El estreno de la última temporada de Juego de Tronos ha vuelto a colocar a HBO en el centro de la conversación pública. No sólo por las inoportunas caídas de la aplicación, centro de todas las iras de sus usuarios, sino también por el previsible repunte en suscripciones a propósito de la serie. No hay fenómeno televisivo comparable en ninguna otra plataforma, y todos, sin excepción, pasaremos las próximas semanas hablando de ella.
El problema para HBO es lo que llega despues.
¿La nada? Un estudio elaborado por Second Measure ilustra hasta qué punto HBO tiene un problema de retención de clientes en Estados Unidos. En 2016, con motivo de la sexta temporada, perdió dos tercios de sus nuevos suscriptores al cabo de tres meses. En 2017, coincidiendo con el estreno de la séptima, el volumen de suscriptores creció en un 91%. Después, pasó seis meses consecutivos en caída libre.
¿Por qué? Second Measure recoge los datos ofrecidos por HBO Now, el servicio exclusivo de streaming comparable al ofrecido por Netflix o Hulu. Es una imagen imperfecta, dado que no contabiliza las suscripciones por cable (sustanciales) ni las de HBO Go Service. En todo caso, sirven como referencia para entender los problemas de crecimiento de la plataforma. Ahora mismo su catálogo propio es poco atractivo.
Excepto Juego de Tronos.
El otro extremo. A Netflix le sucede lo contrario. Es cierto que algunos fenómenos puntuales, como Stranger Things, provocaron un repunte repentino de suscriptores. Pero su tasa de retención es robusta: el 75% de sus clientes siguen pagando el servicio seis meses después de darse de alta. HBO palidece en comparación: sólo retiene al 40% de usuarios en el mismo periodo de tiempo; y al 26% de los que se dan de alta para ver Juego de Tronos.
Panorámica. La dinámica ilustra los problemas de HBO a gran escala. El año pasado AT&T se hizo con la plataforma y anunció a bombo y platillo un cambio de modelo. HBO se había caracterizado por un enfoque cualitativo frente a la filosofía cuantitativa de Netflix, en permanente producción de producto propio. El giro estratégico ha llevado a un 50% más de contenido previsto para este año. 150 horas en total.
Se acabó el "mejor es mejor" pregonado en su día por Richard Plepler. La nueva máxima es "más es mejor".
El futuro. Sólo así podrá competir en un mercado audiovisual, el del streaming, cada día más saturado. Se espera que Disney lance su plataforma a lo largo de este año, añadiendo presión a todos los actores. Y HBO parte de una posición poco ventajosa. Disfruta de un catálogo corto y su único fenómeno viral, Juego de Tronos, tiene los días contados. Necesita encontrar nuevos filones o abrumar al suscriptor por mera saturación, como han conseguido Netflix y Hulu.
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