¿La #concertadaenpeligro? Éstas son las cifras del debate

A un mes escaso de la celebración de las nuevas elecciones generales, la educación concertada se ha insertado en el corazón de la precampaña electoral de la mano del Partido Popular y de la Comunidad Valenciana. Es allí donde Mariano Rajoy ha defendido el modelo privado-concertado frente a los progresivos recortes que el gobierno autonómico, dirigido por el PSOE en coalición con Compromís, ha aplicado a los centros de esta naturaleza. Y es allí donde ha dibujado una defensa firme del actual modelo, donde un porcentaje no menor de los recursos públicos educativos van a parar a los colegios concertados.

¿Pero cuánto, exactamente, y para cuántos alumnos? Un buen modo de aproximarse al debate, que probablemente gane peso conforme nos acerquemos al 26 de junio, es observando los datos que el Ministerio de Educación ofrece sobre el sistema educativo. De fondo, se entremezclan discusiones de naturaleza más abstracta, como la necesidad de mantener un sistema educativo 100% o la destinación de recursos de carácter público a centros privados y, a menudo, de perfil religioso. Las cifras, en cualquier caso, son estas.

Alrededor del 30% de los centros, concertados

A la hora de analizar las estadísticas de la educación concertada, conviene hacer diversas distinciones. Por un lado, tenemos el número de centros, que es sustancialmente alto en el global total del sistema educativo español. De un total de 28.162 contabilizados por el gobierno, la concertada y la privada (no desglosa el dato) suman 9.069. Gran parte de esta última cifra pertenece a los centros concertados, dado que los privados, aquellos que se autofinancian, son mucho más minoritarios. Eso sí, el peso de cada uno (público vs. concertado-privado) varía en función del área educativa:

Hay una gran disparidad. Mientras los centros concertados o privados representan alrededor del 50% de la Educación Infantil, su cifra se reduce al mínimo en aquellos dedicados únicamente a la Educación Primaria o a la Educación Secundaria. Por norma general, los concertados y privados son más integrales: son mayoritarios en aquellos centros que ofrecen Primaria y ESO o que abarcan casi todo el ciclo educativo preuniversitario, desde Primaria hasta Bachillerato.

Los centros concertados y privados representan el 32,2% del total nacional.

El 25,4% de los alumnos, a la concertada

La cifra anterior concuerda de manera más o menos exacta con el volumen de alumnos que estudian en centros concertados. La inmensa mayoría (casi el 70%) lo hacen en colegios e institutos públicos, pero un cuarto de ellos (el 25,4%, en concreto), lo hacen en concertados. El volumen total de estudiantes en centros privados sin financiación pública directa completa el resto del total (6,5%). Los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación corresponden al curso 2013/2014 (los últimos actualizados). Por ciclo educativo:

Como se aprecia, domina la escuela pública a todos los niveles. Las cifras de la concertada, en cuanto al nivel de alumnos, son particularmente notables durante la Educación Secundaria, cuando el su alumnado supera el 30%. Se reducen, sin embargo, tanto en Primaria (ligeramente, hasta un 28,4%) como muy especialmente en Bachillerato (menos del 10%). En el último ciclo educativo preuniversitario crece, por su parte, el sector privado: un 13,7% de los alumnos de Bachillerato del país cursan estudios en centros de esta naturaleza, su porcentaje más alto (después del primer ciclo de Infantil).

Las diferencias entre regiones son muy grandes

A la hora de hablar de educación concertada, sin embargo, es relevante hacerlo en términos autonómicos. Las diferencias entre regiones son muy grandes, y el lienzo nacional las desdibuja. Por otro lado, las competencias sobre Educación recaen en su gran mayoría sobre las comunidades autónomas, por lo que son estas las que, en última instancia, suelen tener el poder de decisión de potenciar o cercenar las alas de los conciertos con centros privados.

País Vasco y Navarra son las dos comunidades donde el peso de los centros concertados es altísimo, especialmente en el primer caso, donde apenas el 51% de los alumnos estudian en colegios públicos. En Madrid se da una particularidad apenas replicada por el resto de comunidades: la enseñanza privada supera ampliamente el 15% del alumnado, lo que, junto a un importante peso de la concertada, reduce a los estudiantes públicos al 54,9%. En todas las demás comunidades, estos superan ampliamente el 60%, siendo Castilla-La Mancha, Extremadura, Canarias y Andalucía las de mayor peso público.

El 12,1% del presupuesto, a conciertos

Ok, ¿pero cómo se manifiesta todo lo anterior en las arcas públicas? En el fondo, la escuela concertada y la pública compiten por unos recursos limitados (bastante limitados, en rigor: España sólo destina un 4,23% de su PIB a Educación, por debajo de la media de la UE). El debate se centra en lo finito del dinero a invertir, y en el posible daño que la potenciación de lo concertado pueda realizar a lo público. Según las administraciones educativas, el 12,1% de su presupuesto se destina a conciertos y educación privada.

En bruto, los centros concertados-privados recibieron (en el año 2013) alrededor de 5.400 millones de euros. De nuevo, es importante resaltar las notables diferencias territoriales. Mientras el porcentaje de inversión en conciertos educativos asciende al 24% en País Vasco, la cifra se reduce al 10% en regiones como Andalucía y Extremadura, donde ya hemos visto que el volumen de alumnos es mucho más reducido. En 2012 (el Ministerio de Educación no ofrece datos ni del presente curso ni del anterior), el ránking era el siguiente:

Los datos están desactualizados, pero ofrecen un cuadro del notable rango de transferencias a centros concertados que los gobiernos autonómicos realizan. Es importante notar que, desde 2012, cuando el cómputo total de transferencias sobrepasaba el 14%, la inversión en la educación concertado-privada ha caído dos puntos. Es una tendencia general: España ha recortado en Educación. Sin embargo, esa caída es reciente. Si nos fijamos en un periodo más amplio, observamos cómo el dinero destinado a conciertos educativos ha crecido de forma notable desde principios de siglo:

La caída de las transferencias es pequeña en comparación al crecimiento del que gozó la educación concertada entre el año 200 y el inicio de la crisis, en 2008. Durante los últimos dieciséis años, su parte del pastel ha aumentado.