Los titanes de la tecnología llegaron a Irlanda en busca de sus señuelos fiscales. Muchos de ellos acomodaron sus sedes europeas en el país, atraídas allí en parte por su baja tasa de impuestos de sociedades del 12,5%. Y más cuando la media mundial es del 23,85%. Los estados del Reino Unido y la UE, que operan con tarifas más altas, vieron a Irlanda como una ventaja competitiva injusta y la han estado presionando durante años para que se alinee con el resto.
Ahora, después de 18 años, Irlanda ha abandonado su piedra angular de la política de impuestos bajos, aquello que persuadió a empresas como Google y Facebook para ubicarse en Dublín. ¿Habrá éxodo generalizado?
El cambio. Inicialmente, Irlanda se negó a suscribir el compromiso fiscal global del 15% (lo tienen 130 países) de la OCDE, que se acordó en julio, con el argumento de que necesitaba garantías de que el acuerdo no sería la puerta de entrada a tasas aún más altas. Ahora, ha puesto fin a la tasa impositiva del 12,5%, que pasará a ser del 15%. Para que os hagáis una idea: bajo este esquema, las multinacionales pagaban tan solo el 1-2% de impuestos de sus ingresos. Eso es una fracción del tipo impositivo general del 12,5% en Irlanda y el 35% en los EEUU.
Apple pagó una tasa efectiva de menos del 1% durante muchos años en Irlanda, cayendo hasta un 0,005% en 2014. Google hizo algo similar gracias a diferentes lagunas fiscales. Pero los nuevos acuerdos, que se limitarán a empresas que ganen más de 750 millones de euros al año en todo el mundo, entrarán en vigor en 2023 y costarán al tesoro irlandés entre 800 y 2000 millones de euros al año, según estimaciones del gobierno.
¿Por qué se basan allí? Existen múltiples razones por las que Irlanda es atractiva para los negocios internacionales, incluido el inglés como idioma internacional, una fuerza laboral educada, su zona horaria GMT, la pertenencia a la Unión Europea y condiciones comerciales favorables. Y bueno… también están las tasas impositivas. El país ha utilizado tributos fiscales bajos durante casi dos décadas para persuadir aún más a las empresas para que ubiquen sus operaciones en sus costas.
Sin embargo, los expertos en impuestos creen que la mayor ventaja para que las corporaciones globales se ubiquen en Irlanda fue una laguna fiscal conocida como el "doble irlandés" que se eliminó después de una ofensiva global en 2015. Esto es crear dos empresas separadas. Una de estas tendría sede en un paraíso fiscal, que es la que posee los derechos internacionales de la propiedad intelectual. La otra, con sede en Irlanda, es la que vendería al resto del mundo, pagando por esos derechos a la primera.
¿Qué pasará a partir de ahora? Irlanda atrajo a cerca de 1.000 multinacionales de los sectores tecnológico, financiero y farmacéutico gracias a su política fiscal corporativa, incluidas Pfizer, Intel, Yahoo, LinkedIn, TikTok, Apple, IBM y Twitter. Tal es la importancia de estas multinacionales para la economía irlandesa que sólo 100 empresas representaban casi el 80% de los ingresos fiscales. Y las 10 principales representan el 56% de los ingresos fiscales de sociedades de 2020.
Algo que muestra la dependencia de Irlanda de las multinacionales. Aproximadamente el 32% de todos los puestos de trabajo allí en 2020 fueron en multinacionales, y esos empleados contribuyeron con el 49% de todos los impuestos sobre el empleo.
¿Se irán las multinacionales? El análisis del Consejo Asesor Fiscal de Irlanda destaca que si la mitad de estas empresas se reubicaran, el índice de endeudamiento de Irlanda sería siete puntos porcentuales más alto para 2025. Sin embargo, el gobierno dice que no espera un éxodo masivo de empresas estadounidenses fuera de Irlanda.
El verdadero golpe para las multinacionales ya fue la eliminación gradual de los esquemas de evasión fiscal entre 2015 y 2020, y cualquier empresa que se fuera a ir ya se habría ido. Ninguna de las grandes empresas de tecnología se ha ido hasta ahora. Básicamente, porque no hay otro gran paraíso fiscal aquí que les sirva como hasta ahora.
Irlanda como centro empresarial. La gran mayoría ha invertido mucho durante muchos años en plantas, maquinaria y personal irlandeses. El director ejecutivo de la Cámara de Comercio Estadounidense de Irlanda (ACCI), Mark Redmond, señalaba que, por el contrario, se espera que las empresas estadounidenses encabecen una gran ola de inversiones en áreas que van desde la TI hasta la robótica en la próxima década.
ACCI representa a más de 800 empresas estadounidenses en Irlanda que emplean a 180.000 trabajadores directamente y a 144.000 indirectamente. "Cuando se observan las proyecciones de la AIF para el actual plan de cuatro años, se van a crear 50.000 puestos de trabajo adicionales dentro del sector multinacional. Nunca he visto el nivel actual de confianza en Irlanda como un lugar de inversión", explicaba Redmond. Y el 94% de las multinacionales con sede allí tienen una visión favorable a futuro.
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