una "reducción transitoria" en las autopistas y autovías y bajar el límite de 120 a 110 km/h. El objetivo era exactamente el mismo que ahora: "ahorrar gasolina" ante la subida de precios. La iniciativa se aplicó durante cuatro meses y, aunque consiguió reducir el consumo, no alcanzó los resultados esperados: el uso de gasolina cayó un 8%.

De momento, la Dirección General de Tráfico (DGT) rechaza ahora que vaya a reducir los límites de velocidad en las carreteras. Señalan que esa medida no se llevará a cabo porque España ha vivido recientemente "una época de limitación" de la movilidad con confinamientos y restricciones por la pandemia, y porque "el conductor español ya es maduro y sabe lo que tiene que hacer para ahorrar combustible” si "corre un poco menos".

Imagen: Unsplash

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