A principios de 2015, Vice España entrevistaba a Guillermo Bárcenas, hijo del afamado tesorero de pelo silverado. "Mi grupo de toda la vida ha sido Extremoduro, aunque evidentemente no está en la línea de Taburete", explicaba. Por entonces, Taburete era un chiste de hondo recorrido en los mentideros políticos de Internet: resulta que el hijo del imputado más célebre del país tocaba en un grupo.
Vericuetos del destino, tres años después Taburete es uno de los grupos de referencia de media generación. Llenan conciertos, cierran discotecas al grito de "a casa de Dron" y pueblan estadios con los hijos aspiracionales o no de la clase alta española. Willy Bárcenas es el último de una larga estirpe de músicos pijos que se remonta a Hombres G y que deposita en él la antorcha del futuro.
¿Qué podrá ser de Modo Avión, el copycat de Taburete formado por el hijo de Federico Trillo, exministro de Defensa y ex-embajador en Londres, y por sus primos? Su inicio está siendo idéntico: con apenas 15.000 reproducciones en su vídeo de YouTube más visitado, el grupo no pasa de broma interna entre los medios de comunicación, nosotros incluidos. Ahora bien, los ingredientes son idénticos a los de Taburete.
Pensemos, por ejemplo, en la versión en directo que se marcan de una de sus primeras canciones, 'Lunes de Medicación': guitarra en mano, pose canalla, folk intenso, odas al desamor y un look estético a mitad de camino entre Eton, la Ivy League y un centro comercial de Pozuelo de Alarcón. Cantautores post-adolescentes para el 1%, Supersubmarina en la sede del PP, etcétera.
Se supone (se supone) que entre la maraña de convencionalismos compositivos hay algo de Crystal Fighters (creíble) y de Nirvana ('Scentless Apprentice' pasada por el filtro de la Universidad Europea de Madrid, suponemos), y que de ahí las diferencias con Taburete. El sonido, no obstante, es muy similar: con algo más de vibrato, con suntuosos arreglos de viento y con un mayor poso a banda (y no tanto a solista). Por lo demás, es folk lacónico. Sumérgete en sus feelings.
En fin, como quiera que sólo tienen un puñado de canciones es complicado hacerse a una idea más amplia. Su última canción se lanza al aire latino con arreglos de percusión, ritmo salsero y un pulso más bailable (sin pasarnos, claro, esto no pasaría de canción infantil en una discoteca auténticamente latina).
¿El apartado lírico? No vuelve la canción protesta, que diría J, pero sí cierta consistencia semántica que Taburete, en su nouvelle chanson patria, habían destruido por completo (inolvidable su "Perdí la fama en un cabaret / Se han olvidado a qué huele la luna"). Modo Avión prefieren ganchos más simples, sin aires de Lope de Vega avant-garde: "Tienes ese ritmo muy del rollo techno-funk / Quisiéramos ser tus pantalones", explican en 'Danza de Iliana'.
Si pudiéramos resumir su música en una imagen, escogeríamos la foto de 'Track 4': tres chavales frente a un atardecer en Santander con cara de surferos sin olas. Una gorrita por aquí, unos pitillos por allá, unos Pompeii de colores de añadido y mogollón de pulseras en la muñeca (a ser posible, con la bandera de España incluida). El punto intermedio entre el cuñao-guitarras del BBK y Luisito, hijo del banquero del pueblo, con sobredosis de Álex Ubago.
Con algo de suerte, Modo Avión se convierten en los Izal del folk-pijo y dentro de dos años los tenemos llenando la Riviera. Sin ella, siempre les quedará telonear a Taburete.