2017 ha sido un año marcado por las tormentas tropicales. Llámese María, Harvey o Irma, sus consecuencias han sido devastadoras en el Caribe y en la costa sureste estadounidense. Ya sea la destrucción material casi total de Antigua y Barbuda, el colapso de Puerto Rico o los numerosos destrozos en el sur de Texas, los huracanes han sido de extraordinaria gravedad.
¿Por qué? No hay respuestas absolutas, pero la NASA está tratando de encontrarlas. Para ello se vale de diversas herramientas. La más espectacular corre a cargo del Global Modeling and Assimilation Office, uno de los muchos institutos que trabajan junto a al agencia espacial. En su caso, creando visualizaciones que traduzcan en aprendizaje e información los infinitos datos proporcionados por los satélites que están mirando a la Tierra. En concreto, en el apartado climático.
Y su última producción es una maravilla: un escueto vídeo de dos minutos sin más información que el transporte de partículas de polvo, arena, sal marina y ceniza a ambos lados del Atlántico entre julio y noviembre. O lo que es lo mismo, una mirada colorida a los fenómenos que se dan en nuestra atmósfera, y que en última instancia son responsables de gran parte de los fenómenos tormentosos que los habitantes a ambos lados del charco afrontamos.
Por encima de todo, la visualización ilustra la sorprendente capacidad de las partículas para transportarse a través del aire. Así, los incendios de la costa pacífica de Canadá y Estados Unidos fueron capaces de trasladarse por el Atlántico Norte hasta llegar al continente europeo. Las grandes masas de polvo generadas por el Sáhara terminan en el corazón del Atlántico, poco antes de ser desechadas por los gigantescos huracanes que se dirigen sin solución de continuidad hacia el Caribe.
El caso de los huracanes es especial, porque su generación bebe más de la sal marina evaporada en el océano que de ningún otro factor visible en el vídeo. Los trayectos de Irma, Harvey, María u Ophelia, todos ellos recalcados con colores brillantes en la visualización, son muy similares, ejemplos paradigmáticos del ciclo tormentoso y de la temporada de huracanes que asola con frecuencia esta parte del planeta. El tamaño de Irma es excepcional, así como la reincidencia de todos ellos en Puerto Rico, seriamente dañada.
Más allá del fascinante modo en el que los vientos transportan diversas partículas y aerosoles, verdaderamente hipnótico, el vídeo es muy útil para comprender cómo se generan los fenómenos tormentosos en el atlántico, desde las costas del Sáhara hasta las islas del Caribe. Incluso cuando no llegan: Ophelia se quedó a mitad de camino y, sin desprenderse de las partículas de polvo del Sáhara, subió a Europa, provocando en su camino los fuertes incendios del noroeste ibérico de octubre.
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