Cuando pensamos los centros de conservación de libros, la mente se nos va a los museos y bibliotecas. En sus archivos, estos centros guardan miles de libros, manuscritos y borradores que, en algunos casos, podemos consultar. Un ejemplo es la RAE, que tiene una biblioteca digital de casi 5.000 obras que podemos consultar online. Pero otra fuente de incalculable valor son los archivos de iglesias y catedrales. La biblioteca del Vaticano es célebre -porque lo que hay ahí es tremendo y porque ha sido muy peliculera-, pero no es la única.
Y un ejemplo es lo sucedido hace unos meses en la catedral de Barcelona. ¿El motivo? Encontramos el que ha sido catalogado como el manuscrito medieval catalán más importante de los últimos 100 años.
Iglesia y cultura. Han pasado unos cuantos siglos desde que los monjes se sentaron en sus scriptorium para producir libros, también desde los manuscritos y copias del Renacimiento tras la llegada de la imprenta. Muchas de esas obras se guardaron en iglesias que funcionaron como archivo de cultura. Podemos pensar que todo está bien catalogado debido a los siglos que han pasado desde que se guardaron, pero puede que la realidad sea otra y que, realmente, tengan tantísimo que… no sepan lo que hay. Y ahí es donde entra en juego la Catedral de Barcelona.
Perdido por el archivo. El Archivo Capitular de la Catedral de Barcelona es impresionante. En él, se guardan 257 códices, casi 41.000 pergaminos y 13.570 volúmenes. Realizan tareas de restauración de libros, planos y documentos, una labor crucial para entender aún mejor cómo era la vida hace unos cuantos cientos de años porque hay de todo: desde mapas hasta documentación notarial, económica, litúrgica y obras culturales.
En definitiva, llevan desde el siglo IX reuniendo textos, siendo uno de los más ricos de Europa en lo que a documentación medieval se refiere y, con tanta obra, es fácil que alguna se pase por alto. De hecho, debido al caos de la Guerra Civil, siguen las labores de catalogación y se estima que queda un 20% pendiente. Ese trabajo va dando frutos y, de vez en cuando, sale a la luz un tesoro que brilla más que el resto.
Cancionero. Encontrado en 2023, pero compartido en febrero de este año, el Archivo mostró al mundo un cancionero que han catalogado como "el descubrimiento más relevante de un manuscrito medieval con poesía de los trovadores que se ha hecho en los últimos 100 años". El decano de la Catedral de Barcelona explicó que "esta pieza tan valiosa se ha encontrado en un fondo de miscelánea, es decir, documentos que han llegado a la catedral cedidos o de los que se desconoce la procedencia".
Cuando la redescubrieron en uno de sus inventarios, se garantizó su buena conservación y contactaron con especialistas para que estudiaran el contenido. Y es significativo porque se trata de un cancionero trovadoresco de la primera mitad del siglo XIV y está compuesto por 13 hojas que guardan 17 poemas.
Muy relevante. Ya se habían encontrado manuscritos trovadorescos de gran importancia histórica anteriormente, pero ninguno en este estado y con esa cantidad de obras. Además, el cancionero destaca por su carácter anticlerical, las críticas a la situación político social en Occitania y se aleja de la tradicional imagen del amor y la cortesía de otros trovadores de la época.
Según el estudio preliminar llevado a cabo por profesores de literatura medieval de la Universidad de Girona, es una obra clave porque "aporta una nueva pieza, muy interesante, al rompecabezas de la circulación medieval de la lírica trovadoresca en tierras catalanas y de la relación cultural entre la corona de Aragón y Occitania".
Trabajo por hacer. Según los profesionales, permitirá definir mejor la forma en la que se copiaba y leía la lírica de los trovadores en Cataluña y afirman que parece haberse escrito en la cancillería real o por mano de un copista bien formado. Hay que seguir estudiando la obra, pero señalan que es importante porque es una pista que permitirá definir en qué círculos se movía este tipo de poesía y, además, tiene semejanza con el fragmento catalán Mh de cuatro hojas y seis poemas.
Esto significa que la forma 'catalana' de diseñar manuscritos de lírica podía tener un patrón en la época. Como poco, es llamativo y estos manuscritos suelen tener un diseño extremadamente cuidado. Si quieres echar un ojo a las obras de todo tipo que se guardan en el Arxio Capitular, puedes hacerlo a través de este enlace o, directamente, desde el propio archivo.
Imagen | Catedral de Barcelona, Eglésia Arxidiocesana de Barcelona
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