¿Sesiones de mindfulness? ¿Coaching emocional? ¿Un fin de semana rural con el resto de tus compañeros jugando al paintball? No exactamente. El futuro cercano de la cultura corporativa podría ser más sencillo: hacer deporte. En la oficina. En horas laborales. Con tu jefe y el resto de departamentos de tu empresa. Y hay un país donde comienza a ser tendencia: Suecia. ¿El responsable? Henrik Bunge.
¿Quién? Bunge es el flamante CEO de Björn Borg, la empresa sueca dedicada a la distribución de material deportivo. Desde su llegada a la compañía, Bunge ha promocionado una serie de giros en la cultura corporativa muy centrados en el ejercicio físico. Su idea estrella: la Sports Hour, una hora de diversos entrenamientos obligatorios para todos los trabajadores de Björn Borg los viernes por la mañana.
Es ineludible. Y viene precedida por una hora de estricta reflexión silenciosa.
¿Por qué? Lo cuenta Bloomberg, que ha viajado a Estocolmo para un estupendo perfil sobre Bunge. El sueco observa en el deporte la culminación de su visión empresarial. Entrenar obliga a un grado de concentración total, liberando la mente de todo aderezo y generando vínculos de confianza y camaradería con los compañeros. Exactamente la clase de cultura corporativa que promueve Björn Borg.
¿Cómo? La evidencia científica es laxa. Los pocos estudios revelan que los trabajadores sí juzgan al deporte como una herramienta ideal para estrechar vínculos. Sólo una minoría lo juzga adecuado (el 20% de los hombres, el 12% de las mujeres) para aumentar la motivación laboral. Pero la mayoría (63% y 52%) sí cree que la mentalidad deportiva puede tener un impacto en su aproximación al trabajo.
Es la base de Bunge, que practica deporte a diario y ha ganado carreras de esquí de fondo al Polo Norte: afrontar la jornada con la mentalidad de una sesión de CrossFit.
Escandinavia. La suma de ejercicio y trabajo cuenta con cierta tradición en los países nórdicos. En Dinamarca hay una federación de "deportes empresariales" con más de 340.000 licencias. En Finlandia el 14% de los trabajadores incluyen rutinas deportivas en sus puestos. Y en Suecia el ejercicio corporativo hunde sus raíces en tendencias históricas como el friskvård y el hälso, en las que el deporte conecta con el bienestar mental y físico de las personas.
El ejercicio se interpreta como una fusión de las esferas laborales y de ocio y como una cuestión de salud pública. De ahí su fusión integral con el trabajo.
Éxito. El deporte siempre ha estado atado a la salud, pero Bunge lo lleva un paso más allá: dirige Björn Borg como un gimnasio. ¿La clave de su éxito en los últimos años? Eso defiende. Tanto en Suecia como en el resto del mundo más y más altos directivos se están convirtiendo en obsesos del deporte. Es un debate al alza: ¿debería pagarte tu empresa por hacer deporte, igual que paga por tus vacaciones?
De fondo, una maraña de argumentos en favor del trabajador (más salud) y del empresario (más cultura corporativa).
Imagen: Björn Borg