Gibraltar ha sido durante siglos un epicentro de la tensión política y geográfica entre España y Reino Unido. Este debate lejos de resolverse tiene su origen en ciertos hechos históricos ocurridos hace cientos de años y que son interpretados de maneras distintas por ambos bandos. Dos países en eterna discusión sobre la soberanía del peñón. Y más después de que el Brexit entrara en vigor y pusiera las relaciones internacionales patas arriba.
Ahora, casi 310 años después de su cesión a la Corona inglesa, la colonia británica de Gibraltar ha adquirido un nuevo estatus de "ciudad" británica, reconocimiento que en realidad ya tenía.
La concesión real. Más simbólica que práctica, en realidad. La confirmaba el primer ministro británico, Boris Johnson, hace unos días. Así, la colonia se suma a otras nueve localidades británicas que han adquirido ese título en 2022. A comienzos de año, las autoridades aprovecharon el Jubileo de Platino de la reina Isabel II (sus 70 años en el trono) para solicitar que se concediera oficialmente a Gibraltar ese reconocimiento.
En términos administrativos, Gibraltar es un territorio de la Corona británica, lo que le concede total autonomía, con su propio gobierno y parlamento pero dependiente de la Reina de Inglaterra. Hay que recordar que el peñón fue cedido por el Rey de España Felipe V a la corona inglesa a perpetuidad en el Tratado de Utrecht de 1713 que puso fin a la guerra de sucesión española, aunque lleva tiempo reclamando su devolución.
Reconocimiento meramente simbólico. Lo más curioso de la noticia es que los investigadores descubrieron que Gibraltar ya había sido designada como ciudad por primera vez en 1842, durante el reinado de la reina Victoria. Por razones desconocidas, este hecho se omitió durante todos estos años. Según argumentaba el primer ministro, la concesión ahora del título trata de subsanar ese error histórico.
Estatus de ciudad. Según esto, Gibraltar pasa a ser uno de los cinco lugares fuera del Reino Unido reconocidos oficialmente, además de Hamilton, en Bermudas, Jamestown, en Santa Helena, Douglas, en la Isla de Man y Stanley, en las Islas Malvinas. ¿Y qué da ese nuevo estatus? No mucho, en realidad. Convertirse en ciudad no reportará a Gibraltar muchos beneficios económicos, según los expertos. En algunas ocasiones se asocia al hecho de contar con una catedral, universidad o una gran población si bien no existen reglas oficiales para su concesión, y es concedido por la reina británica, bajo asesoramiento del Gobierno.
El lío con el Brexit. Gibraltar sigue enterrada hoy en un periodo de incertidumbre desde que el Brexit se aprobó en 2016. Recordemos que entonces se votó masivamente en el referéndum a favor de permanecer en la Unión Europea (el 96 % votó a favor de quedarse). Pero la salida del Reino Unido arrastró también a la colonia. No obstante, la península quedó excluida del acuerdo de salida y se establecieron acuerdos informales.
Aún, el bloque y Reino Unido negocian un acuerdo que permita a Gibraltar permanecer en el espacio Schengen, de libre circulación de bienes y personas, situando la frontera en el aeropuerto gibraltareño y no en la valla. Sin embargo, la situación en que quedaría la base militar británica en Gibraltar ha bloqueado toda negociación. Es el lío de nunca acabar.
Imagen: Unsplash
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