La industria del tabaco parecía abocada a una caída de ventas mundial. Hasta que llegaron los fumadores chinos

  • Las ventas de cigarrillos llevan años creciendo en China mientras "pinchan" a nivel mundial

  • El sector es una importante fuente de ingresos para las arcas del Estado chino, con perspectivas al alza

Ying Yuhao tiene 21 años, es un universitario chino y hace poco confesaba a Sixth Tone que le repulsa el humo del tabaco. Al igual que la inmensa mayoría de la gente de su edad también sabe que los cigarros son malos pésimos para la salud. Sin embargo Ying fuma. En el trabajo, cuando está estresado, para concentrarse o socializar. De hecho recuerda que durante sus prácticas de verano en Hangzhou fumaba casi a diario para no hacer feos a sus compañeros de oficina cada vez que le ofrecían un pitillo. "Si no los aceptaba parecía que les estaba faltando al respeto", confiesa el joven.

El caso de Ying es mucho más que una curiosidad. A su modo, refleja la complicada relación de China con el tabaco.

China, país de fumadores. Ying es una aguja en el enorme, descomunal pajar de fumadores que es en realidad China. Llega con repasar un puñado de datos para comprenderlo: se calcula que en el país hay algo más de 300 millones de consumidores de tabaco y la propia OMS estima que uno de cada tres cigarrillos que se queman en el mundo se encienden allí.

En general, alrededor del 24,1% de los adultos son fumadores, un porcentaje que hasta hace no tanto se aproximaba al 30%, aunque ese dato difumina bastante el dibujo real. Quienes realmente están enganchados a la nicotina son hombres como Ying. Entre ellos, al menos en 2015, la prevalencia del tabaquismo era del 52,1%, frente al 2,7% en las mujeres.

Más cigarrillos vendidos. Aunque el gigante asiático ha reducido ligeramente sus niveles de tabaquismo, pasando de una tasa del 26,6% en 2018 (entre los mayores de 15 años) a poco más del 24% en 2022, sus datos siguen estando bastante por encima de la tasa mundial, que The Tobacco Atlas situaba en torno al 17% a comienzos de esta década. Los porcentajes no siempre coinciden con los que maneja la OMS, pero el organismo detecta a nivel global una disminución en el consumo de tabaco pese a la resistencia de la industria.

En China la tendencia merece una atención especial. El país ha visto cómo su tasa de tabaquismo descendía ligeramente, pero las ventas de cajetillas han aumentado. Tras cuatro años de crecimiento, en 2023 las ventas al por menor de cigarrillos alcanzaron las 2,44 billones de unidades, según Euromonitor. Y la previsión es que esa tendencia al alza se mantenga hasta situarse en unos 2,48 billones en 2028.

Viejo hábito, nuevas tendencias. Esa aparente contradicción, de menor tasa de tabaquismo pero mayores ventas, podría tener una explicación bastante sencilla: el éxito que están teniendo en el mercado chino los cigarrillos "slim", que se anuncian como una opción menos dañina para el organismo y se ajustan a las necesidades de una sociedad en pleno cambio.

"Algunas compañías tabacaleras producen específicamente cigarrillos más cortos, por ejemplo para los pasajeros de trenes de alta velocidad que no pueden dar más que unas pocas caladas", explica a Sixth Tone Jiang Yuan, directiva del Centro de Investigación Think Tank. Otro producto que parece haber ganado popularidad en el mercado local es de los cigarrillos saborizados, lo que ha contribuido a un sector que genera miles de millones de dólares en ingresos.

Cambiando el dibujo mundial. El éxito de la industria en China ha permitido suavizar en parte la caída de consumo de cigarrillos que se registró a nivel mundial a lo largo de las últimas décadas. Desde 2016 su gráfico de ventas traza una curva ascendente, mientras que la del resto de países combinados experimenta un trazado que tiende a estancarse o directamente descender en los últimos ejercicios. Euromonitor calcula que entre 2019 y 2023 las ventas anuales de cigarrillos a nivel mundial cayeron alrededor de un 2,7%.

Ganando peso… e influencia. Entre otras cuestiones esa doble tendencia explica que la huella de China en el mercado de cigarrillos haya aumentado de forma clara a lo largo de los últimos años. De algo menos del 38% de las ventas globales en 2009 ha pasado a representar el 47% el año pasado.

La CNBC aportaba en noviembre otra clave para entender el peso del país en el sector internacional: la expansión de China Tobacco, el gigante que casi monopoliza la venta de tabaco en el país. Centrada hasta ahora en el mercado interno, la empresa estatal se ha expandido en los últimos años hasta alcanzar en 2019 una veintena de naciones y cerrar 2023 con un incremento de sus exportaciones del 22,2%.

Cuestión de ingresos (e impuestos). En China el tabaco no solo es un hábito, uno con un grave impacto sanitario sobre el que ya alertan la OMS o los académicos. También es economía. Y eso tiene un efecto directo en las arcas del Estado. Lo explica de forma clara Zhengming Chen, de la Universidad de Oxford, en una entrevista con Financial Times: "Lo primero es que es un gran generador de ingresos. Por eso todas las medidas de control no resulten muy eficaces".

El mismo medio recuerda que China National Tobacco Corporation generó en 2023 alrededor de 206.000 millones de dólares en ingresos fiscales, lo que representa un pellizco considerable del caudal de dinero que entra en las arcas de la administración central china. Las tablas de Statista muestran además que el flujo de beneficios y tasas de la industria tabacalera china no han parado de aumentar desde 2016. Y las expectativas del mercado son de crecimiento.

¿Y cuál es la postura del Gobierno? Testimonios como el de Ying ayudan a entender hasta qué punto está enraizado en la cultura china el hábito de fumar, sobre todo entre los hombres jóvenes. Las autoridades son conscientes. De eso y de los efectos perjudiciales del tabaco en la salud. De ahí que a pesar del impacto económico del sector hayan adoptado algunas medidas para paliar su consumo en los últimos años.

Por ejemplo, las gráficas de consumo de cigarrillos muestran una caída entre 2014 y 2016, coincidiendo con la decisión de algunas grandes ciudades chinas de restringir el humo en espacios cerrados. Con todo, las ventas no tardaron en volver a aumentar hasta alcanzar sus elevados niveles de 2023.

"Estancado o incluso retrocedido". "La legislación sobre el control del tabaco se ha estancado o incluso ha retrocedido en algunas regiones", comenta Wang Qingbin, profesor de la Universidad de Ciencias Políticas de China a Sixth Tone.

Ante la desaceleración económica que afronta el país, la decisión de tocar un sector que genera empleo, ingresos y con previsiones al alza también se vuelve más compleja. Otra clave es que China ha delegado las políticas de tabaco en las administraciones locales, lo que, advierten algunos expertos, se traduce en un marco fragmentado e irregular.

Imágenes | Jonathan Kos-Read (Flickr), Max van den Oetelaar (Unsplash) y Beth Macdonald (Unsplash)

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