Era cuestión de tiempo. Entidades bancarias y aseguradoras ya utilizan bases de datos y algoritmos aplicados sobre ellas para determinar tus probabilidades de ganarte o no alguno de sus planes. Se usan para saber cómo se moverá un peatón en la calle o para determinar la idoneidad de un candidato en base a su currículum. Era cuestión de tiempo que estas ideas llegasen a Hollywood.
La revista Nature Communications ha publicado hace poco un trabajo de un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres. Dicen haber desarrollado un trabajo matemático a partir de todos los datos de la IMDB (hablamos de millones de perfiles de actores) capaz de predecir con un 85% de éxito si el año más productivo de un actor está en el pasado o en el futuro de su carrera. Es decir, el pico de trabajo (que no necesariamente de éxito, aunque van de la mano) de su vida.
Desvelan a Sinc, por ejemplo, que el mejor año de Scarlett Johansson ya está en su pasado, y que fue 2004, algo que sólo pueden predecir si su momento de gloria ya ha ocurrido.
Estos datos podrían tener muchísimo interés para representantes y productores, analizando el atractivo laboral de un intérprete, y por eso mismo los investigadores han prometido no filtrar su herramienta “por imperativo moral”, ya que no quieren sentenciar de antemano las carreras de la gente, más cuando se les escapa ese 15% de precisión que podría condicionar negativamente carreras que de otra forma tal vez hubiesen ido en contra de sus probabilidades.
Los algoritmos dan resultados inamovibles. La realidad no
Aun así sus conclusiones son altamente valiosas. Su estudio ha dilucidado que el principio de Pareto también se cumple entre el mundo actoral, como un inmenso embudo de poder en el que, cuanta más fama tienes, más difícil es caer, y viceversa.
Según sus resultados el 70% la vida laboral de todos los actores que hay registrados en IMDB apenas dura un año. Conseguir un éxito espontáneo no logra mejorar el resto de tu carrera, y es necesaria una mayor concentración de hechos afortunados para que una vida ante los focos esté garantizada. Al final la tasa de desempleo de los actores es del 90% y sólo un 2% de ellos logra ganarse la vida con su talento.
Además, la vida actoral suele distribuirse en rachas de trabajo “calientes” y “frías”, momentos en los que concatenas muchos proyectos y mucha actividad y otros momentos de vacas flacas.
Por otra parte, los investigadores han apuntado a lo que parece una prueba más de la brecha de género en el mundo de la interpretación. Las carreras de las actrices tienden a ser más cortas, su “año perfecto” de mayor trabajo a una edad mucho más temprana que la de ellos, y después de la racha de vacas flacas los actores encuentran trabajo más rápido que sus compañeras.
Los de Queen Mary no están solos. Hay otras empresas trabajando con la inteligencia artificial para Hollywood. La startup Cinelytic es una de ellas, que dice ser capaz de medir el éxito económico de tu proyecto dependiendo de la estrella que uses como protagonista o el distribuidor con el que elijas juntarte. ScriptBook promete predecir el éxito de una película analizando el guión, Los de Vault aseguran que pueden analizar los grupos demográficos que irán a las salas a ver tu filme en función de las estadísticas de un tráiler en YouTube, y Pilot dice pronosticar los ingresos que obtendrás en taquilla 18 meses antes del lanzamiento.
Aunque, como ya sabemos, los algoritmos están hechos de datos humanos, y los humanos, además de ser prejuiciosos, también somos impredecibles.
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