Los ganaderos de Extremadura se las prometían felices con la campaña de Navidad. Hasta que llegó la lengua azul

“Hemos tenido una buena primavera, se había producido una bajada de los precios de los piensos y tenemos unos precios históricos de venta de los corderos. Ahora nos llega este desastre”. La frase es de Rafael Chávez, un ganadero extremeño que hace unos días resumía así al diario Hoy la impotencia con la que ve los focos del virus de la lengua azul que se han registrado en granjas ovinas de España y han llevado las administraciones a movilizar sus vacunas. Hay preocupación. De forma especial en Extremadura, con focos del serotipo 3 que llegan en una época sensible para el sector, cuando ya avista (no tan lejos) la campaña de Navidad.

La gran pregunta es… ¿Cuál será su balance final?

¿Qué es la lengua azul? Una enfermedadvírica importante por el impacto que tiene en el ganado. Su peculiar nombre lo toma de una de los síntomas que muestran los animales infectados, aunque tampoco es el más habitual. Además de fiebre, hemorragias, exceso de salivación, diarrea o pérdida de peso, la lengua de los animales enfermos puede volverse “azulada” por una mala oxigenación.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH) aporta una serie de claves que ayudan a conocer mejor la dolencia: no es contagiosa, la transmite la picadura de ciertos mosquitos (Culicoides) y del virus que la causa, de la familia Reoviridae, se conocen una veintena larga de serotipos distintos. En cuanto a los animales a los que afecta, se incluyen especies con un importante peso en la economía española, como los ganados ovino, bovino y caprino.

¿Por qué es importante? Por el impacto que puede tener en los animales infectados. La “lengua azul” tiene a sus espaldas un amplio historial de casos que han afectado de forma importante al sector ganadero. La propia WOAH recuerda que el foco detectado en Portugal y España hace casi 70 años, en 1956, con una “cepa virulenta” del virus, causó la muerte de unos 46.000 ovinos en el primer país y 133.000 en el segundo. El mismo organismo recuerda que se han identificado 24 serotipos distintos y “la capacidad de cada cepa para provocar la enfermedad varía considerablemente”.

¿Manejamos más datos? Sí. Aunque conviene manejarlos con cierta responsabilidad. Que la enfermedad golpee con más o menos fuerza depende en parte de la especie. Los síntomas más graves se detectan por entre los ovinos. Entre ellos la enfermedad puede extenderse de forma amplia, con una morbilidad de hasta el 100%, lo que importa sobre todo si se tienen en cuenta los síntomasque sufren los animales infectados, como fiebre, abortos, pérdida de peso, “interrupción del crecimiento lanar” o incluso la muerte.

La mortalidad media oscila entre el 2 y 30%, según la WOAH, aunque las autoridades advierten también que en las razas más susceptibles el dato puede llegar al 70%. Hace unas semanas se detectó por ejemplo un foco en la región de Évora, en Portugal, del serotipo 3 del virus. En ese caso los datos recabados por Franciay Países Bajos, países que también lo han sufrido, apuntan a una mortalidad entre el ganado ovino de entre el 10 y 25%.

¿Cuál es la situación en España? La enfermedad se ha extendido a lo largo de las últimas semanas con diferentes focos. Los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) permiten hacer el seguimiento de forma fácil y rápida. En junio se informó de un foco del serotipo 8 en una granja de 772 ovejas y 59 cabras de Girona, a escasos 30 km de Francia. El último caso similar se había notificado a finales de 2020 en Bizkaia.

Unos meses después, a principios de septiembre, el MAPA alertó de otro caso de serotipo 8 en Mallorca, semanas más tarde reseñó otro caso en Extremadura del serotipo 1 y el pasado día 30 lanzó una nueva alerta, en este caso por la detección de tres focos del serotipo 3 del virus en sendas explotaciones de ovino repartidas por las provincias de Badajoz y Huelva. Las granjas se situaban más o menos cerca de la frontera con Portugal, que unas semanas antes ya había identificado también un caso del mismo tipo.

¿Es importante el serotipo 3? Ha sido esta última notificación, la del serotipo 3, la que ha dado más relevancia a la enfermedad por su posible impacto. Al fin y al cabo, como reconocía ya en septiembre el MAPA, tras el caso detectado en Portugal, se trata de una variante “de especial importancia”. “Produce cuadros clínicos severos y elevada mortalidad en ovinos (entre un 10 hasta el 25%), así como clínica en ganado bovino con pérdidas en la producción láctea, no descartándose mortalidad en las explotaciones afectadas”, explicael ministerio de Luis Planas.

Desde octubre de 2023 se ha extendido ya por diferentes países de Europa, incluidos Países Bajos, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Dinamarca, Noruega, Suecia, República Checa, Francia, Reino Unido y Portugal, con casos notificados a lo largo de este o el año pasado. El comunicado del MAPA llegaba acompañado también de un aviso a la calma: la lengua azul es una enfermedad vírica que afecta a los rumiantes de diferentes especies, no al hombre.

¿Cuál ha sido la respuesta? Mover ficha. A finales de septiembre, después de que se notificase el caso de Évora, a las puertas de la frontera española, el Gobierno anunció la compra de 655.000 dosis de vacuna contra el virus de la lengua azul serotipo 3. El Ejecutivo apuntó además a 15 millones de euros, que debían ser completados por otros tantos de las comunidades autónomas, precisó, para apoyar a los ganaderos por las pérdidas que el virus les pueda causar por la muerte de animales o gastos extra.

Desde los gobiernos regionales, como la Junta de Extremadura, la de Andalucía o la de Castilla y León, se han dado diferentes pasos ya para conseguir vacunas con la que evitar la propagación de la enfermedad. Hace unos días por ejemplo el Gobierno extremeño anunciaba la reserva de casi un millón y medio de dosis de vacunas frente al serotipo 3 de la lengua azul que se sumarían, afirmaba, a las alrededor de 175.000 repartidas por el Gobierno central.

¿Qué dicen los ganaderos? No ocultan su preocupación. De forma especial en Extremadura, por los focos registrados. El Periódico de Extremadura publicó ayer un artículo en el que habla de ciertos de ovejas muertos y cita a un ganadero de la región que se lamentaba del impacto de la lengua azul en su granja. “Se está llevando toda mi vida por delante”. No es el único. El diario Hoyhabló también con otro que, en cuestión de una semana, ha perdido ya 32 ovejas y unos 40 corderos fallecidos al poco de nacer por no tener leche materna o directamente a causa de abortos.

“Esto es una catástrofe cuya magnitud aún no se conoce. Todos los días se están muriendo animales o enfermando y muchos de estos, sobre todo ovejas madres y corderos, no sobrevivirán”, lamenta. La preocupación se extiende también a otras zonas de España en las que aún no se han detectado casos, pero temen sufrir las consecuencias. Hay quien cree que las medidas para frenar el avance de los contagios llegan tarde al menos en parte de las zonas afectadas “llegan tarde”. “La ola fuerte de contagios de la lengua azul en Extremadura ya nos la hemos tragado”, zanjan.

¿Importa el momento? Sí. El golpe de la lengua azul llega, explica el ganadero Rafael Chávez al diario Hoy, tras “una buena primavera”. “Se había producido una bajada de los precios de los piensos y tenemos unos precios históricos de venta de los corderos. Pero ahora nos llega este desastre en plena paridera de las ovejas”, lamenta. El presidente de la Indicación Geográfica Protegida para los corderos de la dehesa de Extremadura, Corderex, Mario Mera Gómez-Bravo, ha advertido a la agencia Efe también del efecto que puede tener la enfermedad en la producción si no el escenario no se cambia a lo largo del próximo mes. El motivo, recuerda, es que otoño es una época clave para el sector. “Hay una paridera muy importante, que abastece para la Navidad”, recuerda: “En un mes sería importante que hubiera libertad de movimiento porque si no afectaría seriamente a la producción”.

“Sin vacunas, la campaña de Navidad se va al garete”, concuerda en declaracionesrecogidas por El Economista Carmen Gómez Cosme, ganadera extremeña con una explotación de 150 cabezas de ovino. El sector de la región mira ya con expectación a la campaña de Navidad y el posible impacto de la enfermedad en sus negocios, aunque con opiniones divididas, entre quienes temen que pueda peligrar y los que consideran que aún es pronto para saberlo

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