El gobierno chino prometió que los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 se llevarían a cabo del 4 al 20 de febrero y que serían un evento mundial "seguro, optimizado y espléndido". Desde entonces, han hecho todo lo posible para conseguirlo, como si el resultado fuera un reflejo de lo que sus políticas y nación representan para el mundo entero. Pero les está costando más de lo que pensaban. A menos de cuatro semanas para el inicio, China está luchando por hacer cumplir su estricta política de Covid Zero en medio de contagios récord de la variante ómicron.
Y mientras, más problemas se le juntan. No tienen suficiente nieve en una región donde escasea, los sponsors están abandonando, y han de resistir el embate de EEUU y sus aliados organizando un boicot diplomático.
Zero Covid. Como uno de los pocos países del mundo que sigue aplicando una estrategia de Covid Zero a través de estrictas cuarentenas, bloqueos, controles fronterizos y rastreo de contactos, China sólo ha detectado unos pocos casos de ómicron. Para ello ha requerido largas cuarentenas y reprimido ferozmente los brotes locales, incluido el primer caso de la variante en Pekín a menos de tres semanas antes de la ceremonia de apertura. Tales medidas se trasladarán a los juegos: los atletas y otros participantes que no hayan sido vacunados durante al menos 14 días deberán permanecer en cuarentena durante 21 días a su llegada.
Los participantes que estén vacunados pueden saltarse la cuarentena y pasar directamente al "sistema de gestión de circuito cerrado", que estará aislado del resto de Pekín. Y todos estarán sujetos a pruebas diarias, claro. Basta decir que los vítores y los gritos han sido prohibidos.
Imposible de controlar. China comunicó 65 casos de Covid, incluido el primer caso de Omicron en Pekín, a pocas semanas del inicio. No es gran cosa. Pero la variante Omicron altamente transmisible se ha detectado en al menos cinco provincias y municipios, lo que ha llevado a las ciudades a imponer restricciones para detener su propagación y amenaza con socavar aún más el lento crecimiento económico.
En realidad, China no ha dicho cuántos casos de Omicron ha detectado en total. Y, sin embargo, algunos sitios religiosos de la ciudad ya están cerrados a los visitantes como medida de precaución. Fuera del circuito, China ha impuesto controles estrictos, incluido el bloqueo de Xi’an, una ciudad de 13 millones de personas con menos de 2.000 casos de covid. Las medidas han provocado una ola de ira en los residentes que no pueden obtener alimentos o atención médica debido a las restricciones.
Sin nieve. Los Juegos, que se llevarán a cabo en el árido norte de China, dependerán casi por completo de la nieve y el hielo artificiales. En Yanqing, solo el sitio para el evento de esquí alpino requerirá 1,2 millones de metros cúbicos de nieve, según los organizadores. Los organizadores chinos afirman que el evento no afectará la disponibilidad de agua en Yanqing y que la nieve se reciclará después de los Juegos.
Las autoridades dicen que el mayor desafío será mantener la calidad de la nieve para cumplir con los requisitos, por lo que se utilizan "cañones de nieve" y "pistolas de nieve" para producir diferentes densidades. El Centro Nacional de Esquí Alpino dice que un equipo de personal chino y extranjero trabaja las 24 horas del día para producir suficiente para el evento. Pero no está claro si podrá lograrse en ese lapso de tiempo.
Sin entradas. Después de anunciar en septiembre que las entradas se venderían solo a los espectadores que residan en China continental y que "cumplan con los requisitos de las contramedidas Covid", los organizadores acaban de comunicar que no se venderán entradas al público en general, sino que serán distribuidas por las autoridades. Los Juegos Olímpicos de verano prohibieron la entrada de todos los fans a la mayoría de los lugares como medida de control. NBCUniversal, que transmite los Juegos en EEUU, explicaba que esto atrajo una audiencia más baja y citaron la falta de espectadores como uno de los factores.
Y los que sí puedan ir, se verán inmersos en un sistema de circuito cerrado que abarcará las sedes, los hoteles oficiales y el propio servicio de transporte del evento.
Boicot internacional. Estados Unidos, Canadá, Australia, Gran Bretaña, Japón y otros países han dicho que no enviarán representantes gubernamentales a los JJOO como una forma de protestar por la continua represión de los uigures y otras minorías en Xinjiang por parte de China. El boicot no incluye atletas y es poco probable que descarrile los Juegos.
Aun así, es vergonzoso para Pekín, que agasajó a líderes occidentales como el presidente estadounidense George W. Bush en los Juegos Olímpicos de verano de 2008. El boicot también subraya la creciente inquietud que sienten los gobiernos, así como las empresas y las figuras públicas, por acercarse demasiado a China. Lo curioso es que China ha dicho que no podría importarle menos si EEUU u otros países envían representantes, y que ni siquiera fueron invitados en primer lugar.
Sin sponsors. Incluso los patrocinadores olímpicos que están ansiosos por promocionarse en China, un mercado de 1.400 millones de personas, están dudando. Las tensas relaciones geopolíticas dificultan cortejar al mercado nacionalista chino y al resto del mundo. Los consumidores chinos se han vuelto más cautelosos con las marcas extranjeras, y el precio es alto para las empresas que se considera que ofenden el orgullo nacional de China. Y también hay presión por parte de EEUU. Los miembros del congreso instaron a corporaciones como Coca-Cola o Visa a retirar su patrocinio a menos que el evento se traslade fuera de China.
Y dos legisladores estadounidenses escribieron al Comité Olímpico Internacional solicitando garantías públicas de que los uniformes para el personal y otras personas en los juegos, fabricados por dos empresas chinas, no estén "contaminados por trabajo forzado".
Imagen: Mark Schiefelbein (AP Photo) vía GTRES
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