El cielo europeo se está llenando de aviones vacíos. Sí, sin pasajeros ni bienes ni cargamento de ningún tipo. Simplemente un vuelo fantasma sin ningún objetivo más que volar. Bueno, en realidad sí tienen uno: asegurar las plazas del aeropuerto. La variante Omicron ha pospuesto a muchos de volar, y debido a eso, llevar personas y bienes del punto A al punto B se ha convertido en un infierno para miles de vuelos.
Ha creado incluso extrañas alianzas, con ambientalistas y las principales aerolíneas unidas para reducir los vuelos vacíos presionando a la Unión Europea, comprometida en la lucha contra el cambio climático, para que modifique la ley más innecesaria de la aviación.
Vuelos vacíos. El Grupo Lufthansa, que incluye Brussels Airlines, Austrian Airlines, Eurowings y Swiss, tiene que volar aviones "vacíos" solo para mantener sus derechos de despegue y aterrizaje en los aeropuertos europeos. Todo el revuelo se ha originado después de que el gigante alemán del aire dijera que tendría que realizar 18.000 vuelos "innecesarios" adicionales durante el invierno para mantener los espacios de aterrizaje.
¿Por qué? En ocasiones, durante la pandemia, las pistas de los aeropuertos han sido fundamentalmente instalaciones para aparcar aviones. Sin embargo, en tiempos de mayor actividad, estos lugares son un bien valioso para las empresas que compiten por su parte del espacio aéreo. Actualmente y según la norma de la UE, las aerolíneas deben operar vuelos en al menos el 50% de sus horarios de despegue y aterrizaje programados, o corren el riesgo de perder esas plazas. Este umbral se revisó a la baja desde el 80% habitual cuando golpeó la pandemia en 2020, pero se prevé que se eleve hasta el 64% en marzo.
La regla 80/20 (como se la conoce) trata de asignar eficientemente la escasa capacidad aeroportuaria, según la IATA. Es decir, brinda a las aerolíneas la seguridad de anunciar billetes con casi un año de anticipación, lo que permite a los clientes reservar viajes a largo plazo. Al anunciar el nuevo cambio, la CE señala que las estimaciones del tráfico aéreo sugieren que los cielos estarán casi un 90% más ocupados este año que en 2019. Pero con las aerolíneas que continúan recibiendo un golpe debido a Omicron, los críticos dicen que la regla sigue siendo demasiado estricta.
Por el lado de la UE. Esto pone a la UE en un aprieto. Por un lado, debe asegurarse de que las plazas de los aeropuertos estén abiertas a una competencia leal, permitiendo que los recién llegados compitan por ellas si no se utilizan lo suficiente y, por otro lado, quiere evitar que los aviones contaminantes vuelen tanto como sea posible. El ministro de Transporte belga, Georges Gilkinet, criticó en una carta a sus homólogos de la UE para que se unieran a la iniciativa y aumentaran la presión. "El alto nivel de contaminación creado por estos vuelos va totalmente en contra de los objetivos climáticos de la UE", decía, e instó a la CE a poner fin a esta "tontería ambiental, económica y social".
Eso sí, lo hizo después de enterarse de que 3.000 de estos "vuelos fantasma" eran de aviones de Brussels Airlines.
Críticas. Greta Thunberg es una de las que critican la llamada regla del "úsalo o piérdelo": "La UE seguramente se encuentra en un modo de emergencia climática ...", tuiteaba sarcásticamente hace unos días. El grupo de campaña Stay Grounded calificó a los aviones vacíos como un ejemplo flagrante de "vuelos miserables", entre los que también se incluyen viajes de corta distancia, jets privados y turismo espacial. "Parece que el hecho de que estamos en una grave crisis climática y que los vuelos son la forma más rápida de freír el planeta aún no ha llegado a la cabeza de quienes toman decisiones y las aerolíneas".
El compromiso climático actual de la Unión Europea es reducir las emisiones de carbono en un 55% para 2030. Y para avivar más la llama, la noticia llega apenas dos meses después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima en Glasgow.
No es la primera vez. En realidad, esto mismo ya ocurrió en 2020, cuando varias aerolíneas mantuvieron su frecuencia de vuelo normal durante semanas simplemente para mantener espacios en los aeropuertos centrales de Europa. Nuestros compañeros de Xataka contaron entonces el fenómeno. Para que os hagáis una idea: en aquel momento, el aeropuerto de Cork pasó de manejar hasta 15.000 pasajeros al día a solo 40.
El Secretario de Transporte de Reino Unido, Grant Shapps, pidió entonces a la organización aérea encargada de coordinar los aeropuertos que suspendiera de forma temporal esta regla del 80/20 (ahora es del 50) para las aerolíneas, mientras que en EEUU o China no debían de cumplirla.
¿El precio? La mayoría de los 18.000 vuelos "fantasma" de Lufthansa, aunque no todos, están operando en Europa, pero puede resultar complicado calcular su coste medioambiental exacto. Catherine Livesley, fundadora de No Fly Travel Club explicaba en este reportaje de Euronews que "un vuelo de corta distancia en un 737 emite aproximadamente 18 toneladas de CO2 por hora, y eso es casi el doble de lo que emite un ciudadano europeo promedio en un año entero".
Imagen: Unsplash
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