Las relaciones de Rusia con Occidente llevan años deterioradas. No sólo en materia geopolítica, con la anexión de Crimea en 2014 o la más reciente invasión de Ucrania en 2022, sino por un conflicto ideológico y de valores que lleva tiempo sobre la mesa. Y es que el país de Putin ha querido mantener y fortificarse en esa imagen de "bastión de lo tradicional" contra el liberalismo occidental en muchos aspectos: desde la religión, la homosexualidad, la raza o el género.
Y lo cierto es que hay occidentales que también apoyan la ideología rusa y sus valores. Para ellos, Rusia va a construir una aldea de inmigrantes expatriados estadounidenses y canadienses conservadores.
El proyecto. Los planes fueron anunciados por Timur Beslangurov, socio del bufete de abogados VISTA Immigration, quien, según los medios rusos, estuvo involucrado en el desarrollo del proyecto. Esta pequeña ciudad, si puede llamársela así, tendrá espacio para 200 familias de inmigrantes conservadoras que no son rusos pero quieran residir en el país por sus ideales. Según la agencia de noticias estatal RIA Novosti, el gobierno regional aprobó la construcción para 2024 en el distrito de Serpukhov, al sur de la capital, pero serán los propios inmigrantes que vivan allí quienes financiarán el asentamiento.
¿Quiénes vivirán allí? "Básicamente, son cristianos ortodoxos, estadounidenses y canadienses que, por razones ideológicas, quieren mudarse a Rusia", explicaba Beslangurov. El abogado afirma además, sin ofrecer ninguna evidencia o datos, que "decenas de miles" de extranjeros sin raíces rusas quieren mudarse a Rusia por razones ideológicas, pero se enfrentan a enormes problemas burocráticos con la ley de inmigración del país. "Las razones son conocidas, es la imposición de valores radicales de izquierda liberal en Occidente, que básicamente no tiene límites", señalaba.
¿Por qué? Hay que tener en cuenta que durante la última década, Putin se ha encapsulado en un discurso que retrata a la nación rusa como un país defensor de los valores morales y religiosos "tradicionales". De hecho, firmó un decreto en septiembre que hablba sobre una "batalla por la supremacía cultural" en el escenario mundial y advertía sobre "la imposición agresiva de puntos de vista neoliberales por parte de varios estados". Dijo que Rusia estaba en una "posición única" para defender y difundir puntos de vista conservadores.
Y lo cierto es que, si bien Rusia está en constante batalla con el gobierno estadounidenses, sobre todo desde el inicio de la guerra y el despliege de armamento, Putin ha querido hacer suyas las causas de muchos conservadores occidentales y miembros del partido republicano de EEUU, como aprobando leyes que restringen los derechos LGBTQ+ (recordemos su estrecha relación con el expresidente Donald Trump). Incluso algunos medios de comunicación estatales rusos brindan al partido de Trump una cobertura favorable retransmiten vídeos del expresentador de Fox News, Tucker Carlson.
Atraer a gente afín. La iniciativa se produce además en un momento tenso del conflicto militar y, sobre todo, cuando las sanciones internacionales han dejado la reputación de Rusia por el suelo entre los turistas. El país, que en los rankings quedó entre los peores países para los expatriados en los últimos años, experimentó una gran caída en el turismo.
Sin embargo, el Servicio Federal de Seguridad afirmó a principios de mes que más extranjeros están llegando al país este año: un 17,6 % en el primer trimestre de 2023 en comparación con el mismo período de 2022. Muchas de estas personas podrían provenir de China y algunas naciones de Asia Central, como Uzbekistán y Kazajstán.
Imagen: Flickr (Sergey Durasov)
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