El éxito de Parásitos es lo mejor que le podía haber pasado a las distribuidoras de cine independientes

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Parásitos, la grandísima ganadora de los Oscar, narra una pequeña fábula entre la comedia y el horror sobre los conflictos de clase, de la lucha de los de abajo, asfixiados en un aire viciado, por respirar un poco del oxígeno que disfrutan los de arriba.

El paralelismo con lo que ha ocurrido esta noche es evidente y no sólo porque en la gran cita del cine a nivel mundial haya ganado por primera vez un film de habla no inglesa, sino por lo que ha significado en términos de éxito para los responsables de la distribución. No es un asunto baladí: en estos tiempos en los que casi parece que el cine únicamente puede triunfar mediante  megaproducciones de superhéroes o respaldados por los gigantes del VOD,  algunas pequeñas compañías acaban de llevarse la alegría de sus vidas.

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Así quedaban repartidas las distribuciones en Estados Unidos de las grandes contendientes de la noche: dos para Sony (Mujercitas y Érase una vez en Hollywood), dos para Fox-Disney (Ford v. Ferrari y Jojo Rabbit), dos para Netflix (El Irlandés e Historia de un Matrimonio), una para Warner (Joker) y una para Universal (1917). Menos Parásitos, claro. Aunque la distribuidora nacional del film ha sido principalmente cosa de la surcoreana CJ Entertainment, una de las dos más potentes de su país, la distribución estadounidense se la han llevado los de Neon, una pequeña compañía que ni siquiera existía cinco años atrás.

No todo es el dinero: cuenta Tom Quinn, director de Neon, lo complicado que es competir contra las grandes empresas. Neon echó a andar en 2017 cuando se aseguró los derechos de distribución de Yo, Tonya. Aunque Netflix ofreció mucho más dinero que ellos, la productora decidió apostar por los independientes, que garantizaban una exhibición tradicional.

Para hacernos una idea de la desproporcionalidad de la lucha, en 2019 Neon sólo logró recaudar 50 millones de dólares en la taquilla estadounidense mientras que Warner hizo 1.574 millones y Disney 3.800. La suma de la cuota de mercado de las siete grandes es del 87%.

Cuando Allison Janney ganó el Oscar a actriz secundaria por su papel en Yo, Tonya en 2018, la suerte sonrió a Quinn y su equipo. La película de Bong Joon Ho ha recaudado por el momento 35 millones de dólares entre Estados Unidos y Canadá (167 a nivel mundial), y gracias a los premios de anoche es probable que la suma crezca un importante pico más, en torno a un 25% extra. Lo más parecido que encontramos al fenómeno Parásitos fue el éxito de Moonlight en los Oscar de 2016, que fue también producida y distribuida por una indie estadounidense, A24, aunque sus cifras doblan las de la compañía que nos ocupa.

Frente a la uniforme presencia de las majors estadounidenses en casi todo el resto de países de las otras ocho nominadas a Mejor Película, la lista de distribuidoras de Parásitos a nivel mundial es una ensalada de nombres. En España quien se ha llevado el gato al agua ha sido La Aventura. Fue fundada en 2013 por Ferrán Herranz, alguien que ya venía del mundo de la distribución, y llevan desde entonces moviéndose en el terreno indie por detrás de otros agentes más consolidados como Caramel o Avalon.

Según cifras del Ministerio de Cultura y Deporte de 2018, La Aventura consiguió durante todo ese ejercicio 180.000 espectadores y un millón de euros de recaudación. Fueron una de las distribuidoras con menor volúmen de negocio de las 25 que operan en España.

Según cifras de León Noticias, desde su estreno en octubre Parásitos lleva acumulados 400.000 espectadores en salas de nuestro país, aún no ha sido retirada de cartelera y es muy probable que, después de lo ocurrido ayer, decidan reestrenarla.

Cómo el premio a Parásitos podría, con mucha suerte, ayudar a la clase media del cine

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La película de Bong se mueve en un tipo de narración tradicional, reconocible por espectadores de todo el mundo, pero pese a ello es innegable que la cuestión idiomática y de subtítulos sigue siendo un escollo insalvable para muchos, especialmente para las audiencias estadounidenses. Por eso mismo, que Parásitos haya roto la unanimidad en el habla de las mejores películas según los Oscar es una grandísima noticia que puede tener consecuencias en el futuro.

Como ya han analizado algunos periodistas especializados, la adhesión por parte de la Academia de 1.500 miembros extranjeros a su club en estos últimos tiempos podría haber ayudado a que una película coreana haya sido más valorada que el resto de títulos estadounidenses. ¿Estamos ante la internacionalización de los Oscars? Es algo que a ellos mismos les vendría muy bien, dados sus bajos índices de audiencia y mediocre recepción del público de muchas de sus últimas pelis premiadas. A Hollywood también le interesa, ya que la recaudación de sus películas ha pasado de sustentarse en un 50% en las ventas internacionales en el año 2000 a que éstas sean ya el 73% en 2019. Además, para el año que viene esos 1.500 nuevos miembros y sus votos van a seguir estando ahí.

Si los Oscar dejasen entrar más obras del resto de países del mundo se estarían abriendo las puertas a una mayor variedad cultural de los productos y, en última instancia, a elevar la calidad media de sus nominadas, algo de lo que últimamente no iban sobrados. Ello a su vez ayudaría a que pequeñas compañías de productoras y distribuidoras como las que hemos visto tuviesen más papeletas de que sus obras acabasen en ese escaparate de lujo que son los Oscars, dándoles un par de bocanadas con las que aguantar contra el oligopolio de la taquilla de las grandes majors.

Pero aún es pronto para afirmar que nada de esto vaya a suceder. Por lo pronto se ha confirmado que el próximo proyecto de Bong Joon Ho va a ser una serie para la estadounidense HBO. Eso sí, hoy, mañana y el resto de la semana va a ser fiesta grande en Neon y La Aventura.

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