Un Tribunal de Cuentas de Calabria (Italia) ha condenado a un exfuncionario y a sus jefes por encubrir que éste no asistió a trabajar entre 2005 y 2020
El funcionario continuó cobrando su salario cada mes, ascendiendo a una suma total de 531.000 euros
Según los datos que acaba de hacer públicos la plataforma de empleo Randstad, cada día más de 1,4 millones de personas faltaron al trabajo durante el primer trimestre de 2024. Ese absentismo provoca pérdidas a la economía equivalentes al 6,7% del total de horas pactadas.
Pese a ser una de las cifras más elevadas de los últimos años, palidece si lo comparamos con el caso de absentismo de Salvatore Scumace, un funcionario italiano que, según recoge el diario local Corriere della Calabria, pasó 15 años sin aparecer por su puesto de trabajo, cobrando religiosamente su salario mensual.
El empleado fantasma. Salvatore Scumace comenzó a trabajar en 2005 en el hospital Ciaccio de Apulia en Catanzaro (Italia) como operador técnico del servicio de emergencia contra incendios del hospital. En abril de 2021, el diario local La C News de Calabria, publicabaque Scumace había sido detenido. El Tribunal de Cuentas italiano lo acusaba de daño a la Hacienda Pública por cobrar ilícitamente 531.000 en concepto de salario, por un trabajo al que no se había presentado en 15 años. Además del delito de fraude, se añadieron los de extorsión y abuso de poder, que explicaban cómo había podido permanecer desaparecido durante tanto tiempo.
Había amenazado a sus superiores. El Tribunal de Cuentas de Italia dictaminó que el absentismo de Scumace fue "marcadamente maliciosa desde el principio". El tribunal consideró que la administración del hospital era consciente de su ausencia, pero optó por no actuar al respecto "haciendo pagar indebidamente el salario que percibía puntualmente y del que había disfrutado durante más de 15 años", señala la sentencia dictada hace solo unas semanas.
Según se reveló durante el proceso judicial, el funcionario había amenazado a una directiva del hospital para que no presentara un expediente disciplinario contra Scumace. Pasado el tiempo, esa directiva se jubiló, y su reemplazo nunca supo de la existencia de Scumace, aunque seguían ingresándole su nómina mensual.
Pagar por su negligencia. Más allá de las amenazas sufridas por la directiva que había intentado denunciar al empleado fantasma, Ocho de los nueve directivos implicados en el proceso de supervisión del personal del hospital fueron acusados de negligencia y condenados a indemnizar al hospital por la cantidad total del salario pagado a Scumace.
La sentencia destaca que las conductas omisivas de los exfuncionarios del hospital, calificadas como "conspirativas", facilitaron el fraude cometido por Scumace durante tres lustros, y permitieron que el funcionario siguiera percibiendo su salario durante tanto tiempo sin trabajar, según recogía la agencia de noticias italiana ANSA. Según aparece en la sentencia, los funcionarios permitieron "una hemorragia injustificada de dinero público".
Distintos niveles de responsabilidad. La sentencia reconoce que no todos los funcionarios que permitieron el fraude por omisión de su deber tienen la misma responsabilidad, y por ello establece dos niveles para las indemnizaciones que deberán pagar al hospital por la dejación de sus funciones.
El “primer eslabón de la cadena” estaba formado por la exjefa del centro de operaciones de emergencia contra incendios, el exresponsable del área de recursos humanos, y el jefe del servicio de prevención y protección de la compañía. Según la sentencia del Tribunal de Cuentas, “Ninguno de ellos se preguntó nunca quién era Scumace y qué hacía, porque -si nunca llegó a prestar el servicio- no se puede admitir que un director del hospital, informado de ello, no se preocupe de abrir una investigación interna y seguir sus acontecimientos”. Sobre ellos recae el pago de una indemnización al hospital por un importe de 531.000 euros.
El “segundo eslabón de la cadena” reconoce la responsabilidad de tres exfuncionarios que "con su omisión pretendían ocultar la ausencia de Scumace (o al menos aceptaron el riesgo) y, de este modo, el daño que poco a poco siguió produciéndose al erario público" a este segundo grupo le corresponde una sanción de 381.000 euros en concepto de indemnización para el hospital.
El de RRHH no sabía nada. Por último, el tribunal ve poco creíble que el ex jefe de recursos humanos, encargado de revisar las gestiones y nóminas de la plantilla, no supiera nada de una nómina que se ingresaba a un empleado que había visto en 15 años. “Tenía el deber de verificar si Scumace, definido por todos como un ausente, continuaba presente en el papel del personal en servicio para tener derecho al salario mensual del salario. No es creíble, y mucho menos probable, que todo el mundo supiera del empleado fantasma, excepto el responsable de recursos humanos”, señalan los jueces en su sentencia.
Al igual que a Scumace, al exjefe de personal le corresponde una sanción de 367.000 euros, que deberán pagar de forma solidaria al hospital.
Imagen | Unsplash (Martha Dominguez de Gouveia, Dario Morandotti)
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