La figura del narco gallego, con muchas licencias creativas, es el telón de fondo para un drama romántico correcto. Varias historias inspiran su trama
Netflix vuelve a adentrarse en las turbias aguas del narcotráfico gallego con 'Clanes', una nueva serie que mezcla realidad y ficción con la fariña de fondo.
Esta producción, protagonizada por Clara Lago y Tamar Novas —ambos imperiales en sus interpretaciones— se sumerge en el mundo del contrabando y el tráfico de drogas en las Rías Baixas y entrelaza historias de amor prohibido con la cruda realidad del crimen organizado.
Por qué es importante. 'Clanes' no solo es una serie más sobre narcotráfico. Su relevancia está en cómo combina elementos de casos reales del narco gallego en una visión novelada que, si bien engancha, puede generar cierta confusión sobre los hechos que la inspiran.
Esta amalgama de realidad y ficción sirve como un generador de interés sobre el tema adicional al que supuso la espectacular 'Fariña' en 2018, pero necesita cierto contexto para entender dónde terminan los hechos y dónde empieza la fantasía.
Una breve crítica. La serie atrapa, sobre todo por la química de sus protagonistas y el gran trabajo de un elenco de secundarios que aporta profundidad, además de ser visualmente espectacular. Galicia siempre lo pone fácil.
No obstante, tiene algunas pegas, como una narrativa algo inconsistente por las coincidencias forzadas y los giros argumentales poco creíbles, además de abusar de algunos tópicos, que la hace previsible para quien ya está al tanto de las historias de narcotráfico, y sobre todo priorizar el drama romántico frente al drama del narco.
Varios sucesos sabidos y judicializados inspiran 'Clanes':
La Operación Nécora
Es el punto de partida de la serie. Fue en 1990 y marcó un punto de inflexión en la persecución del crimen organizado en Galicia.
La dirigieron el juez Garzón y el fiscal Javier Zaragoza, movilizó a más de 300 agentes desplazados a Pontevedra y buscó desarticular las principales redes de narcotráfico que operaban en la zona, aprovechando la tradicional ruta del contrabando de tabaco para introducir cocaína en España.
Esa operación resultó en la detención de grandes capos como Laureano Oubiña, pero otros narcos importantes como Sito Miñanco lograron escapar.
Este episodio sirve como telón de fondo para la trama de 'Clanes', pero con mucha libertad creativa en su representación.
El caso de Padín
Una de las claves del éxito de la Operación Nécora fue la colaboración de narcos arrepentidos o que buscaban redención cuando estaban acorralados. Entre ellos destaca Manuel Fernández Padín, cuyo testimonio fue crucial para desmantelar las redes de narcotráfico.
En 'Clanes' los guionistas han optado por usar el apellido 'Padín' para la familia protagonista, mezclando elementos reales con personajes y subtramas ficticias.
Esta decisión narrativa tiene un punto positivo: permite jugar con las expectativas del espectador que ya conoce la historia real. Al mismo tiempo, crea una nueva mitología en torno al narcotráfico gallego.
La historia de Tania Varela y David Pérez Lago
Seguramente uno de los casos reales que más han inspirado la trama de la serie. Este caso, que saltó a la luz pública a mediados de los 2000, tiene muchos paralelismos con la relación entre Ana y Daniel (Clara Lago y Tamar Novas).
Tania era una abogada que se mudó a Cambados para dirigir el Centro de Información a la Mujer. Allí conoció a David, hijastro del famoso narco Laureano Oubiña. Su relación amorosa le hizo involucrarse en el mundo delictivo, algo que supuso su condena y ser incluida en la lista de buscados por la Europol.
Esta historia de amor prohibido y caída en desgracia es una clara inspiración para el arco narrativo de Ana, pero la serie tiene muchas libertades creativas para su desarrollo.
Sito Miñanco
No es un protagonista directo en 'Clanes', pero su figura planea sobre la serie. Su historia, en concreto su paso de narcotraficante a trabajador de un parking andaluz mientras cumplía el tercer grado penitenciario, inspira por completo uno de los personajes de la serie.
Miñanco, protagonista principal en 'Fariña', representa el arquetipo de narcotraficante gallego: inicios modestos en el contrabando y ascenso hasta convertirse en uno de los principales introductores de cocaína en Europa.
Las diferencias con 'Fariña'
Para empezar, 'Fariña' viene de un estupendo libro de Nacho Carretero en el que se cuenta el narcotráfico gallego. 'Clanes' pone al narcotráfico gallego como telón de fondo en lo que no deja de ser un drama romántico.
Es una serie muy entretenida y correcta para el espectador casual, pero no conviene tomarla como una representación fiel de los hechos históricos. Su valor está en su capacidad para generar debate sobre un período turbulento de la historia gallega, no en su precisión histórica.
Otra cuestión es si ese debate sobre un proceso judicializado y antiguo, aunque latente, sigue siendo necesario. En última instancia, 'Clanes' es un recordatorio de cómo la industria del entretenimiento puede usar eventos reales como punto de partida para crear ficciones que enganchen, planteando la pregunta sobre el equilibrio entre verdad histórica y libertad creativa.
Quien quiera conocer la historia del narco gallego preferirá 'Fariña', no hay debate. 'Clanes' no intenta ocupar su espacio, su intención es otra y no hay nada de malo en ello, simplemente conviene tener en presente la motivación de cada una.
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