La última gira mundial de Taylor Swift se ha cobrado una víctima y es la Tierra: 286.000 km en jet privado

  • La exitosa gira The Eras Tour ha convertido en milmillonaria a Taylor Swift, pero ha dejado una gran huella de carbono en la atmósfera

  • Los aviones privados de Swift han pasado el equivalente a 16 días volando en 2023

Taylor Swift tuvo un 2023 lleno de triunfos en muchos aspectos de su vida, y se ha convertido en mucho más que en una simple estrella de la música. A sus 34 años, la cantante de Nashville ha batido varios récords y no todos ellos en el ámbito musical.

Swift acumula más de 300 millones de reproducciones en Spotify de su último trabajo ‘The Tortured Poets Department’ y ya es el álbum más vendido de la década con 6,6 millones de copias físicas vendidas en todo el mundo, lo cual es doble mérito.

The Eras Tour, una gira de récords…y no todos ellos son positivos

Su gira The Eras Tour ha tenido un enorme impacto en el PIB de las ciudades que visitaba debido a su enorme poder de congregación, inyectando unos 5.000 millones a la economía de EEUU. Parte de los beneficios de esa gira han convertido a Taylor Swift en milmillonaria, siendo una de las pocas artistas que lo ha conseguido exclusivamente por su trabajo de intérprete y no por negocios paralelos.

Sin embargo, su gira también le ha proporcionado otro récord de la que no debería sentirse orgullosa: ser la personalidad con la mayor huella de carbono del planeta gracias a sus continuos desplazamientos en sus dos jets privados durante 2023.

En un vídeo creado por Ground Control, una plataforma que se encarga de recopilar la información de los vuelos de los aviones privados de Taylor Swift o Elon Musk, se recopilan en algo menos de dos minutos todos los vuelos de la cantante en 2023, así como los kilómetros recorridos y las toneladas de CO2 que la artista ha vertido a la atmósfera.

Swift, junto a Elon Musk o el magnate del lujo Bernard Arnault, forman parte del combativo grupo de millonarios que ha demandado en varias ocasiones a usuarios y cuentas de X que rastrean los vuelos de jets privados de personalidades. Los millonarios alegan que vulnera su privacidad y su seguridad, mientras que los usuarios reclaman su libertad de usar datos públicos de tráfico aéreo.

7,2 vueltas al mundo y una enorme huella de carbono bajo la alfombra

Según los datos recopilados por Ground Control, los dos jets privados registrados por Swift habrían recorrido 286.500 kilómetros en 2023, lo que equivale a 7,2 vueltas al mundo en más de un centenar de viajes. La mayoría de los desplazamientos registrados tenían como punto de salida o destino Nashville, donde reside la familia de la intérprete, aunque son muy frecuentes los viajes a Nueva York y Los Ángeles.

Cabe destacar que, aunque los jets están registrados a su nombre, la artista todavía no tiene el don de la ubicuidad, por lo que, algunos de esos vuelos no los hizo ella personalmente, sino que los hicieron el personal de su equipo o sus allegados.

Por otro lado, los propietarios de los jets privados acostumbran a alquilar o prestar sus aviones a otros millonarios, de forma que no esos datos no indican que Taylor Swift fuera a bordo en todos los vuelos que hicieron sus aviones privados.

Los vuelos registrados son los pertenecientes al Dassault Falcon 7X de 2009 con código de cola N621MM y al Dassault Falcon 900 de 1994 con código N898TS (TS por Taylor Swift y 898 por su fecha de nacimiento). Precisamente, la artista ha vendido este último en febrero, según publicaba El Confidencial.

Los Falcon de Taylor Swift pasaron 364 en el aire y emitieron 1.216 toneladas de CO2 a la atmósfera en 2023, según datos del rastreador de aviación JetSpy publicados por The Associated Press. Esto equivale a las emisiones promedio anuales de 81 hogares de Estados Unidos. Para compensar esa huella de carbono, la artista ha tenido que comprar 2.433 créditos de carbono para cubrir más del doble del carbono emitido por sus dos aviones.

Como ya te contamos aquí, los créditos de carbono son el método de compensación para las actividades contaminantes. Quien contamina, compra una determinada cantidad de estos créditos para que una empresa externa “capture” ese CO2 de la atmósfera y la procese.

El problema es que, dado que el mercado de los créditos de carbono es opaco y no regulado, no podemos saber cuánto ha tenido que pagar Taylor Swift por la contaminación que han emitido sus aviones.

En Xataka | Hartos de los aeropuertos, los multimillonarios han creado el jet-sharing: una red de aviones privados multipropiedad

Imagen | Wikimedia Commons (iHeartRadioCA, Dmitry A. Mottl)

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