La capacidad de los gatos para ver en la oscuridad hizo que en la Edad Media se asociase a los gatos a movimientos como las herejías y, por ende, se les colgase el estigma supersticioso que aún hoy perdura, especialmente sobre los de color negro. Esta y otras anécdotas son algunas de las explicaciones que justifican por qué los gatos en la Edad Media estaban pictóricamente casi tan mal representados como en la película de 'Cats'.
A raíz de conocer las primeras imágenes de la adaptación cinematográfica del musical 'Cats', Twitter comenzó a llenarse de memes donde se comparaba la caracterización de los personajes de la película con la representación pictórica de los gatos en la Edad Media. La pregunta generalizada entre los usuarios que compartían los memes era la misma: ¿quién ha representado peor la estética felina? ¿la producción de 'Cats' o los dibujos de hace más de siete siglos?
Según cuenta en este artículo de Medium, Damien Kempf, el autor del libro 'The medieval monster hunter', en la Edad Media los gatos eran representados estéticamente a imagen y semejanza de la sociedad humana. A pesar de que eran conscientes de que se trataba de seres irracionales, en los cuadros, se les atribuían rasgos, actitudes y comportamientos más propios de las personas que de los animales.
Ya en aquella época las personas eran conscientes de que el carácter de los gatos nada tenía que ver con la lealtad y la docilidad de los perros. Este sentimiento se refleja en las palabras escritas por un monje cuyo trabajo había sido destrozado por culpa de un gato que había orinado sobre todo un manuscrito.
En el propio texto y con afán de justificar porque no podían leerse algunos párrafos, explicó que "un maldito gato piadoso" lo había estropeado todo. Igualmente, aconsejaba a otros intelectuales de la época que mantuviesen sus trabajos fuera del alcance de los gatos durante la noche, si no querían.
La capacidad de los gatos de ver en la oscuridad y anécdotas como la anterior motivaron a que, poco a poco, los ciudadanos de la Edad Media asociasen a los gatos con "fuerzas oscuras y demoníacas". Según Damien Kempf, "su capacidad de ver en la oscuridad se asociaba con los herejes, que ignoraban la luz de Cristo y preferían quedarse en la oscuridad". Fue entonces cuando se creó la superstición en torno a los gatos negros.
Pero ¿y por qué esto no sucedía con los perros? Fácil. En aquella época estos animales se utilizaban para la caza o la salvaguardia de palacios y viviendas por lo que, la percepción en torno a ellos era mucho más positiva que la de los felinos, quienes a diferencia de sus amigos caninos no se dejaban adiestrar con facilidad.
De ahí que, en los cuadros, los perros no aparezcan con rasgos humanizados o actitudes negativas, sino como los fieles compañeros que ayudaban a los humanos a conseguir comida y protegerles de los peligros. Si en la actualidad todavía dudamos si los gatos nos aman u odian, en la Edad Media tenían claro que no eran de fiar.
Imagen: Imgur
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