Lo has visto, lo hemos visto: el clásico tráiler de blockbuster repleto de escenas frenéticas, una narrativa épica que calca el desarrollo de la película y música bombástica. Hablamos de este tráiler. O de este otro. O de este. Hablamos de todos los tráilers que produce Hollywood, porque todos son el mismo.
Su estructura, sus trucos, es muy simple, y ha sido desgranada de forma magistral por Auralnauts en este vídeo-guía-parodia. De modo que, ¿qué ingredientes necesitaría un adelanto para ser exitoso? Empecemos lo elemental: el vídeo se inicia con una solitaria nota de piano a la que se le añade algún golpe inesperado; tras ellas, se introduce una cita épica, o una interrogación inquietante, un planteamiento que adelanta los emocionantes acontecimientos que se vienen.
Poco a poco, tras responder a la pregunta con un giro inesperado, nos encontramos con la realidad de la música que acompaña a las imágenes: es una célebre canción versionada de tal modo que parezca diseñada para el filme. A partir de ahí, muy sencillo, comenzamos a meter efectos especiales, grafías de toda condición y, atención, parte de la trama: esa cosa tan chunga a la que nos referimos al inicio está a punto de dar al traste con el mundo. De destruirlo todo.
Aparece el héroe que nos salvará a todos, se incrementan las capas musicales, entramos en las fechas de lanzamiento, aparecen los nombres de los actores, la música se conduce hacia el clímax-estallido final y el montaje se vuelve cada vez más y más frenético. Al final, lo que la guía muestra es lo profundamente elemental que son los tráiles producidos en fábrica por Hollywood, y los trucos visibles que captan nuestra atención y nos enganchan (conduciéndonos al cine).
En realidad, la estructura de todos ellos es tan simple que hasta un mono con dos pistolas podría producir uno, siempre y cuando siga la divertida parodia sintetizada por Auralnauts. No es simplemente el montaje: como Vulture contó en su momento, toda la industria del tráiler estadounidense se ha atado a los mismos efectos sonoros (un aproximado "bwoom-woob-woob-woob") que incrementan la intensidad dramática de lo relatado (paralizan la acción antes de llevarla al clímax, el bass drop).
El caso es especialmente evidente en la factoría Marvel, cuyo imaginativo uso de canciones populares tanto en Guardianes de la Galaxia como en Thor: Ragnarok, amén de Logan, no oculta que, en realidad, el tráiler es el mismo para todos los casos. En FACT cayeron hace tiempo en la cuenta. La explicación es sencilla: Hollywood ya sabe lo que nos gusta, del mismo modo que sabe lo que no nos gusta. Sobre esas premisas, la fórmula del éxito, el guión parodia de más arriba, es inamovible. Y muy repetitivo.