Los bobtail japoneses no son la única raza de gatos de cola corta, pero sí la que mantuvo a salvo la cultura e industria japonesa durante siglos
Los gatos son importantísimos para muchas culturas. Cuando pensamos en ellos como 'seres divinos', lo más seguro es que Egipto sea lo primero que nos venga a la cabeza. Ahora bien, también tienen relación con otras culturas y deidades, como ocurre con los dioses vikingos. Y Japón no se queda atrás. Concretamente, los gatos japoneses que han servido de inspiración para las figuritas de gatos de la suerte o para la mismísima 'Hello Kitty'.
Se trata de los bobtail japoneses y no sólo su estética es curiosa, sino que les debemos gran pate de la tradición cultural japonesa.
Un gato de leyenda. Algo que llama la atención del bobtail japonés es que la cola es corta y, a veces, algo torcida. El primer impulso que podemos tener es el pensar que se le ha amputado por el motivo que sea, pero la realidad es que son así. Los primeros documentos sobre gatos de cola corta vienen del sur de China y se cree que esta especie entró en Japón gracias a los monjes budistas del siglo VI. Estos monjes serán tremendamente importantes en un futuro, pero ya llegaremos a eso.
Y claro, con una particularidad como esta cola corta, hay leyendas que buscan dar una explicación. Una historia del folclore japonés cuenta que un gato -con la cola “completa”- dormía tranquilamente cuando se le incendió la cola. Asustado, empezó a correr por el pueblo, propagando el fuego a su paso. Su aldea quedó reducida a cenizas y, para evitar más desastres, el emperador ordenó que se cortara el rabo a todos los gatos. Con la genética en mente, habría dado igual, pero la historia tiene su mística.
Otra pieza del folclore cuenta que una gata llamada Maneki-Neko se sentaba en los negocios del pueblo en el que vivía y, con un movimiento de la pata delantera, indicaba a los transeúntes que podían entrar a la tienda. Así, como cuando se paraba en la puerta de un establecimiento, la gente entraba, se consideró que era un gato de buena suerte. Si estás pensando en esas figuritas de gatos que mueven la pata, son Maneki-Neko y es tan importante que está en la fachada del tempo Gotokuji de Tokio.
La realidad… Lo cierto es que hay varias especies de gatos con una cola de este estilo y, para algunos de ellos, existen leyendas que tratan de explicar el origen de esta particularidad. Sin embargo, un estudio reciente determinó que las colas torcidas y más cortas de los bobtail son producto de una mutación sin sentido. Se trata de una mutación dominante, por lo que la descendencia compartirá el rasgo, pero algo interesante es que no hay dos colas iguales.
Es el producto de un número reducido de vértebras en la cola, pero también de la fusión de las mismas. Es lo que provoca no sólo que sea más corta, sino que esté más o menos doblada y, también, que ese punto -articulación- en el que puede doblarse no sea común a todos los bobtail.
¡Que nos quedamos sin escrituras! Pero… ¿por qué es un gato tan importante? Aquí entran en juego dos momentos en la historia japonesa claves para entender la cultura e industria japonesa (al menos durante cierto periodo). Ya hemos comentado que se cree que los bobtail se introdujeron en Japón gracias a los monjes budistas. También pudieron venir en barcos de mercaderes o como regalo del emperador de China al de Japón, pero como decimos, es algo que no se sabe con seguridad.
Volviendo con los monjes, estos los tenían no como mascota o como una superstición. El motivo era mucho más práctico: los monjes tenían rollos de escrituras fabricados en papel de arroz, un material muy apetecible para las ratas. Por tanto, los gatos tenían una básica, pero fundamental tarea: cazar a esas ratas.
A rescatar la economía. Los bobtail se utilizaban como mascotas, también en palacio, y eran unos buenos protectores de cosechas, pero en 1602 pasaron a desempeñar otro papel vital. Si antes habían salvado las tradiciones budistas, ahora tocaba rescatar la economía, concretamente la de la seda. Los roedores atacaron de nuevo, pero ya no eligieron los rollos de papel de arroz, sino a los gusanos de seda.
Esto podría haber sido una catástrofe, ya que en Japón había una rica industria textil sustentada por la seda, por lo que las autoridades ordenaron que todos los gatos debían ser liberados para que patrullaran las aldeas y acabaran con los roedores que querían zamparse a los gusanos. Además, decretaron que sería ilegal la compraventa de estos gatos, por lo que el bobtail se convirtió en el gato callejero de Japón.
Por tanto, puede que no fueran tan elegantes como los gatos egipcios que eran adorados y enterrados en enormes mausoleos, pero desempeñaron tareas importantísimas para proteger la cultura japonesa de hace unos cuantos siglos.
Imágenes | Enrique Pérez (Xataka), ようてい
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