2017 ha sido un año moldeado por el discurso feminista. Especialmente en Hollywood, tras los gigantescos escándalos sexuales de Harvey Weinstein y otros muchos hombres. El debate, sin embargo, ha difuminado otro aún más antiguo: la brecha salarial entre las estrellas de cine. Las mujeres siguen cobrando menos que los hombres por roles similares. ¿El último ejemplo? Claire Foy, la reina (La Reina) en The Crown cobró menos que Matt Smith, el príncipe consorte.
Prestigio prima. El motivo es simple y normal, dado el estado actual de la industria: Smith había protagonizado con anterioridad Doctor Who, serie de aclamado éxito televisivo en Reino Unido, y su caché era más alto. A la hora de elaborar los contratos y antes del tremendo éxito de la serie (nominaciones incluidas para Foy por su interpretación), importaba poco que una fuera la absoluta protagonista de la serie y el otro, tanto en la ficción como en la historia, un personaje secundario.
Un símbolo. El escándalo mediático asociado a la noticia, desvelada por los propios productores de la serie en Variety, se ha convertido en un icono de la brecha salarial en cine y televisión. En Hollywood es especialmente evidente: el año pasado, el actor mejor pagado fue Mark Walhberg (por increíble que pueda parecer) con 68 millones de dólares. Emma Stone, la actriz más cotizada, ganó 28 millones. Cuesta entrever atributos mediáticos o artísticos que justifiquen la diferencia.
The Crown lo soluciona. Claire Foy jamás cobrará más que Matt Smith en The Crown, eso sí: ambos actores dejarán la serie para dar paso a Olivia Colman y Hugh Laurie, un salto de edad justificado por necesidades narrativas. Ahora sí, los productores han prometido que Colman no cobrará menos que Laurie. Ambos son actores con proyección internacional y ampliamente reconocidos en Reino Unido, de modo que la productora no quiere pillarse las manos.
El prestigio no importa. La brecha de género afecta a todas las mujeres en el cine, aunque te llames Jennifer Lawrence y tu proyección supere a la de casi todos tus colegas. Ellen Pompeo, la actriz detrás del personaje que bautizó al culebrón médico más exitoso de siempre, tuvo que ponerse en pie de guerra para ser la intérprete mejor pagada de Anatomía de Grey. Lo consiguió, pero que su éxito sea un hito revela hasta qué punto las actrices lo tienen crudo en Hollywood.
Cuestión de roles. Los problemas de igualdad de género en lo audiovisual van más allá de los salarios. Se puede apreciar en el reparto de galardones: en aquellos mixtos, como los dedicados al mejor director en los Globos de Oro, los jurados han entregado 121 nominaciones masculinas por 4 femeninas. Es cierto, hay menos directoras. Es el otro problema: de las 250 películas más vistas en 2017, sólo el 12% tuvo directoras; sólo el 17% tuvo guionistas; y sólo el 4% directoras de fotografía. El acceso está vedado.