Existe una extraña fascinación por los lugares abandonados, ya que estos lugares poseen una belleza poco convencional donde su atractivo radica en las historias que encierran, lo que hace que cada persona eche a volar la imaginación tratando de imaginar lo que pasó ahí o cómo es que todo terminó de esa manera.
Esto es lo que sucede con el cementerio de barcos Arthur Kill, el cual está ubicado en Staten Island, Nueva York, y que sirvió por muchos años como depósito de chatarra de viejas embarcaciones con el objetivo de aprovechar algunas de sus piezas como refacciones. Un tétrico lugar que es difícil admirar desde la orilla, pero que ahora gracias a un drone podemos ver su verdadera dimensión.
El tétrico cementerio Arthur Kill
Este cementerio se remonta a la Primera Guerra Mundial cuando sirvió para almacenar los viejos barcos dañados en combate, donde se reciclaban muchas de sus piezas para otros barcos en operación. Con el paso del tiempo la afluencia de embarcaciones superó la capacidad de lugar, sin embargo nunca se detuvo la llegada de barcos, ya que no había otro lugar donde llevarlos.
Con el paso de los años el negocio de piezas usadas de barcos terminó, y las personas encargadas de administrar el lugar lo abandonaron con todo y cientos de barcos que se fueron pudriendo y hundiendo, lo que ocasionó que las aguas se llenaran de óxido y muchas piezas acabaran en el fondo, lo que da un aspecto turbio al agua y a la zona en general.
Debido a que desde tierra no se alcanza a percibir la dimensión de este cementerio, un par de camarógrafos se han apoyado en drones para admirar la zona desde el aire, donde el resultado es alucinante, ya que es increíble como un lugar donde se estima se encuentran los restos de más de 200 barcos puede transmitir varias sensaciones, que van desde la admiración, hasta el terror y la belleza.
En Magnet | Esa extraña y bella obsesión por los lugares abandonados