Las flatulencias, universalmente conocidas como pedos, no han sido objeto de demasiadas obras artísticas en la historia. Invisibles, desagradables y difíciles de interpretar visualmente, eso ha llegado a su fin: hay gente que está grabando flatulencias debajo del agua a 120fps. Jamás un pedo fue tan bello.
El artista en cuestión (artista: lo es de verdad) es Micky Zilbershtein, un creador de la amplia y muy rica comunidad de Vimeo que la semana pasada subió este vídeo a la plataforma. Veinte segundos, música clásica, un vídeo bajo el agua y un slow motion de cómo una mujer desnuda libera sus flatulencias. Una obra de arte de cero poso escatológico. Tiene, de hecho y según Zilbershtein, un espíritu "liberador" y se enmarca dentro de un proyecto sobre la "libertad" y la "censura".
Por más que nos pueda causar risa, el vídeo lleva casi 3 millones de visionados. En una semana. Son cifras de escándalo.
Es evidente que la flatulencia conecta con un sentir popular profundamente arraigado en la psique del ser humano: nos gustan los pedos. Nos resultan graciosos. Sus chistes son los más elementales, pueriles y recurrentes durante la adolescencia, precisamente cuando el más puro de los humores, desatado de los convencionalismos sociales y de la madurez y el refinamiento, tiene lugar. La duda existencial ha llegado a Yahoo Respuestas, biblia del saber: "¿Por qué nos hacen gracia los pedos?". La respuesta es este vídeo.
Lo único (y muy brillante) que ha hecho Zilbershtein ha sido llevarse el terreno adolescente a la expresión adulta, más artística, y en alta definición. La mezcla de tecnología y arte (¡120fps!) da como resultado un viral in-su-pe-ra-ble.
La obra de Zilbershtein, por cierto, entronca a nivel visual (que no escrito: la humanidad ha descrito a las flatulencias con palabras mucho más que con pinturas) con algunas obras interesantes de la historia del arte. Desde la mofa protestante de Lucas Cranach El Viejo a las bulas del Papa Pablo III, como forma de vejación al líder católico en plenas guerras de religión, hasta el He-gassen, un maravilloso rollo-pergamino japonés del periodo Edo donde el pedo representa el cambio político y social del Japón de antaño.
Así que sí, las flatulencia y el arte dan para mucho. Especialmente en alta definición.
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