Hace cientos de años los vascos y los islandeses entablaron contactos por la caza de ballenas. Y crearon un "idioma" nuevo

El pidgin vasco-islandés no es el primer idioma auxiliar inventado por estos marineros

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Viajar suele ser una de las principales motivaciones que esgrime la gente cuando se le pregunta por qué aprende una lengua extranjera. Pero hubo un tiempo anterior a las academias de idiomas en el que la gente viajaba. Desenvolverse en tierras foráneas era a veces difícil pero los recursos no faltaban.

Y un ejemplo de esos recursos lo tenemos en los marineros vascos que viajaron por el norte del Atlántico cazando ballenas.

El ejemplo en cuestión es el pidgin vasco-islandés, un idioma que combinaba elementos del euskera y del islandés en una suerte de lingua franca para los vascos que visitaban la isla nórdica.

¿Pidgin? Los pidgin son lenguas auxiliares simples fruto de la combinación de elementos de dos o más idiomas. Eran utilizados como forma de comunicación rudimentaria en contextos donde podían coincidir asiduamente personas de diversos trasfondos lingüísticos. Como por ejemplo en los mercados portuarios.

No todos estos idiomas se formaron como consecuencia del intercambio comercial. Muchos pidginsurgieron como una combinación de lenguas aborígenes americanas y los colonizadores europeos o entre estos y los esclavos que llevaban a estas colonias, pero no deben ser confundidos con las lenguas criollas.

Se distinguen de estas en que los pidgin, al ser lenguas auxiliares, no se convierten en primeras lenguas o en idiomas de uso diario en ninguna comunidad. Esto hace que las lenguas criollas tengan una suerte de evolución lingüística natural de la que los pidgin carecen.

Volviendo al pidgin vasco-islandés, es muy poco lo que nos ha quedado de él. Uno de los primeros en estudiarlo fue Nicolaas Gerardus Hendricus Deen, que en 1937 publicó su Glossaria duo Vasco-Islandica, una traducción comentada de dos manuscritos islandeses del siglo XVII. Manusritos que protagonizan una exposición en Itsasmuseum, el museo marítimo de Bilbao.

Gracias a estos manuscritos sabemos algo del vocabulario y las estructuras gramaticales de esta lengua auxiliar y cómo estaba influida por otras lenguas como el inglés o el castellano.

Según explica el investigador Jose Ignacio Hualde en un artículo publicado en 1991, ambpidgin uscrito s estudiados por Deen contenían una lista de términos léxicos, objetos y otros términos sencillos de intercambiar. El segundo de los manuscritos, además, contenía términos más complejos.

El contacto entre marineros vascos e islandeses se interrumpió durante la primera mitad del siglo XVIII. Esto, añadido a que la naturaleza de este contacto fuera intermitente, explican que este pidgin no evolucionara más allá de lo registrado en estos manuscritos.

¿Y cómo sonaba el pidgin vasco-islandés? Podemos recurrir al texto de Hualde, que nos da algunos ejemplos extraídos de los manusctitos conocidos. Sabemos por ellos que el léxico de este idioma estaba formado principalmente por palabras derivadas del euskera, pero la estructura de las frases no respondía a la gramática vasca.

Un ejemplo de léxico lo podemos en la expresión “hamar by galsardia”, que siguiendo a Hualde traducir como “doce [pares de] calcetines”. Otros ejemplos los tenemos en las frases “cavinit trucka for mi”, que queda traducida como “no compro nada”; y “presenta for mi berrua usnia eta berria bura”, o “dame leche caliente y nueva mantequilla”.

Un tercer ejemplo tomado por Hualde es la frase “Christ Maria presenta for mi balia, for mi, presenta for ju bust ana”, traducida en el artículo como “Si Cristo y María me dan una ballena, yo te daré a ti la cola”. En algunas de estas frases podemos también ver algunos elementos incorporados de otros idiomas como el inglés y el castellano.

También en Norteamérica

Este pidgin vasco-islandés ni fue el único idioma auxiliar que incorporaba el euskera y del que tenemos constancia. En Canadá una lengua auxiliar semejante se formó y mantuvo durante un tiempo entre algunos grupos nativo: el pidginvasco-algonquino.

Cuenta el investigador Peter Bakker en un artículo publicado en 1989 en la revista Anthropological Linguistics, que cuando en 1616 el misionero jesuita Pierre Biard llegó a trabajar con los nativos de Norteamérica en Port Royal, Nueva Escocia, estos le saludaron con un “adesquidex, adesquidex”, es decir, con un “amigo, amigo”. Los nativos en cuestión pertenecían al grupo de los micmac o mi'kmaq, una tibu algonquina que habitaba en lo que hoy son las provincias orientales de Canadá: Nova Scotia, New Brunswick o la Isla del Príncipe Eduardo.

Cuenta una historia semejante del también misionero Paul Le Jeune, que vio como los nativos Innu se referían a él con el apelativo “ania”. Ambos encuentros se produjeron en las inmediaciones del estuario del río San Lorenzo, en el golfo del mismo nombre. Bakker hace compilación de diversas fuentes historiográficas que aluden al uso de terminología vasca entre las poblaciones nativas de la región.

También menciona algunos ejemplos de palabras: por ejemplo el uso de la palabra “orgina” para referirse al alce (oreina es en euskera moderno, un ciervo); “pilotua” para referirse a un chamán; “endia”, es decir “mucho/muchos”;  o la palabra “caracona” para referirse al pan, palabra que según Bakker provendría del euskera “garau” (trigo).

Pilotua” no sería la única palabra romance transportada a las tribus por vía del euskera, otras palabras como “gara” (guerra), “cabana” (cabaña) o “echpada” (espada) serían más ejemplos compilados por Bakker.

Entremezclar idiomas es algo que no hemos dejado de hacer. A veces estas mezclas se hacen de forma planificada, para entendernos mejor, como se hizo con estos pidgins o más recientemente con el esperanto.

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Imagen | AgainErick / Ksarasola

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