En Nepal existe una montaña prohibida. Un bastión inexpugnable nunca conquistado que se eleva a casi 7.000 metros sobre la escarpada cordillera Annapurna. Si escalar el Everest es una hazaña complicadísima, imaginaos lo que puede suponer para los alpinistas esta cima, que incluso el gobierno ha cerrado al público por su impresionante dificultad y peligrosidad. Es probable que sea una de las zonas más vírgenes del planeta, pues pocos se han atrevido a poner un pie sobre sus laderas en el pasado.
Hablamos de Machapuchare, la montaña intacta.
Según los registros oficiales, Machapuchare nunca ha sido ascendida hasta el final. Su nombre en nepalí significa "cola de pez", en alusión a los picos gemelos y la cumbre con muescas que se eleva como dos agujas gemelas que se retuercen entre sí. A diferencia de otras cimas conocidas en Nepal y el Tíbet, que comienzan su ascenso hacia el cielo desde otras montañas medianas, la espectacular belleza de Machapuchare se acentúa por su subida empinada y escarpada desde las llanuras a ras de suelo. Sólo el área de Annapurna, en la que se incluye esta montaña, contiene tres de los 10 picos más altos del mundo.
Aunque no puedes escalarla parcialmente, las empresas de trekking de la región de Annapurna en Nepal pueden llevarte al campamento base de Machapuchare a 3700 metros de altura. Pero solo hasta allí. Es posible pasar la noche y explorar el santuario circundante, que está bordeado por los imponentes picos de Annapurna South, Hiunchuli y el propio Machapuchare. De hecho, World Expeditions tiene una caminata que sale todos los años en el mes de octubre por aproximadamente 1500 euros. Keep Walking Nepal tiene una serie de excursiones también en otro que venden por 1600 euros. Se trata de un negocio, al final, pero algo así como rozar el premio con los dedos sin lograr cogerlo.
Cuesta creer que Nepal, que ha abrazado el turismo de montaña con tanto entusiasmo y que se ha mostrado muy permisivo dejando que los alpinistas escalen la cima del Everest, el punto más alto del mundo —8.848 metro— en masa y abarrotando sus laderas no permita la entrada a este misterioso lugar. Pero la razón por la que Machapuchare sigue siendo un pico virgen, así como la explosión del trekking comercial y el montañismo en Nepal en la actualidad, se puede atribuir a un hombre: el teniente coronel James Owen Merion Roberts.
El auge del trekking y el papel de Machapuchare
Volvamos atrás en el tiempo. Jimmy Roberts, como se le conocía popularmente, fue un célebre oficial del ejército británico cuyas contribuciones a Nepal y al montañismo en general del Himalaya son extensas. Se puede decir que su posición, pasión y conocimiento del Himalaya abrieron las remotas montañas del país al alpinismo comercial y el senderismo, una industria que ha contribuido significativamente a la economía y medios de vida locales.
No solo fue pionero en una edad de oro de la exploración del Himalaya, sino que también hizo que su grandiosidad fuera accesible al resto del mundo cuando fundó la primera agencia de trekking del país llamada Mountain Travel en 1964. Incluso adoptó y popularizó el término "trekking", que hoy vemos en todas las tiendas de Decathlon.
“Ver Pokhara y Machapuchare y las aldeas en las que vivían mis hombres, y especialmente los Gurungs —una de las principales tribus Gurkha en el Himalaya— pronto se convirtió en una obsesión", escribió Roberts en el prefacio del libro Climbing the Fish's Cola. "Pero en aquellos días, el interior de Nepal era una tierra prohibida, más cerrada que incluso La Meca o Lhasa en su apogeo", explicaba. Nuestro protagonista llegó a obsesionarse con la montaña y a enamorarse de su belleza.
Los únicos intentos de ascenso de la montaña
En 1957, después de más de 20 años idealizando el Machapuchare, Roberts organizó la primera expedición para llegar a la cima de la montaña, que no había sido escalada oficialmente hasta entonces, según los registros. Se trataba de su sueño. Pero no lo consiguió. Varios problemas logísticos obligaron al equipo a reducirse en dos y abandonar parcialmente el plan inicial. Roberts se ofreció como voluntario para ayudar a descender al equipo de apoyo mientras otros escaladores contra el viento y la nieve siguieron adelante en un último empujón a la cima. Desafortunadamente, ellos también terminaron abandonando el ascenso, a solo 45 metros por debajo de la cumbre, debido al mal tiempo.
Ninguno lo consiguió. Y tras la expedición Roberts hizo una solicitud bastante inusual al gobierno de Nepal: restringir el pico y así hacer de Machapuchare una cumbre del Himalaya que permanecería sin escalar para siempre. Y sorprendentemente, el gobierno escuchó su solicitud y la aceptó, aunque sigue siendo un misterio cómo lo consiguió. Y lo cierto es que tanto la historia como la prohibición se han escuchado en el pueblo nepalí. Parece una aceptación generalizada que no se puede subir allí y que la zona debe seguir “virgen”.
No obstante, se rumorea que alguien sí se atrevió a poner los pies en la cima. Se trata del neozelandés Bill Denz, un exitoso escalador en solitario con una habilidad capaz para intentar un ascenso tan peligroso. Se cree ampliamente que realizó una escalada ilegal de Machapuchare a principios de la década de 1980, convirtiéndose en la primera y muy probablemente única persona en pisar la cima de la montaña sagrada. Desde que murió en una avalancha en otro lugar del Himalaya en 1983, nunca conoceremos la historia completa.
Con todo, hoy Machapuchare, que se encuentra dentro del Área de Conservación de Annapurna y es el más grande de Nepal, abarca más de siete mil quinientos kilómetros cuadrados de terreno, incluido el pico Annapurna I de 8091 m de altura y el desfiladero del río más profundo del mundo, el Kali Gandaki. Es el hogar de 474 especies de aves, 39 especies de reptiles, 22 especies de anfibios y más de cien mamíferos diferentes, sin mencionar 1226 especies de plantas con flores y el bosque de rododendros más grande del mundo.
En las tres décadas transcurridas desde la supuesta subida a la cima de Denz, el pico de Machapuchare ha permanecido aislado y prístino. Mientras, las montañas circundantes se llenan de basura y se ven agolpadas de alpinistas. La prohibición que aún persiste desde décadas significa que Machapuchare seguirá siendo uno de los últimos lugares de la Tierra que están fuera de nuestro alcance. Y seguirá siendo el sueño de muchos, hasta que el gobierno lo decida.
Imágenes: Commons/Unsplash
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