Una ola de calor brutal lleva abrasando Europa durante más de una semana. Algunos países como Francia o Reino Unido han alcanzado récords históricos de altas temperaturas (40ºC) y cientos de hectáreas se han quemado en el sur del continente en países como España, Portugal o Grecia. Se trata de un episodio climático nunca visto antes. En medio de todo esto, Alemania produjo una cantidad récord de electricidad a partir de energía solar hace unos días: se generaron unos 38.174 megavatios a partir de paneles solares y se espera más en los próximos días.
Mucha gente está pensando que, con estas olas extremas, se estarán poniendo las botas en el sector solar. Cualquiera diría que, a más calor, mejor funcionarán. No es así. En realidad el calor extremo está obstaculizando su trabajo.
¿Funcionan mejor o peor en los días calurosos? Lo cierto es que estas cantidades récord de energía podrían haber sido mucho más altas si las temperaturas hubieran sido algo más bajas. En contra de lo que nos dice la intuición, los días más cálidos y soleados no equivalen a más energía, ya que el aumento de las temperaturas en realidad dificulta la capacidad de los paneles solares para recolectarla. La mayoría de los paneles se prueban a una temperatura de 25ºC, la ideal. Pero por encima de este umbral, no importa cuán brillante sea el sol, la eficiencia disminuye.
"Un panel solar es un poco como el chip de silicio dentro de su ordenador, si se calienta demasiado, no funciona tan bien", explicaba Ray Wills, científico de recursos, en este artículo de ABC News.
¿Por qué? Para entender esta pérdida de eficiencia, hay que saber cómo funcionan los propios paneles. Tal y como se explica en este reportaje de Euronews, estos absorben la luz solar con sus células fotovoltaicas, y los fotones absorbidos por los paneles liberan electrones de sus átomos y forman un circuito eléctrico dentro de los semiconductores del panel, generando un flujo de electricidad. Pero cuanto más caliente está el panel, mayor es el número de electrones que ya están en estado "excitado". Esto reduce el voltaje que el panel genera y disminuye su eficiencia.
Y es algo bastante serio. Las altas temperaturas pueden disminuir la eficiencia de los paneles solares entre un 10 y un 25%, según datos de CED Greentech. Y, por cada grado centígrado de más, su eficiencia cae un 0,5%, según Solar.com.
Muy por encima del nivel óptimo. Siguiendo los cálculos y tomando como nivel óptimo los 25ºC (la temperatura del panel en sí, no la temperatura atmosférica), en un día de 45 °C, se esperaría que el panel tenga al menos 75°C. Si el panel está 50°C más caliente que el óptimo, la potencia de salida disminuirá en aproximadamente 25%. Si es 10°C más alto de lo normal, tendrá un rendimiento 5% inferior, lo cual no es mucho, pero sí algo a tener en cuenta. Imagina ahora lo que puede ocurrir en medio de una ola de calor como la que vivimos actualmente.
La situación actual. A esto se le suma que en condiciones de calor extremo, mucha más gente encenderá sus aires acondicionados, lo que aumentará la demanda de electricidad. En la actualidad, existe una inversión a gran escala por parte de los gobiernos en baterías para el hogar que capturan la energía generada por los paneles de los techos, con el objetivo de reducir las facturas de energía de los hogares. ¿Será este calor malo para esas facturas? Sí.
También hay que comentar que existen paneles solares térmicos, que no se verían afectados por el aumento de calor. Hay que diferenciar entre los diferentes tipos de producción de energía solar: solar fotovoltaica y solar térmica. Como dice su nombre, la solar térmica aprovecha el calor del sol y funciona como una central eléctrica de carbón: hierve agua y genera vapor. Pero estos paneles son mucho más raros, especialmente en los hogares, y se consideran menos fiables para generar electricidad.
Imagen: Unsplash
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