Tenía todas las papeletas para convertirse en material de elucubración conspiranoica. Un accidente ocurrido hace ya más de un siglo que tuvo lugar en alta mar, lejos de la mirada de cualquiera que no estuviera involucrado en la catástrofe. Un desastre colosal, de un tamaño tan grande que los periódicos de la época debieron enloquecer con la noticia. Y lo más importante: cuenta con una superproducción hollywoodiense que ha construido en el imaginario popular una versión de los hechos difícilmente modificable para los que hayan visto la película y no hayan indagado más.
El RMS Titanic ha sido tema recurrente de teorías de la conspiración, pero los últimos tiempos esta idea ha aumentado. Primero, por la difusión cada vez mayor de lo que aparece en el libro La nave que nunca se hundió, de Robin Gardiner. Y segundo, por un documental emitido en la televisión británica que revisaba la validez del hundimiento por choque con iceberg. Vamos a ver qué es lo que los escépticos de las versiones oficiales dicen sobre lo que de verdad ocurrió en el Titanic.
1) Un asesinato encubierto
Una de las teorías más comentadas es que el Titanic no vivió un accidente, sino un siniestro preparado. A J.P. Morgan se le conocía como "el napoleón de Wall Street". Era un empresario y banquero millonario que daría nombre al banco que conocemos hoy día por la misma nomenclatura. Y también era el propietario del Titanic y otros transatlánticos. Entre otros tripulantes había tres hombres importantes que iban a luchar contra la creación de la Reserva del Banco Federal de Estados Unidos, un organismo en el que Morgan tenía puestos muchos intereses.
Este podría haber sido el móvil del hundimiento premeditado del barco. Como sabríamos por la prensa de la época a los días del accidente, Morgan había declarado que viajaría en el Titanic en su fatídico viaje, pero el día antes de zarpar alegó estar enfermo y no poder montarse en el barco. Sea cual fuere su enfermedad, debió de pasársele rápido, pues a los tres días de la partida del Titanic, cuando llegaron las noticias del hundimiento, se le encontró en un resort francés junto a su querida.
A estos indicios se le suma otro: varios de los aristócratas del entorno de Morgan que tenían pasajes gratuitos para viajar en el Titanic cancelaron su viaje pocos días antes de que zarpase el navío. De hecho, entre los pasajeros de primera clase se vieron muchísimas anulaciones de último minuto. Si Morgan hubiese planeado meter a esos tres opositores proyecto gubernamental en el barco para luego matarles, estaríamos hablando de unos de los hombres más sanguinarios de la historia: en vez de mandar a sicarios para terminar con ellos en tierra firme, provocó un accidente que acabó con la vida de más de 1.500 personas.
2) ¿Por qué permanecieron cerradas las puertas estancas?
Nuestra siguiente teoría involucra las puertas estancas de Titanic. En teoría, si estas puertas hubieran sido abiertas el barco podría haberse asentado en una quilla uniforme y, con ello posiblemente mantenerse a flote el tiempo suficiente hasta que llegaran los buques de rescate (que, por cierto, esperaban que llegasen mucho antes). ¿No es eso prueba suficiente de que alguien quería que el Titanic se hundiese de todas las maneras?
Pero después de un análisis rápido se comprueba que esta teoría tiene poca validez. Primero: no había puertas estancas entre ninguno de los cuatro primeros compartimentos, por lo que era imposible que se redujese de forma significativa la concentración de agua que había en la proa.
Y segundo, algunos cálculos hechos por expertos demostraron que cualquier cantidad significativa de agua que hubiese ido a popa desde la cuarta sala de calderas habría provocado, de todas maneras, el hundimiento del transatlántico, y lo habría hecho, además, dejando al barco sin luz por más de una hora de tiempo extra y acortando el período de hundimiento en treinta minutos vitales. Es decir, las razones para no ordenar la apertura de las puertas superaban en peso los motivos para sí hacerlo.
3) El cambiazo con el Olympic: a favor
Esta es la teoría de mayor peso en Internet. La que más comentarios y cavilaciones ha suscitado entre los buscadores activos de la verdad. La empresa inglesa propietaria del Titanic era White Star Line, y justamente en 1912 se encontraba en graves problemas. A principios de siglo los de Liverpool se pusieron como objetivo crear los buques más grandiosos y lujosos de todos los océanos. Ese proyecto germinó en la construcción de tres barcos cuasi idénticos: el Titanic, el Britannic y el Olympic, la niña bonita.
Fue precisamente esa última embarcación la que sufrió un duro choque. El 20 de septiembre de 1911, el Olympic tuvo un grave incidente con un buque de guerra, el HMS Hawke, que se acercó demasiado debido a la turbulencia de la hélice del Olympic colisionando con éste y provocándole graves desperfectos. Tras un análisis de los hechos, se declaró culpable del incidente al Olympic, por lo que el seguro no cubrió los gastos de la reparación. A los mandos iba el capitán Edward John Smith, el mismo que capitanearía también el primer y último viaje del Titanic.
¿Qué decidió hacer entonces White Star Line, compañía participada por dinero de Morgan, para evitar la bancarrota? Cobrarse el seguro haciendo trampas. Esa, que era una estrategia no del todo ajena en el mundo de los barcos intercontinentales, se llevaría aquí a lo grande, costeando uno de los barcos más costosos de los siete mares.
Olympic y Titanic eran barcos casi gemelos. Misma estructura, mismos materiales. Mismo aspecto incluso, salvo para el ojo avezado y por los rótulos nominativos de ciertos puntos de cada barco. Según esta teoría promovida por Robin Gardiner, el cambiazo se dio durante su atraco en Belfast. El Olympic tenía que pasar por ese puerto para su reparación y es ahí donde algunos trabajadores habrían intercambiado los rótulos, los botes salvavidas (tenían dibujados distintos letreros) y otros detalles para hacer pasar al Olympic por el barco que todos conocemos.
Así que el "falso Titanic" partiría en unos días hacia su destrucción segura. Eso, especula Gardiner, es el motivo por el que tanto le costó encontrar trabajadores que quisieran enrolarse al viaje intercontinental. Pese a que Reino Unido estaba en medio de una huelga del carbón y había mucha mano de obra parada, los rumores de los astilleros habrían llegado a la gente de a pie, que habría decidido pasar de la oferta laboral.
Mientras tanto otro barco, el Californian, perteneciente al holding de J.P. Morgan y destinado al transporte de mercancías y pasajeros, no tuvo problemas para abastecerse de carbón para realizar un viaje a los Estados Unidos cinco días antes de que partiese el Titanic. Aunque ese barco podría haber llevado a cientos de pasajeros, el navío partió dirección a Norteamérica sin pasajeros, con un cargamento "casi exclusivo de mantas y de jerséis y herramientas varias".
¿Y a dónde fue a pasar ese otro buque? Justo a las inmediaciones en las que el Titanic colisionaría más tarde, supuestamente, con un iceberg. El Californian se quedó por la zona con los motores encendidos, y su capitán dormía vestido en un sofá del puente en vez de retirarse a su camarote. ¿Una señal de que sabía que algo podía pasar? Más tarde el Titanic le mandó tres mensajes al barco, el último de ellos informando sobre su posición.
El defensor de la conspiración va incluso más lejos: es imposible que un iceberg haga quebrar a un barco "inquebrantable", según los estándares de la época. Lo que había sucedido en realidad es que en la zona había varado otro caro ultramarino con las luces apagadas. La rozadura voluntaria con ese otro viejo barco es lo que hizo que el Titanic se hundiera.
Pero según el plan de la conspiración, algo salió mal. Desde el Titanic divisaron en el horizonte un barco a unos 8 kilómetros de su posición y pensaron que era el Californian. Fue entonces cuando chocaron, pero en verdad ese era un bote distinto. El otro barco de Morgan estaba mucho más lejos, a 20 kilómetros, "esperando sin éxito que apareciese el Titanic". Como el barco de rescate tardó más de lo "previsto" en llegar empezó a entrar el pánico: no iban a subir a un nuevo bote pronto, y las posibilidades de muerte por ahogamiento o congelación se convirtieron en una realidad.
¿Quieres más detalles? Algunos pasajeros afirmaron que, de los botes salvavidas, algunos de ellos llevaban inscrito Olympic. Y años después, cuando se pudo ver el transatlántico sumergido por equipos de exploración, las cámaras captaron alguna de las letras fijadas a su casco, dejando ver lo que había detrás. En este caso una M y una P. ¿MP De Titanic? ¿O MP de Olympic?
El cambiazo con el Olympic: en contra
Las contrarréplicas a esta extendida teoría merecen un capítulo aparte. La primera y más importante, es que el Titanic y el Olympic no eran exactamente idénticos. Fíjate en los elementos de la siguiente imagen.
En la zona marcada con una linea roja del Titanic podemos ver el mirador de primera clase que en el barco hundido estaba cubierto con paneles de cristal retráctil. En el Olympic esto estaba descubierto. La distribución de las ventanas de los camarotes, la zona verde, se distribuía de forma distinta en ambos buques. En la zona azul, para el Olympic tenemos la cubierta B, mientras que para la construcción del Titanic esa zona se eliminó para construir el restaurante de primera clase. En amarillo, las ventanas. En un barco eran redondas y en el otro rectangulares.
Todos estos cambios tendrían que haber sido realizados en ambos barcos en un breve espacio de tiempo y sin que nadie sospechase nada ni viese nada extraño ni entonces ni después del exhaustivo trabajo de análisis de las aseguradoras, que en la época acabaron pagando cinco millones de dólares por el Titanic. Una cifra totalmente astronómica y que, aún con eso, fue menor al coste de fabricar el barco, de 7.5 millones.
La segunda razón, tal vez la que mejor hay que observar, es por qué Morgan decidiría llevar a cabo una contienda así. ¿Para cobrarse el seguro? Un esfuerzo terrible que condujo a miles de personas a la muerte. Y además, ¿de qué le sirve a tu empresa cobrar el seguro por la destrucción de un segundo barco, perfectamente nuevo, en un breve período de tiempo? ¿Cuál fue la reputación de la empresa después de matar (indirectamente) a tantísima gente? Tras la reparación, el Olympia siguió circulando por más de veinte años así como otros de los barcos de la compañía.
4) Malos humos desde Belfast
La última teoría, la que se defendió en el documental Titanic: the New Evidence, cuenta que no fue el choque con un iceberg lo que causó el trágico hundimiento del transatlántico, sino un fuego en las calderas que se habría iniciado incluso antes de abandonar los astilleros de Belfast.
El autor y periodista Senan Molony revelaba en el documental que unas fotos del barco recién publicadas (y que se obviaron por más de un siglo) muestran cómo ese barco "insumergible" ya se estaba debilitando por un incendio de carbón incluso antes de iniciar su catastrófico viaje inaugural. Un problema creciente provocado por el fallo humano que, según esta teoría, le fue silenciada a los pasajeros del buque hasta que fue demasiado tarde.
Esta teoría defiende que el impacto contra el iceberg no habría causado un efecto tan devastador si no fuese porque, en una coincidencia letal, el golpe se produjo en la zona de la embarcación que había sido debilitada por el fuego. Como se defendía también en su momento, la fortaleza del Titanic se basaba en varios sistemas de seguridad, y sólo un accidente en el que se acumulasen varias incidencias podrían provocar su hundimiento. Todas las miradas vuelven al empresario Morgan y su cancelación del último minuto. ¿Tal vez él sí había visto la señal profética que mandaba el humo negro?
Esta es una de las teorías más viejas, y tal vez la más fundamentada (aunque no probada). Puedes conocer más detalles sobre esta hipótesis del fuego de las calderas en este artículo.
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