Ibiza se está poniendo muy dura con el alquiler turístico ilegal. Con multas tan altas que obligan a vender las casas

En pleno debate sobre los límites del turismo y su impacto en el mercado residencial, Ibiza acaba de enviar un aviso a navegantes: saltarse la ley sale caro. Carísimo. Tanto, que lo que a priori puede parecer un gran negocio corre el riesgo de acabar convertido en un negocio estrellado. Eso es exactamente lo que les ha ocurrido a los dueños de una casa de la isla de Ibiza que —contraviniendo la ley— la estaban alquilando a turistas para sacarse 500 al día. Las autoridades los han pillado y no les ha quedado otra que vender la vivienda para pagar la multa.

Quizás parezca un caso aislado, pero deja muchas lecturas.

Un negocio rentabilísimo. Eso probablemente es lo que creían tener los dueños de una casa situada en una construcción de varias viviendas situada en Roca Llisa, en Santa Eulària des Riu. Sin tener en cuenta la normativa local, que establece que "en los edificios de tipología plurifamiliar queda prohibido el uso residencial turístico en la modalidad de alquiler vacacional", sus propietarios decidieron arrendar la casa a visitantes. Y no barato: casi 500 euros al día.

Y una enorme sanción. Para los dueños de la vivienda de Roca Llisa el arrendamiento vacacional ha acabado convirtiéndose sin embargo en un negocio envenado. Y por un motivo muy sencillo: las autoridades han descubierto que estaban infringiendo la ley y les han aplicado una multa de seis dígitos.

Para ser más precisos, el Consistorio de Santa Eulària des Riu les impuso una sanción de 118.000 euros que, debido a los recargos e intereses acumulados, ha acabado ascendiendo a 143.650. Quizás parezca elevada, pero el Ayuntamiento argumenta que la multa inicial se ajustaba a lo que prevé la Ley 12/2017 de Urbanismo de les Illes Balears: el 75% del valor de la vivienda.

Con todo y por muy abultado que resulte, lo más curioso no es el importe de la sanción, sino qué ha pasado después de que el Ayuntamiento la impuso. En una nota publicado el lunes Santa Eulària des Riu explica que ya ha cobrado los más de 140.000 euros y aclara que los dueños de la vivienda han podido desembolsar la cantidad después de vender la misma casa que alquilaban a turistas en su día.

Remontándose a 2022. "El cobro se ha producido, según ha sabido el Ayuntamiento, tras la venta de la vivienda por la propiedad para poder asumir así el importe de la sanción", revela el Gobierno municipal después de insistir en que los dueños la usaban para "alquiler vacaciones de forma ilegal", sin respetar las Normas Subsidiarias del Municipio. Aplicar y embolsar la sanción ha sido solo parte de un proceso que en realidad se remonta varios años atrás.

El Ayuntamiento empezó a investigar hace dos años, en 2022, tras recibir información del Consell Insular d´Eivissa, que también puso en marcha su propio proceso sancionador. En el caso del organismo local el foco se centró en el cambio de uso de la casa, que pasó de ser una vivienda residencial a destinarse a visitantes.

Con los servicios de un hotel. "La información recabada permitió constatar que se ofrecía aquel piso para alquiler turístico, ofreciendo además determinados servicios propios de alojamientos de este tipo", abunda el Consistorio.

Gracias a la labor de los técnicos municipales y la Policía Local comprobó que, además de "ofrecerse como estancia turística a través de una plataforma digital", sus responsables permitían contratar servicios de lavandería o limpieza de cuartos. También constataron que la casa se estaba alquilando por casi 500 euros al día.

Plantar cara al "intrusismo". Si bien el Consistorio insiste en que la multa se ajusta a lo reflejado en la ley regional —en la que se vincula la cuantía al valor de la propia vivienda— y la cantidad final se ha visto engrosada por intereses y recargos, hay quien apunta que la sanción resulta ejemplar. La alcaldesa insiste en que el objetivo es "hacer cumplir la legalidad" y alude en concreto al "intrusismo".

Al igual que ocurre en otros grandes destinos, Ibiza ha visto cómo su mercado inmobiliario se tensionaba por el turismo hasta tal extremo que hay vecinos y trabajadores de temporada que se ven abocados a vivir en caravanas e incluso propietarios que deciden mudarse a uno de estos habitáculos en verano para alquiler su propia vivienda a turistas durante los meses de verano.

Imagen | Mark (Flickr)

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