Fue una de las noticias más comentadas durante el pico de la epidemia: el gobierno italiano incentivaría la compra de bicicletas subvencionando hasta el 60% de cada nueva adquisición en las localidades por encima de los 50.000 habitantes. Hasta 500€ de ayudas para quienes desearan sustituir su habitual forma de transporte (es decir, el coche), por las dos ruedas. Pues bien, ¿qué ha pasado tres meses después?
Al alza. Que las ventas se han disparado, naturalmente. Lo cuenta La Reppublica: sólo en el mes de mayo se compraron más de 200.000 bicicletas en todo el país, un crecimiento del 60% respecto al mismo periodo del año anterior. Durante la totalidad del confinamiento los italianos adquirieron unos 540.000 vehículos, un crecimiento regular tanto en las regiones más beneficiadas por la ayuda como en las que no.
Por qué. La respuesta la ofrece Ancma, la asociación nacional de bicicletas y ciclomotores: "Los incentivos han revitalizado el mercado significativamente, y las compañías en el sector están trabajando a toda su capacidad para responder, no sin dificultades, a la creciente demanda registrada durante las últimas semanas". Se trata de una auténtica fiebre de la bicicleta espoleada desde el ejecutivo.
Plazos, dinero. En total, Italia ha presupuestado la medida en 125 millones de euros. Lo llamativo del boom es que ninguno de los compradores se ha beneficiado aún de la ayuda. En la primera fase el estado compensa el 60% de la adquisición a los clientes; en la segunda, directamente al vendedor. Para obtenerla hay que solicitarla oficialmente al Ministerio de Medio Ambiente. Es Italia. Las cosas llevan su tiempo.
El umbral de población también es más complejo de lo que aparenta. En un principio se beneficiarían las localidades con más de 50.000 habitantes. Después se extendió a las capitales regionales y provinciales.
Marcando tendencia. Otros países y regiones se han mirado en el espejo de Italia. En España, un caso llamativo es el de la Comunidad Valenciana. Hace un mes el gobierno autonómico anunció una línea de ayudas similar: hasta 250€ para bicicletas eléctricas con un importe máximo de 1.400€; y hasta 75€ para bicicletas convencionales y e-patinetes con un importe máximo de 500€. En total, una dotación de unos 500.000€.
Más bicis. Todo ello en un clima favorable al uso de la bicicleta. El coronavirus ha acelerado tendencias de fondo anunciadas o tanteadas por las ciudades. Desde Berlín hasta Nueva York, pasando por Ciudad de México, los gobiernos municipales han instalado carriles bici de urgencia y han peatonalizado calles para dar más espacio al peatón y a las dos ruedas. El ejemplo más visual lo ofrece París, atestada de bicicletas:
A por la eléctrica. Antes de que el coronavirus pusiera en pausa el normal transcurrir de las cosas, la bicicleta eléctrica ya afrontaba un año crucial en su expansión. La epidemia ha acelerado su implantación: sólo en marzo sus ventas crecieron un 85% en Estados Unidos, llevando a la escasez; similares tendencias se han registrado en Reino Unido y Canadá. En este reportaje de The Verge, diversos fabricantes y tiendas cuentan cómo la demanda de e-bikes se ha disparado durante los últimos meses.
Imagen: Michael Thuemmler/Flickr
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