La extraña revelación de que los cartuchos de la inminente consola de Nintendo, la Switch, están recubiertos de benzoato de denatonio, el compuesto químico más amargo conocido por el humano para impedir que los niños se los traguen ha despertado nuestra curiosidad. ¿Es la primera vez que Nintendo hace algo así? ¿Hay más benzoatos en las tres décadas de historia consolera de la compañía? Probamos todos los cartuchos de Nintendo y te lo contamos.
Entrante: NES
Teenage Mutant Ninja Turtles
Truco para gourmets: ¿recuerdas que antes de jugar a los juegos de NES teníamos la costumbre de soplar con fuerza por la ranura del cartucho para eliminar el polvo que pudiera impedir el buen funcionamiento del juego? Sugerimos repetir la operación antes de esta cata: el soplido, cual madalena proustiana, lanzará hacia ti (aparte de los ácaros a los que vas a acabar poniendo apodos cariñosos de lo bien que los vas a conocer cuando acabes con todas estas pruebas) un identificativo olor a plástico que activará los efluvios de la nostalgia.
La nostalgia, como bien sabes, desactiva el criterio crítico, y nada más sensato que abotargar los sentidos antes de chupar un cartucho de casi treinta años. Hemos escogido un clásico menor, la primera aventura de las Tortugas Ninja en la consola, por aquello del verde. Este cartucho será nuestra ensalada. El resultado, tras un chupeteo por todos los ángulos del tosco plástico ochentero gris oscuro es definitivo: no sabe a absolutamente nada.
PERO.
La rendija donde está el juego propiamente, la zona que se inserta en la NES, posee —aún manteniendo ese sabor a nada absoluta que caracteriza al resto de la pieza— un leve regusto salado. Jugueteando con la lengua se puede llegar a una zona metálica que inyectará tus papilas gustativas, por unos segundos, con ese inconfundible sabor a chupar candados que muchos identificamos con una infancia marcada por un abuelo que trabajaba en una ferretería de pueblo. A esto lo llamamos “nostalgia buena”.
4 estrellas por el subidón ochentero panterarosístico.
Entremeses: SUPER NINTENDO
Super Mario World
El plato fuerte. Hemos escogido este título de la consola porque no solo es el mejor del catálogo de la consola. Es el mejor videojuego de la historia. Si hay un cartucho que tiene que saber bien es este. ¿Preparados?
El plástico con el que está fabricado el cartucho de NES es distinto al de Super Nintendo. Por algún motivo, este último parece más... poroso. Es decir, que agarra porquería con más facilidad. Frente al color uniforme, sobrio, soviético de los cartuchos de NES, los de SuperNES parecen más gomosos, es fácil encontrárselos con lamparones de diversa consistencia. Es decir, en términos de sabrosura podemos encontrar sorpresas.
En la base, en la sustancia, digamos, el plástico es igualmente insípido, pero los chefs de Nintendo claramente decidieron experimentar aquí: la parte posterior del cartucho está decorada con un aviso legal que dice que hay que limpiar el cartucho frecuentemente (tarde; para mi desgracia), pero es que además no es liso. Un relieve de líneas paralelas horizontales y el logo de Nintendo garantizan múltiples residuos que sin duda ofrecerán, pese a lo idéntico del punto de partida, más variedad gustativa que el cartucho de NES.
En efecto: arenisca, restos de cabello y el inconfundible sabor de DÉCADAS de polvo incrustado en zonas a las que un simple plumero no llega. Los cartuchos de Nintendo son una trampa mortal de sabores y texturas, e incluso tiene una guinda: dos tornillos de cobre en el frontal, a los que cuesta llegar con la punta de la lengua, pero que recompensan con el distinguido sabor picante y fresco del metal con solera.
El chip no presenta mayores distinciones con respecto al de NES, pero el frontal del cartucho depara una última sorpresa: una hendidura bajo la etiqueta con el título del juego que no solo es profunda, sino que incluye su propia serie de relieves como los de la parte posterior. No me he atrevido a introducir la lengua ahí: sin duda podría encontrarme con el pez-globo de los cartuchos de 16 bits.
3 estrellas por el el Increíble Plástico Viscoso
Primero: NINTENDO 64
Mortal Kombat 4
Decidido a probar un plato fuerte, agarro el Mortal Kombat 4 de Nintendo 64. Tengo una confesión que hacer: colecciono videojuegos de Mortal Kombat, lo que sin duda garantiza en mi despensa una buena cantidad de platos difíciles de tragar. Pero aquí tenemos algo solo para gourmets: uno de los peores juegos de lucha de la historia.
Aparentemente, el cartucho de Nintendo 64 no va a ofrecer muchas sorpresas, y se revela como una mezcla de los de NES y los de Super NES: más compacto, con menos filigranas en el modelado que el de Super NES, pero de un plástico igualmente grueso y de aspecto sucio. No tiene relieves apenas, es decir, que posiblemente no nos llevemos sorpresas en forma de tropezones o pequeñas exquisiteces, pero sí que posee un par de tornillos (estos en tono plata) en la zona posterior y, oh: abundantes placas de metal en la zona de contacto con la consola.
Soplo porque siempre hay que soplar y lamo sin miedo, que aquí hemos venido a jugar y porque creedme: siempre es mejor chupar un cartucho de Mortal Kombat 4 que jugar al propio Mortal Kombat 4. El sabor a metal es inconfundible y ya sí, no hay marcha atrás. Nintendo 64 sabe a aluminio, a hiperconector, a electricidad y a futuro. Siempre fue mi consola menos favorita de Nintendo, pero nunca es tarde para que un buen calambrazo te obligue a replanteártelo todo.
2 estrellas por la falta de innovación y porque Mortal Kombat 4
Segundo: GAMECUBE, WII Y WII U
Resident Evil 4 y Manhunt 2
No le demos muchas vueltas al tema: tras esta gloria cartuchera, Nintendo se rindió a la evidencia digital y lanzó tres formatos ópticos (uno de ellos, el de Gamecube, era propietario; los otros eran discos convencionales) que podemos garantizar por todo lo sagrado que saben a CD. Es decir, a nada. A plástico insípido e inodoro. Hemos catado un Resident Evil 4 de Gamecube y nada.
A lo máximo que hemos llegado es a desprecintar una copia de Manhunt 2 para Wii que teníamos sin estrenar con la esperanza de que en algún momento fuera el seguro de nuestra vejez (spoiler: no). Pero salvo el inconfundible (y gozón) aroma a plástico de embalar nuevo, nada que anotar aquí. Pasemos a los postres. Las portátiles.
1 estrella porque aquí tenemos el corazón analógico
Postre: GAME BOY, GAME BOY COLOR y GAME BOY ADVANCE
Super Mario Land
Me pica la lengua, tengo las encías levemente hinchadas y llevo unos minutos experimentando pequeños eructitos con regusto a plástico. Pero vamos con el tramo final: los cartuchos de portátiles. El de Game Boy Advance lo liquido rápido: es poco menos que un cartucho de NES en miniatura: cero sabor y cero remordimientos.
Los de Game Boy y Game Boy Color ya son otro cantar. Escojo uno de mis juegos favoritos de la primera, Super Mario Land, que está absolutamente empapado en residuos porque, claro, ha pasado demasiadas horas de bolsillo en bolsillo, de mano en mano y de consola en consola. Son los cartuchos más sufridos de Nintendo, pero aquí también hemos venido a sufrir.
Nada de particular: los distintivos relieves con marcas y la zona de conexión con la consola no proporcionan ninguna textura ni sabor especial, y el esperable atragantamiento con una pelotilla venida directamente desde un chándal de los años noventa no se ha producido. No saben a nada. Igual con la Game Boy Color. Este experimento no nos está proporcionando demasiados impactos sensoriales, así que habrá jugárselo el todo por el todo.
3 estrellas porque su discreción no amargó los postres
Carajillo: NINTENDO DS, NINTENDO 3DS
Nintendogs
Los cartuchos de las dos portátiles más recientes de Nintendo tienen dos características fundamentales: son de un tamaño mucho más reducido que todas las anteriores y no tienen protegida la zona de contacto del cartucho con la consola. Esto último podría parecer que nos va a dar alguna alegría... pero no. Pese a estar a la vista, los circuitos están tan insípidos como el resto del cuerpo de plástico del cartucho: no proporcionan sabor, y lo que es peor, no proporcionan revelaciones ni conocimiento, que es a lo que venimos.
Así que solo queda meterse el cartucho entero en la boca. No os preocupéis por mí: es el Nintenperros, este juego ya ha hecho por mí todo lo que tenía que hacer. Lo mastico suavemente, lo saboreo bien, intento arrancar algo de excitación de este cartucho insípido, pero no: el benzoato de denatonio está definitivamente descartado, pese a que los cartuchos de Nintendo DS eran más pequeños que los de la Switch.
5 estrellas porque seguimos vivos
A continuación, pruebo el cartucho en una Nintendo DS. Nintenperros funciona. Esa es la enseñanza que extraemos de la jornada culinaria de hoy. La cuenta, por favor.
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