Imagina que vives en una zona costera. Te levantas muy temprano, antes de trabajar, y acudes a tu playa más cercana para correr unos cuantos kilómetros. A la vuelta, cansado y acalorado, decides refrescarte en el agua del mar. Sin embargo, una silueta oscurecida de varios metros de longitud (de cientos de metros de longitud, a simple vista), se postra frente a ti de forma amenazadora. Te acercas con cautela hasta que, de repente, tienes a cientos de miles de tiburones mirándote fijamente. Bienvenido a Florida.
En caso de que no tuvieran suficiente con los caimanes de los Everglades, las recurrentes bromas de John Oliver, y el mero hecho de ser Florida, los habitantes de la península norteamericana tienen otro motivo de preocupación: una migración masiva de tiburones de puntas negras se ha estacionado de forma permanente frente a sus costas. El hecho es muy excepcional y bastante espectacular. El biólogo Stephen Kajiura, de la Universidad Atlántica de Florida, lo está documentando, y en el proceso se ha subido a una avioneta y lo ha filmado.
Es impresionante.
Esos puntos oscuros, diminutos, que se aprecian desde las alturas son en realidad tiburones de más de dos metros de largo. En realidad, los habitantes de Florida no tienen demasiado que temer: los tiburones de puntas negras no son muy agresivos, y tienden a rehuir cualquier contacto humano. En realidad, la mayor parte de los tiburones no acostumbran a atacar al ser humano (no se alimentan de nosotros, somos presas de calidad bastante discutible), pero esa es otra historia (que ha contribuido a estigmatizar al tiburón).
¿Y qué hacen ahí? Las migraciones de tiburones, según explican en IFL Science!, no son en absoluto excepcionales. Lo raro es que se hayan quedado en Florida. Durante el invierno, los escualos viajan a latitudes más benignas, por debajo del Caribe y bordeando el Ecuador. Buscan aguas más cálidas. Sin embargo, el progresivo calentamiento global y el consecuente aumento de las temperaturas de las aguas del Atlántico Norte han provocado que los tiburones no sientan la necesidad de cubrir miles de kilómetros para pasar el invierno. Así que se han quedado acantonados en Florida, algo muy, muy inusual.
Mamíferos en movimiento, imágenes flipantes
Como cualquier migración, la idea de miles y miles de tiburones en un sólo lugar, moviéndose al unísono, nos resulta fascinante. El suyo es un ejemplo un tanto extraño y poco conocido de migraciones masivas, pero hay muchos otros, glosados de forma repetitiva por cualquier documental sobre la fauna del planeta. Quizá una de las más célebres es la del ñú africano, que recorre por tierra miles y miles de kilómetros en el este de África.
Es fantástica, y los ñús se cuentan por millones. La gran migración del Serengueti, como se conoce popularmente, cubre un recorrido circular y casi en permanente movimiento durante todo el año. Durante estas fechas, por ejemplo, millones de ñús (acompañados por unos cuantos centenares de miles de zebras y de gacelas) se adentran en Tanzania, hacia el sur, en busca de pastos donde alimentarse. Es aquí cuando tienen a sus crías. A partir de marzo, se desplazan al norte de Tanzania, y a partir del verano, al sur de Kenya.
Otra de las grandes migraciones de mamíferos de la tierra la protagoniza el caribú, un reno enorme que habita las tierras de Canadá. Durante el verano, millones de ejemplares se desplazan a las tierras más septentrionales de América del Norte, en busca de abundantes pastos que quedan accesibles tras el deshielo. Durante su estancia allí, un caribú puede comer hasta cinco kilos de hierba diarios. Cuando llega el invierno, se desplaza de nuevo hacia el sur, en busca de temperaturas más benignas. En un año, la especie es capaz de recorrer casi 2.000 kilómetros, lo que deja estampas tan espectaculares como estas.
Uno también emigra por el aire
Los mamíferos no son los únicos seres vivos que se dedican a desplazarse a lo largo y ancho del planeta en busca de más comida, de mejores temperaturas o de lugares propicios para la procreación. Las aves y los insectos también lo hacen. En lo relativo a nuestros enemigos los invertebrados, ninguno se compara a la mariposa monarca: su migración en América del Norte es uno de los acontecimientos visuales más asombrosos que la naturaleza nos ha regalado.
Primero se desplazan del sur de Canadá y el norte de Estados Unidos a México. Y después, recorren el camino inverso. Ninguna otra mariposa lo hace.
En general, las migraciones por el aire suelen ser más extensas y más impresionantes que las terrestres. La mayor parte de las aves del mundo tienden a migrar de un modo u otro, aunque no todas lo hacen en las mismas dimensiones. Los flamencos, por ejemplo, no tienden a migrar, pero sí suelen moverse a pequeña escala debido a cambios en sus hábitats. Las grullas, por contra, sí son animales migratorios, y se despliegan de forma espectacular entre Nebraska y las tierras del norte canadiense.
Las muy diversas especies de patos acometen migraciones larguísimas, y pájaros más pequeños como los vencejos cruzan medio mundo cada año.
Imagen | NPS Wear, Luna sin estrellas,