Cuando se trata de seguros de coches, las pólizas suelen estar determinadas en gran medida por la ubicación, la edad del conductor y el tipo de automóvil. No importan las habilidades del conductor o qué tan bueno sea en la carretera. Esta anticuada forma heredada de calificar el seguro de los automóviles ya está siendo reemplazada por una nueva tecnología que mide sus comportamientos individuales. Una tendencia mundial a la que ahora se une Tesla, con una vuelta de tuerca que nadie esperaba.
La compañía de Elon Musk ha lanzado un seguro que está específicamente diseñado para sus coches, que usarán múltiples sensores para analizar el comportamiento del conductor en tiempo real y ajustar el precio de la póliza mes a mes. El seguro no utilizará los típicos marcadores que usan los seguros tradicionales para darte un precio, como tu edad, sexo o historial de accidentes. Tesla usará docenas de sensores en el coche para evaluar si eres un buen conductor o no.
¿Cómo? Analizando sus "puntuaciones de seguridad", una característica que Tesla introdujo con la versión Beta de conducción autónoma. Eso podría complicar las cosas, ya que la prima que debe pagarse puede cambiar cada mes en función de las condiciones que el conductor encuentre en la carretera. Cada advertencia de colisión forzada y desconexión forzada del piloto automático afectará su puntuación. Seguir a otros vehículos desde una distancia peligrosa, frenar con demasiada fuerza o girar en las esquinas de manera agresiva también podría reducir su calificación.
Los propietarios ahora pueden solicitar una cotización, en la que el fabricante asumirá una puntuación de seguridad inicial de 90. El precio dependerá del desempeño del cliente después de eso, y podría ser más alto o más bajo de lo que cobra un proveedor tradicional.
Tesla explica que espera que los conductores "promedio" ahorren así entre un 20% y un 40% en su prima en comparación con los competidores, y aquellos con las puntuaciones más seguras podrían ahorrar entre un 30% y un 60%. Ya ha lanzado un ejemplo que muestra cómo la tarifa puede cambiar mes a mes dependiendo de su puntuación:
Ya hay países experimentando con esta tecnología
Países como Reino Unido y EEUU llevan años tratando de implementar formas de esta tecnología punta (UBI) en seguridad y control. Herramientas que son específicas del conductor y permiten observar el comportamiento de conducción individual. Mitsubishi lanzó diferentes dispositivos que se colocan en el coche y determinan qué tan bien (o mal) se conduce. Pueden rastrear comportamientos del conductor, como si golpea con frecuencia los frenos, gira en las esquinas a altas velocidades, tiende a acelerar en vecindarios domésticos, etc. Esta información se recopila, ensambla y compara para determinar la tasa de seguro del automóvil del conductor.
El sistema puede detectar si el conductor está enviando un WhatsApp, desviándose o exhibiendo un comportamiento peligroso o impredecible. También para determinar si un conductor está bajo los efectos del alcohol, se queda dormido mientras conduce o se distrae con una llamada. Los sistemas de aprendizaje automático no solo detectan situaciones peligrosas en la carretera; también pueden procesar multas e informar de sus hallazgos a la policía.
Las grandes empresas ya están experimentando con este tipo de tecnología: Fleetmac Group, TomTom, KORE y más. En EEUU, el programa Allstate Drivewise permite a los conductores ver sus últimos 100 viajes y ver un desglose de su comportamiento al conducir. De media, los conductores pueden ahorrar entre un 10 y un 25% en su seguro usándolo.
Además, ahora las distracciones están más penalizadas que antes. En 2011, un conductor citado por conducir distraído pagaba solo un 0,4% más por un seguro de coche que un conductor con un historial de conducción limpio. Ahora, una infracción de este tipo aumenta las tasas en un 23% de media, un aumento de la multa de hasta 7.040% desde 2011. Si eso no es un factor disuasorio suficiente, los malos conductores deben saber que una infracción puede afectar la tarifa de su seguro durante años.
El objetivo secundario y obvio de estas tecnologías es que beneficien al conductor con tarifas de seguro más bajas, ya que el conductor ahora es consciente de que el "gran hermano" siempre está observando (y calificando) sus hábitos de conducción. Esta es precisamente la razón por la que el despliegue de estos dispositivos en el Reino Unido, por ejemplo, no ha sido tan aceptado por la población general. La mayoría de las veces es el conductor de alto riesgo el que elige instalar estos dispositivos, con la promesa de tarifas más bajas si sus hábitos de conducción se consideran seguros y buenos. Renunciar a algo de libertad tiene su precio.
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