Ni el transporte de pasajeros, ni el de mercancías, ni los servicios turísticos. Las autoridades ferroviarias de Japón acaban de comprobar que en su sector hay un nicho de negocio tan inesperado como sorprendentemente lucrativo: el de la venta de carritos de comida. Contra todo pronóstico el operador de la línea ferroviaria Tokaido Shinkansen se ha encontrado con que la comercialización de estas pequeñas estructuras con ruedas y mangos es bastante lucrativa. Mucho, de hecho. A pesar de que sacó a la venta solo unas cuantas decenas y a un precio no apto para todos los bolsillos, el volumen de demanda ha sido desorbitado.
Ya se sabe, la pasión ferroviaria… y por el mobiliario.
Adiós carritos de comida. A Shinkansen Central Japan Railway (JR Central) no le salían las cuentas. Ante la escasez de mano de obra y la perspectiva de que los pasajeros compran cada vez menos bebidas y aperitivos a bordo de sus trenes, la operadora decidió en 2023 retirar de forma gradual su servicio de catering a bordo de ciertos Shinkansen, la red de los "trenes bala". Sencillamente, los viajeros estaban optando por comprar sus refrescos en tiendas de la calle o las estaciones, antes de subirse al vagón.
La noticia de que se suprimirían los servicios de catering a bordo de los "trenes bala" ultrarrápidos que circulan entre las ciudades de Tokio y Shin-Osaka se hizo en agosto y la decisión se ejecutó meses después, a finales de octubre. Para noviembre los carros ya no rodaban por los trenes de la línea Tokaido Shinkansen. Cuando los trabajadores dejaron de pasearse por los estrechos pasillos empujando los carritos con botellas, cafeteras y helados, la compañía se encontró con cientos de carritos aparcados.
De los trenes balas… A una nueva vida. La decisión supuso que alrededor de 350 carritos de comida que hasta entonces habían prestado servicio en la línea Tokaido se quedaron sin uso de la noche a la mañana. La compañía nipona decidió entregar buena parte de los carritos a otras operadoras de "trenes bala", pero reservó unas decenas para satisfacer a los apasionados de la cultura ferroviaria… y los muebles prácticos. En concreto, salieron a la venta 50 carritos a un precio de 100.000 yenes, casi 620 euros.
Aluvión de peticiones. El resultado fue asombroso. Quizás los pasajeros no estuviesen dispuestos a comprar snacks y zumos a bordo de los trenes de la línea Tokaido, pero sí mostraron un interés más que notable por los muebles con ruedines. La operadora dio a los interesados hasta el 5 de febrero para presentar sus solicitudes y se encontró con que antes de esa fecha límite acumulaba 1.942 solicitudes para el medio centenar de carros.
No está mal. Sobre todo si se tiene en cuenta que —como la operadora permitía reservar hasta dos carritos por cliente— el número total de solicitudes se disparó a 2.432. Dicho de otro modo: había casi 50 peticiones para cada una de los famosas unidades. Ante tamaña avalancha, The Straits Times asegura que a la firma no le ha quedado más remedio que organizar un sorteo.
Pero… ¿Y ese furor? Los carros en cuestión pueden transportar hasta 50 kilos de comida y bebidas, miden 110 centímetros de alto por 33 de ancho y disponen de frenos que se bloquean de forma automático cuando el personal de catering lo suelta. Si han motivado semejante aluvión de peticiones es sin embargo por algo más que su utilidad y diseño: los carros son también parte de la historia del transporte en Japón, un país con una interesante crónica ferroviaria. Sus habitantes estrenaron la era de la alta velocidad de hecho hace justo seis décadas, en octubre de 1964, cuando se inauguró precisamente la línea Tokaido Shinkansen.
El servicio de catering arrancó poco después del estreno de la ruta ferroviaria en 1964 y llegó a ofrecer refrigerios tan populares en Japón como el helado súper frío Shinkansen. Entre quienes han llamado a la puerta de la operadora para hacerse con uno de los 50 codiciados carritos hay particulares que quieren instalarlos en sus cocinas y cafeterías escolares, que esperan encontrar en su diseño una ayuda para atender a los alumnos.
De helados e intenciones. "Los carros transportaban más de 60 artículos, entre refrescos y bebidas alcohólicas, cajas de bento, chocolate y aperitivos. Pero muchos viajeros de la ruta los recordarán por su helado 'demasiado duro', refrigerado con hielo seco para poder comerlo despacio en viajes largos", recuerda Justin McCurry, articulista de The Guardian, en un reportaje dedicado al adiós de los carritos de snacks. Que desaparezcan no significa que los amantes del café y los helados del "tren bala" tengan que renunciar a sus caprichos. Podrán seguir adquiriéndolos, pero en las máquinas expendedoras de los andenes.
La línea Tokaido podría no ser la única en decir adiós a los peculiares carritos de comida. Straits Times asegura que West Japan Railway ha anunciado también que se despedirá de su servicio de carritos de comida entre las estaciones de Osaka y Hakata, en Fukuoka. La medida entraría en vigor ya el 15 de marzo. El motivo es el mismo que el de JR Centra, la falta de operarios y el bajón de la demanda a bordo de los trenes. Queda por ver ahora si tomará también la decisión de poner parte de sus carritos a la venta.
Imagen de portada: Hans-Johnson (Flickr)
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