El sueño de crear una ciudad en la que no existan los problemas habituales de tráfico, masificación o gentrificación ha sido el denominador común en muchos millonarios. Walt Disney quiso construir una, Bill Gates también y Elon Musk no lo descarta. Un grupo de inversores entre los que se encuentra lo más granado de los emprendedores de Silicon Valley ha dado un paso adelante y desde 2018 ha ido comprando terrenos al norte de San Francisco para construirse su propia ciudad de ensueño.
Un plan secreto desde 2017. En 2017, una empresa comenzó a comprar terrenos rústicos en el condado de Solano situado al norte de Silicon Valley a medio camino entre San Francisco y Sacramento. Parcela a parcela, la compañía se hizo con una extensión total de 21,05 km2. El Wall Street Journal publicaba que la operación ha supuesto una inversión total de unos 800 millones de dólares. Semejante actividad inmobiliaria no habría llamado la atención de nadie si no fuera porque los terrenos lindan con la Base Aérea de Travis, lo cual levantó sospechas del FBI que investigó a sus nuevos vecinos por motivos de seguridad nacional.
Lo que encontró fue que todos los terrenos habían sido adquiridos por la empresa Flannery Associates, dirigida por Jan Sramek , un exgerente de Goldman Sachs y participada por nombres de Silicon Valley tan notorios como Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn; Patrick y John Collison, fundadores de la empresa de pagos Stripe, o Laurene Powell Jobs, impulsora del Emerson Collective y viuda heredera de Steve Jobs. Medio Silicon Valley había invertido en esas tierras yermas.
Un residencial para Silicon Valley. Las condiciones en Silicon Valley pueden ser idóneas para fomentar un ecosistema empresarial dinámico, pero distan mucho de ser las más adecuadas para vivir. La construcción de vivienda está muy limitada en toda la zona de la bahía y eso hace que los precios se disparen hasta el absurdo.
Cansados de esta situación y de las trabas políticas a la recalificación de terrenos para construir vivienda asequible, los millonarios de Silicon Valley se han agrupado bajo el paraguas de Flannery Associates para construir su propia ciudad desde cero a 95 km al noreste de Silicon Valley. Bryan Brokaw, representante del grupo inversor, declaró a a The New York Times que el grupo estaba formado por: “[…] californianos que creen que los mejores días de California y el condado de Solano están por venir”.
Una “Nueva Las Vegas” para Silicon Valley. Construir una ciudad no solo consiste en comprar unos terrenos y levantar algunas casas. El urbanismo también afecta al área de los transportes, los recursos naturales e incluso la climatología. Pese a eso no es algo que no se haya hecho antes, por ejemplo, en Las Vegas. “Es una zona conocida por sus condiciones de sequía. No tiene ningún sentido. El agua dulce es insuficiente para dar servicio a decenas de miles de hogares. Tendríamos que cavar pozos o convencer a la vecina Fairfield para que proporcione agua y no estaríamos de acuerdo en eso”, dijo a la cadena ABC la alcaldesa de la vecina ciudad de Fairfield, Catherine Moy.
En medio de un secarral y sin carreteras. Las vías de comunicación por carretera con la zona no parecen ser las mejores. “Las carreteras actuales son peligrosas. La autopista 12 es la vía más cercana que une la autopista 99 y la autopista 5. Se llama Blood Alley por una razón”, añadió la edil.
Sin embargo, desde el punto de vista de los inversores, no es nada que no se pueda solucionar con algunos paneles solares. “Estamos orgullosos de asociarnos en un proyecto que tiene como objetivo brindar acceso a empleos bien remunerados, viviendas asequibles, energía limpia, infraestructura sostenible, espacios abiertos y un ambiente saludable para los residentes del condado de Solano. Estamos entusiasmados de comenzar a trabajar con los residentes y los funcionarios electos, así como con la Base de la Fuerza Aérea de Travis, para que eso suceda”, dijo el portavoz de los inversores.
Todos los millonarios quieren su ciudad utópica. No es la primera vez que un millonario o un grupo de ellos intenta construir una ciudad utópica de la nada. Uno de los pioneros fue Walt Disney con su proyecto EPCOT (Experimental Prototype Community of Tomorrow) en la que el magnate imaginó una ciudad con lo último en tecnología y urbanismos que resultó ser totalmente inviable. El mismo camino tomó el proyecto en el que Bill Gates invirtió 80 millones de dólares comprando 10.000 hectáreas de terreno en Arizona.
El CEO de Oracle, Larry Ellison, también tuvo su arrebato urbanístico en 2012 y compró el 98% de la isla hawaiana de Lanai por 300 millones, al final el proyecto viró ligeramente hacia un terreno más rentable y en lugar de una ciudad se construyó un complejo residencial de lujo con hoteles y villas donde finalmente él mismo se fue a vivir. Elon puede que no tenga casa propia, pero sí compró terrenos en los alrededores de Boca Chica, donde se encuentra el centro de desarrollo de SpaceX. Al parecer la intención de Musk era construir una ciudad residencial para alojar a los empleados de SpaceX y The Boring Company.
Imagen | Peexels (Aleksandar Pasaric)
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