10.8 millones de euros. Eso es lo que Jenny Saville se ha llevado por la subasta de su óleo Propped en la subasta que la ha convertido en la artista viva más cara de la historia.
Young British Artists: Según el responsable de Sotheby, la casa de subastas que responsable de la venta, se trataba de “una de las obras maestras indiscutibles de los Young British Artists”. Este fue el colectivo patrocinado y protegido por el mecenas Charles Saatchi, que desde la escandalosa y criticada exposición en Londres de Sensation, en 1997, dio a conocer al mundo a una veintena larga de creadores entre los que estaban buena parte de los artistas de arte moderno más cotizados a día de hoy. Se trató de un evento tan polémico como publicitario. Veinte años después, muchos de ellos, incluidos Saatchi y Saville, podrán decir que mereció la pena.
Mujeres al frente: menos del 5% de las artistas del Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos que vemos en las salas de los museos corresponden al cuerpo de la mujer. La famosa reivindicación del grupo de las Guerrilla Girls sirve aquí para articular el origen temático de la obra de Saville, una distorsión exagerada acerca de la obsesión artística con el cuerpo femenino. Para Saville las mujeres son grotescas, gigantes, celulíticas sin el encanto erótico de las majas de Rubens, pero de una carnalidad sincera.
La reconquista: la perspectiva de ojo de pez de sus pinturas, una vista de abajo a arriba que amplifica el cuerpo femenino a modo de planos aberrantes, también nos remite a las populares esculturas paleolíticas de la fertilidad, esas mismas que, como descubrimos hace poco, se trataban de autorretratos hechos por las propias mujeres mirándose a sí mismas durante el embarazo. Así, con los desnudos de Saville, se cierra todo el círculo de la Historia del Arte por el que los varones se apropiaron durante decenas de milenios de años de los cuerpos ajenos con los que se atribuían a sí mismos todo el prestigio artístico. El cuerpo recobra la female gaze.
Autoconsciencia: en la descripción a carboncillo que se puede encontrar sobreimpreso en esta obra de gran formato se lee, en inglés: "si continuamos reiterando en estos discursos, hablando como los hombres han hablado durante siglos, nos fallaremos los unos a otros...". Así, la propia Saville critica las estructuras del poder vigentes (es decir, patriarcales) y todo aquello que ayude a perpetuarlo. La artista ha recibido los recientes elogios y ha conseguido hacer llegar su obra a los medios gracias a un logro monetario. Como la misma británica sabría decirnos, la artista más valiosa sigue sin llegarle a las rodillas a los hombres: Balloon Dog, de Jeff Koons, se vendió en 2013 por más de 50 millones de euros.