Ajado y cubierto de cicatrices, solo y desencantado en la recta final de su vida, Logan, interpretado por Hugh Jackmann, llega a las pantallas de cine por tercera y última vez. El tráiler se desveló ayer: en él observamos la vejez, la soledad, los dilemas internos que han vertebrado la vida de Lobezno y su lucha eterna. Y entre imágenes de pura decadencia geográfica y personal, suena 'Hurt', de Johnny Cash, en el enésimo revival post-mortem de Cash a cuenta de una canción que no compuso él, pero de la que se adueñó para siempre.
De entre las muchas sorpresas del tráiler, la más agradecida es sin duda la de 'Hurt', que queda reducida aquí a minuto y medio para adaptarse al ritmo dramático del resumen. La adaptación del crescendo final es discutible, pero es indudable que 'Hurt', una canción grabada a partir de la original de Trent Reznor en la recta final de Johnny Cash, se ajusta como un guante al Lobezno final y envejecido, alicaído y taciturno, de Logan.
¿Pero qué tiene de especial 'Hurt' para transmitir semejante magnetismo? El origen de la misma hay que encontrarlo en The Downward Spiral, el posiblemente más aclamado y mejor álbum de Nine Inch Nails, el proyecto industrial de Trent Reznor que le ganó celebridad universal. La composición, mucho más sucia y preñada de efectos sonoros (el desolador viento de fondo que se alarga durante los seis minutos de la canción original), le valió a Reznor una nominación a los Grammy y colocarse en el top ten de Billboard (1995).
¿Por qué? Por un lado, por el inusual éxito comercial de Trent Reznor al frente de Nine Inch Nails, en una época, la de los noventa, que abrazaba de forma masiva los extremos compositivos del rock. Por otro, por la profunda carga sentimental de 'Hurt': Reznor habla aquí de emociones tremebundas y oscuras, de su adicción a la heroína y de su progresiva desconexión con el resto del universo, de imperios de polvo destruidos por la soledad y la decepción. De herirse a uno mismo y, de paso, a todos aquellos que le rodeaban.
Hasta aquí, 'Hurt' era una buena canción. Pero nada más.
'Hurt': una canción que Cash hizo suya
Siete años más tarde, Johnny Cash contaba ya con 71, y le quedaban apenas unos meses de vida entre el resto de los mortales. Por aquel entonces, el hombre de negro había relanzado su carrera a través de una serie de discos oscuros y brillantísimos en los que reinterpretaba el cancionero popular estadounidense. En su volumen cuatro, Rick Rubin, su productor durante las series American, le propuso versionar 'Hurt'. Al modo Cash: desnuda, revestida de escasos arreglos instrumentales y embarurnada de una gigantesca solemnidad.
El resultado fue esplendoroso, y de un simbolismo aún hoy estremecedor. 'Hurt' había dejado de ser una canción de Reznor para convertirse en una de Johnny Cash, una de inmenso éxito comercial y la más celebrada del héroe del country en sus últimos días. Cash transformaba la adicción de Reznor en un relato universal sobre los conflictos internos y las contradicciones emocionales de todo ser humano, en un alegato casi dramático y desesperado (moriría siete meses después) sobre el hecho final. Sobre una vida que se tambalea.
Reznor, incialmente receloso, abrazó la versión de Cash sin despecho, y se mostró maravillado por cómo un hombre desde una perspectiva creativa distinta (que no radical: el impulso emocional era el mismo) podía transformar su canción en algo nuevo sin que perdiera todo su potencial emocional. "He perdido a mi novia, esa canción ya no es mía".
De forma singular, la canción fue acompañada por un vídeo de Mark Romanek que también pasó a la historia de los videoclips. En él, observamos a un muy envejecido Johnny Cash, vestido de negro y frágil pero poderoso entre los utensilios que poblaban la casa en la que vivió durante treinta años, recitar con determinación sus estrofas. Entre tanto, se cuelan imágenes del joven Cash, rememorando sus noches de adicciones y problemas con la ley, de conciertos en la cárcel e imagen romántica del country, de su turbulenta vida al borde de la muerte. 'Hurt' era la vida de Cash, su resumen, su legado, así lo había ordenado.
El simbolismo, la narración melancólica sobre la vida de uno mismo y las conclusiones a las que uno llega en sus días finales, es ideal para el Lobezno de Logan, también en un estadio de soledad y resignación revisionista de su propia existencia como el Cash de las series American. Y de ahí que el tráiler ponga los pelos tan de punta.
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