German Madrazo, el mexicano que aprendió a esquiar hace un año y cruzó la meta en último puesto con una enorme sonrisa

German Madrazo, el mexicano que aprendió a esquiar hace un año y cruzó la meta en último puesto con una enorme sonrisa
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En el que sin duda ha sido uno de los momentos más emotivos de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018, el mexicano German Madrazo terminó en el lugar 116, de 116 competidores, en la carrera individual sobre esquíes de 15 kilómetros masculino. Sí, fue el último puesto y eso no evitó que cruzara la meta portando la bandera de su país con una enorme sonrisa en el rostro como si hubiese ganado el oro.

Madrazo llegó casi 26 minutos después que el primer lugar y medalla de oro, el suizo Dario Cologna. Pero esto pareció no importarle, porque se trataba de toda una hazaña que nadie creía posible, ya que Madrazo tiene 43 años y hace tan sólo un año aprendió a esquiar.

El guerrero azteca que celebró como si hubiese ganado el oro

Así se vivió el momento histórico:

Madrazo waves the Mexican flag as the last finisher in the 15k cross-country and then gets hoisted up by the other late finishers from r/olympics

Madrazo fue recibido en la meta por sus colegas y rivales de Colombia, Tonga, Marruecos y Portugal (puestos 111, 113, 114 y 115 respectivamente), ya que lo que estaba haciendo el mexicano era todo un hito, ya que nunca antes había esquiado y pertenece a un país donde no hay nieve.

El atleta mexicano forma parte de la pequeña delegación mexicana de cuatro integrantes, e inició su entrenamiento en enero de 2017 cuando tenía 42 años. Lo anterior surgió después de que en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 ningún mexicano participó en esquís, por lo que se propuso entrenar para clasificar y ser el primer en la historia de su país.

Madrazo nunca antes había esquiado y su carrera deportiva se había centrado en triatlones, esto a pesar de que siempre quiso ser nadador profesional. Cuando iniciaron las eliminatorias, Madrazo tuvo que vender sus bicicletas y pedir dinero prestado para ir a Europa a competir, pasando la mayor parte del tiempo en Islandia donde aprendió a esquiar.

Este viernes, después de que llegó en último lugar a la meta, el mundo se preguntaba por qué estaba así de contento si al final había perdido. Es así como su historia salió a la luz e impacto al mundo para convertirse en uno de esos momentos que pasarán a la posteridad y ejemplifican de forma perfecta el espíritu de los Juegos Olímpicos, donde lo importante no es ganar, sino competir.

German Madrazo
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